Dos de los prin­ci­pa­les obje­ti­vos que bus­can las mar­cas con sus estra­te­gias de mar­ke­ting y el dise­ño de sus iden­ti­da­des cor­po­ra­ti­vas son la memo­ra­bi­li­dad y el reco­no­ci­mien­to de mar­ca. El logo, los colo­res, la tipo­gra­fía y el eslo­gan se vuel­ven cla­ve a la hora de per­ma­ne­cer duran­te mucho tiem­po en el top of mind de los con­su­mi­do­res.

Pero dar con la com­bi­na­ción per­fec­ta de estos ele­men­tos no es sen­ci­llo. McDonald’s es una de las afor­tu­na­das empre­sas que lo ha logra­do y es que, la com­pa­ñía ha sido capaz de ena­mo­rar a los con­su­mi­do­res deján­do­se ver en los cie­los de nume­ro­sas ciu­da­des del mun­do gra­cias a su famo­sa “M” que se ha con­ver­ti­do en su ban­de­ra.

La impor­tan­cia de los arcos de la mar­ca es tal que sin ella no sería lo mis­mo. Así lo ha que­ri­do refle­jar la escue­la de publi­ci­dad israe­lí ACC Gran­not con la cam­pa­ña It’s not the same without the M.

En ella se mues­tran los nom­bres de algu­nas ciu­da­des en las que está pre­sen­te la com­pa­ñía de comi­da rápi­da y que tam­bién con­tie­nen esta letra. Así, con este doble sig­ni­fi­ca­do, la ini­cia­ti­va mues­tra una inte­li­gen­te idea cuya sen­ci­llez es su garan­tía de éxi­to.