Cómo reducir el conflicto entre cliente-agencia

Cómo reducir el conflicto entre cliente-agencia

De pron­to pare­cie­ra como que se mez­cla agua con acei­te. He pre­sen­cia­do dis­cu­sio­nes real­men­te incó­mo­das entre crea­ti­vos de agen­cias de publi­ci­dad y sus clien­tes. De hecho, varias agen­cias, en su afán de defen­der sus ideas, lle­van el “maria­chi” com­ple­to a las reunio­nes con sus clien­tes, para gene­rar algún tipo de pre­sión psi­co­ló­gi­ca. Se han pre­sen­cia­do situa­cio­nes así, y por el con­tra­rio momen­tos en los que la fuer­za del clien­te (que por ser el que paga en oca­sio­nes ter­mi­na ganan­do) pro­vo­ca que un pro­yec­to o cam­pa­ña se tor­ne dema­sia­do rigo­ris­ta o téc­ni­ca sin tener el efec­to desea­do en la inten­ción de com­pra.

El lec­tor esta­rá de acuer­do en que una fina­li­dad de la mer­ca­do­tec­nia es ven­der más, a más per­so­nas y al pre­cio más ade­cua­do (fra­se de Ser­gio Zyman), y que la publi­ci­dad es una ruta para lograr dicho obje­ti­vo, pero nece­si­ta un com­po­nen­te de crea­ti­vi­dad e inno­va­ción. Por ello pro­pon­go un esque­ma que incor­po­re y ase­gu­re el cum­pli­mien­to de ambas expec­ta­ti­vas, tan­to mer­ca­do­ló­gi­cas como crea­ti­vas. A esto le lla­mo mode­lo por capas.

capasEl con­cep­to es real­men­te sen­ci­llo pero si se res­pe­ta nos aho­rra­ría muchos recur­sos en el impac­to. Exis­te una pri­me­ra capa estra­té­gi­ca, en la cual el res­pon­sa­ble des­de la par­te mer­ca­do­ló­gi­ca debe plan­tear, sin nin­gún tipo de ses­go crea­ti­vo, los obje­ti­vos a obte­ner. Se tra­ta de un ver­da­de­ro ejer­ci­cio de sin­te­ti­zar los obje­ti­vos comer­cia­les de una mar­ca o empre­sa, en un len­gua­je enten­di­ble y cla­ro para la par­te crea­ti­va. Nos gus­te o no, esta capa es fin pri­ma­rio de cual­quier cam­pa­ña, pero no pue­de lle­var­se tal cual a un len­gua­je que el con­su­mi­dor deco­di­fi­que correc­ta­men­te. Esta capa estra­té­gi­ca tie­ne tam­bién un pro­ble­ma, que radi­ca en el abu­so de la inves­ti­ga­ción, o como se dice colo­quial­men­te “Research your­self to death”, lo cual tam­bién aten­ta con­tra la espon­ta­nei­dad y el desa­rro­llo crea­ti­vo.

Por otra par­te, en la capa supe­rior del mode­lo está la par­te crea­ti­va, que tie­ne por un lado la misión de entre­te­ner, ins­pi­rar, pro­vo­car­nos emo­cio­nes y hacer­nos recor­dar su men­sa­je. El prin­ci­pal pro­ble­ma aquí es que la estra­te­gia y los linea­mien­tos de una mar­ca en varias oca­sio­nes aten­tan con­tra las bue­nas ideas, y aquí es don­de sur­ge el con­flic­to. Adi­cio­nal­men­te encon­tra­mos con fre­cuen­cia crea­ti­vos que no desean salir de su zona de con­fort y bus­can defen­der sus ideas por enci­ma de cual­quier plan­tea­mien­to estra­té­gi­co.

La capa inter­me­dia es la que lla­mo publi­ci­dad aser­ti­va, y con­sis­te en un pro­ce­so en el cual ambas ver­tien­tes armo­ni­cen en una eje­cu­ción efec­ti­va. Hace poco tiem­po la direc­to­ra de una impor­tan­te agen­cia de publi­ci­dad me dijo que “agen­cia que hace un estu­dio de mer­ca­do para pro­bar una cam­pa­ña tie­nen mie­do o inse­gu­ri­dad a sus ideas”. Esto es total­men­te erró­neo ya que el con­su­mi­dor final es quien debe­ría vali­dar si el men­sa­je o cam­pa­ña le resul­ta atrac­ti­vo y a su vez lo invi­ta a com­prar. Aquí tam­bién exis­te el desa­fío de sacar al geren­te de mar­ca o de mer­ca­do­tec­nia de su zona de con­fort y retar­lo.

La capa inter­me­dia es la “car­ni­ta del sánd­wich”, don­de las gran­des cam­pa­ñas triun­fan o fra­ca­san, don­de exis­te un gran desa­fío para el crea­ti­vo, de poner en sin­to­nía las ideas con la estra­te­gia.