Bajo el domimio de las redes sociales, el concepto de marca personal ha ganado una enorme popularidad, convirtiéndose en un objetivo central para emprendedores y empresas emergentes. Inspirados por el éxito de figuras mediáticas como las hermanas Kardashian, muchos se enfocan en construir una reputación individual sólida. Sin embargo, si bien esta estrategia puede ser un punto de partida poderoso, es insuficiente para construir una corporación de gran envergadura.
La experiencia indica que las empresas más exitosas a nivel global se cimentan en una marca corporativa robusta, la cual se complementa con tácticas de marketing integral. Este enfoque contrasta con la visión simplista de que la fama de un individuo puede sostener un negocio a largo plazo.
El alcance limitado del personal branding
Un ejemplo muy ilustrativo es el de Kylie Cosmetics, la marca de la empresaria estadounidense Kylie Jenner. Con una fortuna personal estimada en 500 millones de dólares, su éxito es incuestionable. No obstante, esa cifra palidece en comparación con gigantes de la industria como L’Oréal o Estée Lauder, empresas con un valor que asciende a miles de millones.
Este contraste hace evidente una verdad fundamental: mientras que la marca personal de Kylie Jenner generó un impacto inicial significativo y sirvió como una excelente plataforma de lanzamiento, el crecimiento exponencial y la estabilidad a largo plazo provienen de una estrategia que trasciende al individuo.
Para lograr un éxito duradero y una expansión sólida y con aspiraciones a largo plazo, es indispensable ir más allá del personal branding y concentrarse en la construcción de una marca corporativa. Esto significa desarrollar una identidad, valores y propuesta de valor que resuenen con una audiencia más amplia y que no dependan exclusivamente de la figura del fundador.
Las claves esenciales para construir una marca corporativa fuerte empiezan por la definición de una identidad clara que responda a la pregunta “¿qué representa tu marca más allá de ti?”. Y, por supuesto, contemplan la necesidad de implementar estrategias de marketing diversificadas y en la importancia de una estructura y equipo sólido que garantice la operatividad y el crecimiento.
En conclusión, no se trata de abandonar el personal branding. Al contrario, debe ser visto como una herramienta poderosa para impulsar el inicio y la credibilidad de la empresa. La fórmula está en utilizar la marca personal como un “trampolín” para lanzar la marca corporativa. El objetivo final debe ser el fortalecimiento de la marca corporativa, lo que permitirá a la empresa crecer de manera independiente sustentándose en su propia identidad corporativa, atraer inversiones significativas y competir en las grandes ligas del mercado.