Las siete tendencias de diseño que marcarán 2025

Las siete tendencias de diseño que marcarán 2025
El 2025 está a la vuel­ta de la esqui­na, y pro­me­te ser un año trans­for­ma­dor para el dise­ño visual, don­de lo tec­no­ló­gi­co y lo arte­sa­nal, lo real y lo ima­gi­na­rio, lo emo­cio­nal y lo inno­va­dor se entre­te­jen para pro­po­ner nue­vas for­mas de comu­ni­ca­ción. Invo­lu­cra­do en esta reali­dad, Depo­sitpho­tos, tras ana­li­zar más de 300 millo­nes de archi­vos y entre­vis­tar a exper­tos en mar­ke­ting y crea­ti­vi­dad, ha iden­ti­fi­ca­do las sie­te ten­den­cias que mar­ca­rán el esce­na­rio crea­ti­vo en el futu­ro inme­dia­to.

1. El nue­vo con­tem­po­rá­neo: entre lo real y lo ima­gi­na­do

Esta pri­me­ra idea fres­ca des­di­bu­ja los lími­tes entre la reali­dad y la fan­ta­sía. El “nue­vo con­tem­po­rá­neo” com­bi­na hiper­rea­lis­mo y esbo­zos con pale­tas de colo­res vibran­tes y poco con­ven­cio­na­les. Esta corrien­te visual bus­ca atra­par la aten­ción y a la vez pro­vo­car emo­cio­nes inten­sas. “Es un dise­ño que no solo se ve, sino que se sien­te”, des­cri­ben des­de Depo­sitpho­tos, enfa­ti­zan­do cómo esta ten­den­cia con­vier­te cada crea­ción en un lien­zo de posi­bi­li­da­des ili­mi­ta­das.

2. Clut­ter­co­re: el caos nos­tál­gi­co

El mini­ma­lis­mo ha deja­do de ser el pro­ta­go­nis­ta. La gene­ra­ción Z, con su pre­fe­ren­cia por lo espon­tá­neo y ecléc­ti­co, impul­sa el auge del Clut­ter­co­re, una ten­den­cia que cele­bra el des­or­den y la nos­tal­gia. Lejos de bus­car la per­fec­ción, este esti­lo valo­ra las com­po­si­cio­nes car­ga­das de his­to­rias y memo­rias visua­les. “Cada obje­to cuen­ta una his­to­ria, cada rin­cón guar­da un recuer­do”, se lee en el infor­me.

3. Poner­se sen­ti­men­tal: emo­cio­nes como motor crea­ti­vo

Las emo­cio­nes ocu­pa­rán un lugar pro­ta­gó­ni­co en el esce­na­rio del dise­ño del 2025. Según las esta­dís­ti­cas de Depo­sitpho­tos, las bús­que­das rela­cio­na­das con el arte román­ti­co han cre­ci­do expo­nen­cial­men­te, lo que refle­ja un cre­cien­te inte­rés por men­sa­jes visua­les que conec­ten a nivel per­so­nal. Las mar­cas que logren conec­tar a su públi­co con sen­ti­mien­tos pro­fun­dos ten­drán una ven­ta­ja estra­té­gi­ca en la cons­truc­ción de rela­cio­nes sóli­das con sus audien­cias.

4. Arte ali­men­ta­do por IA: crea­ti­vi­dad sin lími­tes

La inte­li­gen­cia arti­fi­cial está cam­bian­do pro­fun­da­men­te el pano­ra­ma artís­ti­co. El arte gene­ra­do por IA, cuya popu­la­ri­dad ha cre­ci­do un 1600% este año, se con­vier­te en un pilar de la inno­va­ción visual. “Este arte no solo repre­sen­ta el futu­ro, sino que invi­ta a una refle­xión sobre la rela­ción entre tec­no­lo­gía y crea­ti­vi­dad huma­na”, plan­tean los exper­tos. Con la IA, los dise­ña­do­res pue­den explo­rar lo inex­plo­ra­do, fusio­nan­do esti­los clá­si­cos con nue­vas reali­da­des digi­ta­les.

5. Armo­nía arte­sa­nal

En con­tra­po­si­ción a la tec­no­lo­gía des­bor­dan­te, la “armo­nía arte­sa­nal” resur­ge como una invi­ta­ción a redes­cu­brir la belle­za de lo natu­ral y lo hecho a mano. Ins­pi­ra­da en filo­so­fías como el wabi-sabi y el iki­gai, esta ten­den­cia bus­ca trans­mi­tir sere­ni­dad y opti­mis­mo en un mun­do ace­le­ra­do. Las mar­cas encuen­tran aquí una mane­ra de conec­tar con sus audien­cias a tra­vés de dise­ños que evo­can un sen­ti­do de equi­li­brio y sim­pli­ci­dad.

6. Abra­zar la oscu­ri­dad: esté­ti­ca mís­ti­ca y tran­si­to­ria

El mis­ti­cis­mo y la esté­ti­ca góti­ca tam­bién ten­drán su momen­to en 2025. Influen­cia­do por corrien­tes como el barro­co oscu­ro y el postapo­ca­lip­sis, este esti­lo uti­li­za tonos pro­fun­dos como mora­dos y azu­les para crear atmós­fe­ras envol­ven­tes. Sin tener que ver con lo som­brío, el dise­ño oscu­ro ofre­ce una expe­rien­cia de explo­ra­ción intros­pec­ti­va que bus­ca cla­ri­dad a tra­vés de lo des­co­no­ci­do.

7. Pers­pec­ti­vas aéreas: ver el mun­do des­de arri­ba

El uso de dro­nes y tec­no­lo­gías de cap­tu­ra des­de altu­ras se con­so­li­da­rá como una herra­mien­ta esen­cial en el dise­ño. Esta ten­den­cia no solo pro­por­cio­na una nue­va pers­pec­ti­va visual, sino que tam­bién sim­bo­li­za trans­pa­ren­cia y ampli­tud de visión. Las imá­ge­nes aéreas pro­por­cio­nan a los espec­ta­do­res la opor­tu­ni­dad de cono­cer el mun­do des­de un ángu­lo dife­ren­te, mar­can­do un cam­bio en cómo se per­ci­be la narra­ti­va visual.

Un dise­ño com­ple­jo

Tal como se ve, el dise­ño en 2025 será un espe­jo de nues­tra com­ple­ji­dad y tam­bién de nues­tras con­tra­dic­cio­nes, fusio­nan­do tra­di­ción e inno­va­ción, emo­cio­nes y racio­na­li­dad, lo tan­gi­ble y lo intan­gi­ble. “La cla­ve esta­rá en cómo las mar­cas logren equi­li­brar estas dua­li­da­des para conec­tar con un mun­do en cons­tan­te cam­bio”, con­clu­ye Depo­sitpho­tos, . Con estas ten­den­cias, el dise­ño se posi­cio­na no solo como un medio de comu­ni­ca­ción, sino como una herra­mien­ta para com­pren­der y nave­gar el futu­ro.