El Colaborador Social: La Experiencia del Empleado en la Conversación Digital es el informe publicado por LLYC México y que recoge las cinco claves más relevantes para que las organizaciones eleven su marca empleadora y logren una conexión profunda y significativa con sus colaboradores.
Los colaboradores son el alma de cualquier organización, y su satisfacción y compromiso repercuten directamente en el éxito de la empresa. En esta era de trabajo a distancia, horarios flexibles y aspiraciones profesionales diversas, las empresas deben adaptar sus estrategias para forjar una conexión más fuerte con sus colaboradores.
Al conseguir esto, pueden liberar el poder del employer branding y crear una fuerza magnética que atraiga a los mejores talentos del sector. Aquí radica la importancia de este informe.
1. Escuchar más de dentro hacia afuera
Para crear una marca empleadora convincente, hay que empezar por escuchar desde dentro. Aunque es esencial conocer el mercado y a los competidores, la información más valiosa procede de los empleados. Es esencial entablar conversaciones abiertas, realizar encuestas significativas y profundizar en las entrevistas para comprender realmente lo que mueve a su plantilla. Escuchar las necesidades, motivaciones y valores de los empleados es la base sobre la que se puede construir un lugar de trabajo que resuene con sus aspiraciones. Este enfoque no solo ayuda a alinear los valores de la empresa con los de los colaboradores, sino que también demuestra el compromiso de valorar sus opiniones y fomentar una cultura de apertura.
2. Entender a las comunidades internas
Una organización no es simplemente una suma de sus productos y servicios: es una comunidad vibrante impulsada por su gente. Estas comunidades son el pulso de la cultura de la empresa, y comprenderlas es crucial para crear un lugar de trabajo en el que los empleados sientan que realmente pertenecen a él. Es importante analizar los datos internos para obtener información sobre el comportamiento del talento, los niveles de compromiso y los índices de rotación. Conociendo a fondo a los empleados, permitirá diseñar iniciativas específicas que respondan a sus necesidades y aspiraciones particulares.
3. Definir la propuesta de valor para el empleado
La marca empleadora es una promesa a los empleados, una promesa de lo que pueden esperar y obtener al formar parte de la organización. Para ello, hay que exponer claramente los aspectos únicos y atractivos de trabajar en la empresa, y mostrar el compromiso con el bienestar de los empleados, el crecimiento profesional, la flexibilidad laboral y otros beneficios que hacen destacar ese lugar de trabajo. Una propuesta de valor para el empleado no solo ayuda a atraer a los mejores talentos, sino que también fomenta un sentimiento de orgullo y lealtad entre los empleados existentes.
4. Apoyarse en los líderes para conectar
El liderazgo desempeña un papel fundamental en la configuración de la cultura de una organización y la experiencia de sus empleados. Hoy en día es vital tener líderes capacitados que sean los primeros defensores de la organización y se comprometan directamente con sus equipos. Los líderes que escuchan activamente muestran empatía y dan prioridad al bienestar de los empleados, convirtiéndose en la fuerza motriz de una plantilla motivada y entregada. Una fuerte presencia de liderazgo fomenta una cultura de confianza y colaboración.
5. Aprovechar el poder de los colaboradores como embajadores
Los empleados no son solo la fuerza de trabajo: son los embajadores más valiosos de la marca. Permitirles compartir sus experiencias y publicar historias positivas sobre el trabajo en su organización es la clave. Se puede empezar implementando programas de formación y de embajadores para ayudar a los empleados a convertirse en defensores influyentes tanto online como offline. Cuando los empleados hablan con pasión de su trabajo, de sus compañeros y de la empresa, se genera un efecto dominó que resuena tanto en los potenciales candidatos como en los clientes.
En el panorama empresarial moderno, forjar una fuerte conexión con los colaboradores no es solo una opción, es una necesidad para el éxito. Al potenciar a los empleados como embajadores, una compañía puede convertir a su plantilla en una fuerza cohesionada que atraiga y retenga a los mejores talentos. Al final del día, una marca empleadora sólida es más que una mera estrategia de contratación: es el corazón de una organización.