Los millennials son una generación que prefiere vivir la vida libremente deshaciéndose de ciertas obligaciones

Los millennials son una generación que prefiere vivir la vida libremente deshaciéndose de ciertas obligaciones

libreSegún una com­pa­ra­ti­va de gene­ra­cio­nes rea­li­za­da por West Mid­land, para los pre­mi­llen­nials todo se basa­ba en el tra­ba­jo. Vivían por y para carre­ra y daban muchí­si­ma impor­tan­cia a su tra­ba­jo, en detri­men­to de otros aspec­tos socia­les como la fami­lia o el ocio. Lo impor­tan­te era tener un tra­ba­jo esta­ble y para toda la vida. Uno serio, de esos con ofi­ci­na y suel­do que com­pen­sa­ra por su esfuer­zo. Y aho­ra, de repen­te, según este mis­mo estu­dio, los jóve­nes vie­nen y rom­pen el plan. Bien­ve­ni­dos al sal­to gene­ra­cio­nal: así viven y pien­san la mayo­ría de los milen­nialls.

Los millen­nials no están tan intere­sa­dos en las pose­sio­nes per­so­na­les

Los jóve­nes ya no bus­can casas más gran­des o coches más rápi­dos. Esto no sig­ni­fi­ca que no quie­ran pre­su­mir de su éxi­to; de hecho, según el estu­dio, están más dis­pues­tos a gas­tar su dine­ro que las gene­ra­cio­nes ante­rio­res. Es en lo que gas­tan su dine­ro lo que ha cam­bia­do. “Su men­ta­li­dad está más orien­ta­da al lifesty­le y a vivir la vida”, dice la com­pa­ra­ti­va. Las expe­rien­cias vita­les como dar la vuel­ta al mun­do o via­jar a luga­res exó­ti­cos son la nue­va mone­da de cam­bio. No es más rico el que más dine­ro tie­ne, si no el que más lo dis­fru­ta.

Aho­rrar no es una urgen­cia

Fren­te a la filo­so­fía de ser cau­to y aho­rrar de las gene­ra­cio­nes ante­rio­res, los millen­nials res­pon­den derro­chan­do y vivien­do al lími­te de su tar­je­ta de cré­di­to. No hay tiem­po que per­der, ellos sólo ganan dine­ro para poder gas­tar­lo. ¿Por qué ocu­rre esto? Según West Mid­land, por­que “valo­ran su esti­lo de vida has­ta el pun­to que si el tra­ba­jo se inter­po­ne, esco­ge­rán su lifesty­le y cam­bia­rán el tra­ba­jo”.

Ante­po­nen el sala­rio emo­cio­nal al mone­ta­rio

En el estu­dio obser­va­mos que el suel­do a final de mes ha per­di­do impor­tan­cia. La reduc­ción de sala­rios y el tra­ba­jo no remu­ne­ra­do ha obli­ga­do a los jóve­nes a bus­car un sus­ti­tu­to, y lo han encon­tra­do. Es el ego y la con­fian­za. Quie­ren sen­tir­se valo­ra­dos y rodear­se de gen­te res­pe­ta­ble, de for­ma que el tra­ba­jo en sí se con­vier­ta en una de sus expe­rien­cias vita­les.

No bus­can la esta­bi­li­dad labo­ral. Aho­ra la prio­ri­dad es sen­tir­se libre en el tra­ba­jo

libre3Lo de tra­ba­jar todo el año para con­se­guir dos sema­nas de vaca­cio­nes no es nada millen­nial. La tec­no­lo­gía e Inter­net faci­li­tan el poder hacer tu tra­ba­jo des­de cual­quier lugar y hora­rio, y los jóve­nes sacan el máxi­mo par­ti­do de esta opción. Tra­ba­jos fle­xi­bles, tele­tra­ba­jo e inclu­so cowor­ka­tion, que mez­cla tra­ba­jo y vaca­cio­nes. Les preo­cu­pa más la fle­xi­bi­li­dad del pues­to que el suel­do o nivel del mis­mo.

Esto es una res­pues­ta a las cir­cuns­tan­cias

Las nue­vas gene­ra­cio­nes se han teni­do que adap­tar a una nue­va situa­ción. En el mun­do labo­ral actual pri­ma la esta­cio­na­li­dad, las becas no remu­ne­ra­das, el tra­ba­jar con tus pro­pios medios y, sobre todo, la inse­gu­ri­dad. Para ellos, “tra­ba­jar es sólo un medio para con­se­guir el fin, vivir bien”.

Es la cul­tu­ra de la impa­cien­cia

Es la pri­me­ra gene­ra­ción digi­tal, e Inter­net se ha encar­ga­do de que lo ten­gan todo en el momen­to. Han mata­do las espe­ras. Según el estu­dio “son yon­kis de la velo­ci­dad que viven pen­san­do en qué será lo siguien­te”. Pues­to en pala­bras de Simon Sinek, con­sul­tor de mar­ke­ting: “Han cre­ci­do en un mun­do de satis­fac­ción ins­tan­tá­nea, pero esta gene­ra­ción nece­si­ta apren­der pacien­cia”. Ellos no pla­nean, sim­ple­men­te hacen lo que les ape­te­ce en ese momen­to.