Un vistazo a cómo influirán las redes sociales el 28M

Ha ini­cia­do la eta­pa más can­den­te de la carre­ra elec­to­ral en Espa­ña, que cul­mi­na­rá el 28 de mayo. Ana­lis­tas y exper­tos en la mate­ria están en apron­te para inten­tar arro­jar luces sobre las cam­pa­ñas, los men­sa­jes y, sobre todo, los posi­bles resul­ta­dos. Tal es el caso de los espe­cia­lis­tas en redes socia­les, que ase­gu­ran que serán una herra­mien­ta muy pode­ro­sa en el veni­de­ro pro­ce­so.

The Whi­te Rab­bit, agen­cia exper­ta en mar­ke­ting digi­tal y posi­cio­na­mien­to, es una de las que apues­ta por esta teo­ría. “Las redes socia­les tie­nen el poten­cial de influir en la opi­nión públi­ca y en el resul­ta­do de las elec­cio­nes”, afir­man. No en vano los prin­ci­pa­les acto­res polí­ti­cos de los pró­xi­mos comi­cios tie­nen per­fi­les en Face­book, Ins­ta­gram, Twit­ter, You­Tu­be y has­ta Tik­Tok.

Para Agus­ti­na Chia­ra­va­lli, Social Media Mana­ger de The Whi­te Rab­bit, los deba­tes polí­ti­cos se desa­rro­llan en un 50% en los entor­nos digi­ta­les: “Esto no es nue­vo. Ya en el 2008, duran­te las elec­cio­nes pre­si­den­cia­les de Esta­dos Uni­dos, el expre­si­den­te Barack Oba­ma uti­li­zó sus redes socia­les como tram­po­lín a la Casa Blan­ca”.

Las redes socia­les per­mi­ten a los polí­ti­cos inter­ac­tuar direc­ta­men­te con los votan­tes, res­pon­der pre­gun­tas y com­par­tir infor­ma­ción actua­li­za­da. De hecho, en la pri­me­ra entre­vis­ta que Donald Trump dio al ser ele­gi­do como pre­si­den­te en 2016, él mis­mo afir­ma­ría: “Creo que las redes socia­les son más pode­ro­sas que el dine­ro de cam­pa­ña”, ase­gu­ra.

Sin embar­go, tam­bién hay algu­nos ries­gos aso­cia­dos con el uso de las redes socia­les en las elec­cio­nes polí­ti­cas. Una de las mayo­res preo­cu­pa­cio­nes es la pro­pa­ga­ción de fake news y la des­in­for­ma­ción.

La comu­ni­ca­ción ha cam­bia­do, y eso tam­bién se per­ci­be duran­te el año elec­to­ral. Las nue­vas tec­no­lo­gías ayu­dan a incre­men­tar la popu­la­ri­dad de los can­di­da­tos a menor cos­te que la tele­vi­sión o la radio, con mayor alcan­ce y medi­ción en tiem­po real”, expli­ca Lau­ra Sali Pérez, CEO de la mis­ma com­pa­ñía y exper­ta en comu­ni­ca­ción.

  • Pro­pa­gan­da polí­ti­ca y la gue­rra por el enga­ge­ment

Duran­te los últi­mos meses, los par­ti­dos polí­ti­cos han comen­za­do una bata­lla por ganar la aten­ción y el com­pro­mi­so de los votan­tes, y las redes socia­les se han con­ver­ti­do en una herra­mien­ta cla­ve en la “gue­rra por el enga­ge­ment”.

Para ganar la gue­rra por el enga­ge­ment en las elec­cio­nes de Espa­ña, los par­ti­dos polí­ti­cos deben ser crea­ti­vos y estra­té­gi­cos en toda su cam­pa­ña de comu­ni­ca­ción. Y ello inclu­ye las redes socia­les como motor para alcan­zar a los votan­tes”, opi­na Sali Pérez.

En este con­tex­to, es impor­tan­te que los par­ti­dos polí­ti­cos se com­pro­me­tan a ser trans­pa­ren­tes y hones­tos en su comu­ni­ca­ción en línea, fomen­tan­do un deba­te cons­truc­ti­vo y res­pe­tuo­so. De esta for­ma evi­ta­rán la pro­pa­ga­ción de infor­ma­ción erró­nea y la pola­ri­za­ción del deba­te públi­co.

Es tan fuer­te el poder de las con­ver­sa­cio­nes, que aquí entran en jue­go las fake news. Por ello, es impor­tan­te que los polí­ti­cos publi­quen con fre­cuen­cia y de for­ma con­sis­ten­te en sus per­fi­les, inter­ac­tuan­do con sus segui­do­res y res­pon­dien­do comen­ta­rios para evi­tar dobles men­sa­jes”, reco­mien­da Chia­ra­va­lli.

Por un lado, las redes socia­les per­mi­ten a los polí­ti­cos y a sus equi­pos de cam­pa­ña moni­to­rear en tiem­po real la res­pues­ta de los votan­tes a sus publi­ca­cio­nes en línea. Esto pue­de ser útil para adap­tar su estra­te­gia de comu­ni­ca­ción y hacer cam­bios rápi­dos en la estra­te­gia de cam­pa­ña en fun­ción de la res­pues­ta de la audien­cia.

Por otro lado,“el jue­go mediá­ti­co den­tro de los entor­nos digi­ta­les le ha resul­ta­do más fun­cio­nal a par­ti­dos de dere­cha, que han enten­di­do el jue­go y han logra­do ganar terreno en paí­ses don­de nadie se ima­gi­na­ba que vol­ve­rían a gober­nar”, con­clu­ye Chia­ra­va­lli.