El liderazgo desarrollador consiste principalmente en liderar provocando el descubrimiento, haciendo las preguntas adecuadas. Se trata de un estilo menos paternalista, más adulto y más apropiado para la actualidad. Además es enormemente efectivo, siempre que la comunicación fluya sin problemas entre ambas partes.
Existen herramientas que propician conversaciones de desarrollo para que sean más provechosas, como es la OBOE, que según explica Irene Gómez, socia fundadora de Infova, consiste en un esquema por el que el líder debe guiarse, para provocar el descubrimiento y que, en las conversaciones o los planteamientos que surjan, sean los colaboradores los que tengan la iniciativa y sepan encontrar su propio camino.
O – Objetivo: hay que recordar a la persona con la que se tiene la conversación, cuál es su objetivo, qué es lo que quiere conseguir y de alguna manera no lo está consiguiendo.
B – Barreras: también hay que preguntar por esas barreras o limitaciones que está encontrando y que le dificultan conseguir su objetivo. “No se trata de darle tu opinión o decirle cuáles son las barreras, sino cederle la iniciativa y que las descubra por sí mismo”, matiza Irene Gómez.
O – Opciones: hay que proponer al colaborador que piense en las opciones que tiene, en las alternativas que se le ocurren en este momento y que considere que podrían ser útiles, para salvar esa barrera u obstáculo que se está encontrando.
E – Especificar: de todas esas opciones y alternativas debe elegir cuál es la primera que va a aplicar, qué va a elegir para cumplir finalmente su objetivo.
Lo mejor de este esquema de las conversaciones de desarrollo, es que no se limitan a utilizarse con los colaboradores, sino que también sirven con cualquier persona a la que se quiera pedir consejo, ya sea en el ámbito laboral o familiar, enseñando a encontrar las respuestas en lugar de darlas.