Urge una modernización de la legislación publicitaria actual

Una de las prin­ci­pa­les con­clu­sio­nes del nue­vo estu­dio de Foro Regu­la­ción Inte­li­gen­te, que ha ana­li­za­do cómo ha evo­lu­cio­na­do la for­ma de con­su­mir con­te­ni­do audio­vi­sual en los últi­mos años, es que la legis­la­ción audio­vi­sual y publi­ci­ta­ria en Espa­ña se ha que­da­do obso­le­ta y ya no res­pon­de a los hábi­tos de con­su­mo audio­vi­sual de la actua­li­dad.

Bajo el títu­lo Medios, publi­ci­dad y regu­la­ción: hacia un para­dig­ma del siglo XXI, el nue­vo tra­ba­jo de Foro Regu­la­ción Inte­li­gen­te reco­mien­da abrir un pro­ce­so de actua­li­za­ción, revi­sión y mejo­ra del mar­co regu­la­to­rio de la publi­ci­dad en Espa­ña, tenien­do en cuen­ta los nue­vos hábi­tos de con­su­mo y la pro­fun­da cri­sis eco­nó­mi­ca que ha pro­vo­ca­do el COVID-19.

La legis­la­ción actual data de los años 80 y des­de enton­ces no se ha abier­to un pro­ce­so de revi­sión de la nor­ma­ti­va en pro­fun­di­dad. Entre­tan­to, los hábi­tos de con­su­mo audio­vi­sual han cam­bia­do sus­tan­cial­men­te. Hemos pasa­do de la tele­vi­sión públi­ca que tenía el domi­nio del mer­ca­do a un con­su­mi­dor de con­te­ni­do audio­vi­sual mul­ti­pan­ta­lla y la legis­la­ción no se ha actua­li­za­do aten­dien­do a esa reali­dad.

Res­pec­to a las cifras de pene­tra­ción del con­su­mo de los dis­tin­tos sopor­tes, la tele­vi­sión sigue rei­nan­do con el 85%, pero casi a la par de Inter­net que se mue­ve entre el 77,9% y el 82,1%, depen­dien­do del cri­te­rio de medi­ción. En con­se­cuen­cia, más que dar­se un efec­to sus­ti­tu­ción, se obser­va un fenó­meno com­ple­men­ta­rio entre una y otra fór­mu­la. La radio alcan­za un 57,5%, las revis­tas se mue­ven en un 29,7%, los dia­rios lle­gan al 22,8% y los suple­men­tos se que­dan en el 7,4%.

En cuan­to a los minu­tos con­su­mi­dos dia­ria­men­te por los espa­ño­les en los dife­ren­tes medios de comu­ni­ca­ción, vemos que su total ascien­de a 460,1 minu­tos. La tele­vi­sión sigue en cabe­za con cla­ri­dad, alcan­zan­do un total de 210,3 minu­tos que supo­nen el 46% del total. La cuo­ta de Inter­net es del 30%, con unos 139,8 minu­tos dia­rios. Le sigue la radio con el 22% de los minu­tos con­su­mi­dos por los espa­ño­les, unos 98,8 minu­tos dia­rios.

El nue­vo mar­co regu­la­to­rio

La mane­ra en la que se con­su­me con­te­ni­do audio­vi­sual ha evo­lu­cio­na­do. Si bien hay un pro­ce­so de con­ver­gen­cia entre hábi­tos de con­su­mo, este no nece­sa­ria­men­te res­ta poten­cial al mer­ca­do tele­vi­si­vo, que sigue tenien­do pre­do­mi­nan­cia fren­te a Inter­net, con­tra­rio a lo que se supo­ne. Los nue­vos medios no han teni­do un efec­to sus­ti­tu­ti­vo ante la TV, sino com­ple­men­ta­rio. La evo­lu­ción de la inver­sión publi­ci­ta­ria tam­bién ha sufri­do una evo­lu­ción, y la tele­vi­sión tam­bién sigue sien­do el medio a tra­vés del cual se cana­li­za un mayor volu­men de inver­sio­nes, con 2.127 millo­nes de euros fren­te a los 1.743 millo­nes de euros de Inter­net, según datos de InfoA­dex.

Espa­ña tie­ne una opor­tu­ni­dad de oro para adap­tar su mar­co legis­la­ti­vo. La tras­po­si­ción de la Direc­ti­va Euro­pea de Ser­vi­cios de Comu­ni­ca­ción Audio­vi­sual (Direc­ti­va 20181808) y la nece­si­dad de favo­re­cer el cre­ci­mien­to eco­nó­mi­co para dejar atrás la cri­sis pro­vo­ca­da por el COVID-19 debe­rían ser la excu­sa per­fec­ta para revi­sar todo el para­dig­ma regu­la­to­rio refe­ri­do a la publi­ci­dad en medios”, decla­ra Die­go Sán­chez de la Cruz, ana­lis­ta eco­nó­mi­co y direc­tor del Foro Regu­la­ción Inte­li­gen­te.

De hecho, la inver­sión publi­ci­ta­ria en tele­vi­sión ha cre­ci­do un 12,5% duran­te los últi­mos cin­co años y has­ta el ini­cio de la pan­de­mia por COVID-19, el gas­to se había man­te­ni­do esta­ble. La cri­sis del coro­na­vi­rus pro­vo­có una caí­da del 48% en los ingre­sos por publi­ci­dad de la TV, lo que se tra­du­ce que entre mar­zo y mayo, las tele­vi­sio­nes han deja­do de ingre­sar has­ta 267,1 millo­nes de euros. De ahí que la actua­li­za­ción y fle­xi­bi­li­za­ción del mar­co tam­bién supon­ga una opor­tu­ni­dad úni­ca para la recu­pe­ra­ción eco­nó­mi­ca de varios sec­to­res, en prin­ci­pio de las tele­vi­sio­nes y de sus anun­cian­tes.

En con­clu­sión, para que el nue­vo mar­co regu­la­to­rio sea efec­ti­vo, es nece­sa­rio aban­do­nar el para­dig­ma de los años 80 y per­se­guir un pro­ce­so de refor­ma regu­la­to­ria que deri­ve en una lega­li­dad que obe­dez­ca a la reali­dad mediá­ti­ca actual y a los hábi­tos de con­su­mo actua­les. Asi­mis­mo, el infor­me con­clu­ye que lo que se nece­si­ta es una regu­la­ción más fle­xi­ble y menos inter­ven­cio­nis­ta, que per­mi­ta un mayor gra­do de auto­rre­gu­la­ción, así como pre­sión nor­ma­ti­va más aco­ta­da y menos inter­ven­cio­nis­ta. No se tra­ta de adop­tar sim­ple­men­te las nue­vas reglas que mar­ca Bru­se­las con esta Direc­ti­va, sino de ampliar la con­ver­sa­ción des­de aho­ra y rea­li­zar una trans­for­ma­ción más a cons­cien­cia y gene­ra­li­za­da del mar­co regu­la­to­rio de la publi­ci­dad, en línea con lo que ya ha expre­sa­do la CNMC, sobre el hecho de que los requi­si­tos nor­ma­ti­vos de la legis­la­ción vigen­te “han que­da­do obso­le­tos” y “están lla­ma­dos a una pró­xi­ma revi­sión en el mar­co de la trans­po­si­ción de la nue­va Direc­ti­va euro­pea”.