La industria de la comunicación en España se encuentra en un brete marcado por la transformación tecnológica y la incertidumbre macroeconómica. Esta fue la conclusión principal de la celebración del IV Foro de la Publicidad, organizado conjuntamente por La Asociación de Empresas de la Comunicación (La FEDE) y la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). El evento, desarrollado en la sede de la patronal empresarial, reunió a destacados líderes del sector bajo el lema «La comunicación publicitaria, motor de crecimiento de las empresas. Tendencias y retos», con el objetivo de reivindicar el peso estratégico de esta actividad en el PIB y el empleo nacional.

Javier Calderón, director de empresas y organizaciones en CEOE, y Elia Méndez, directora general de La FEDE, estuvieron a cargo de la apertura institucional. Ambos directivos coincidieron en señalar la publicidad como un termómetro vital de la salud económica del país. Calderón definió la publicidad como «un factor de competitividad empresarial» y reafirmó el compromiso de la patronal con el sector. Por su parte, Méndez destacó «la importancia de eventos como este que ayudan a recalcar la aportación de un sector como el publicitario al PIB, la sociedad, la cultura y el empleo del país», resaltando la necesidad de visibilizar una industria que a menudo actúa como motor silencioso de la economía.
El peso económico y la necesidad de abrazar la disrupción
La primera ponencia magistral estuvo a cargo de Maite Rodríguez, presidenta de La FEDE y directora general comercial de Marketing y Comunicación en Clear Channel. Su intervención, titulada «¿Preparados para la disrupción?», puso cifras contundentes sobre la mesa: las empresas de Publicidad y Estudios de Mercado representan ya el 1,5% del tejido empresarial español y dan empleo a más de 125.000 personas, según datos del Observatorio de la Publicidad 2025.
Sin embargo, Rodríguez advirtió que las cifras no garantizan la supervivencia sin adaptación. En un entorno volátil, instó a las empresas a perder el miedo al cambio. «La publicidad no se detiene, evoluciona continuamente enfrentando nuevos desafíos y oportunidades en un mercado dinámico, adaptándose a las tendencias con creatividad e innovación. Hay que estar preparados para la disrupción y abrazar lo que viene», aseveró la directiva, marcando el tono de una jornada centrada en la innovación.
El foro también abordó la evolución de la relación entre anunciantes y agencias, un vínculo que se ha transformado radicalmente. En un diálogo entre Antonio Pascual, CEO fundador en Watson, y Mariano Casares, director de marca en MasOrange, se debatió sobre la necesidad y conveniencia de pasar de una relación de proveedores a una de verdaderos socios estratégicos.
«En un escenario cambiante como el que vivimos, con más canales de comunicación, audiencias fragmentadas, presión de eficientar procesos, nuevas tecnologías, competencia feroz, es más necesario que nunca ser partners. Necesitamos la unión y trabajar de forma conjunta», afirmó Casares. Pascual, por su parte, reclamó una humanización de las relaciones corporativas, pidiendo a las marcas «transparencia, reconocimiento, cercanía, confianza y empatía».
Regulación de influencers y riesgos de ciberseguridad
Uno de los puntos más técnicos y relevantes de la jornada fue el análisis del marco legal para los nuevos formatos digitales. Patricia Hernando, subdirectora de Asesoría Jurídica de Autocontrol, desgranó las implicaciones del nuevo Código de Conducta de Publicidad a través de Influencers, que entró en vigor en octubre de 2025. Hernando aclaró que para considerar un contenido como publicitario deben concurrir dos requisitos: una finalidad promocional y la existencia de una contraprestación. La experta enfatizó que la publicidad debe ser identificable de manera «explícita, inmediata y adecuada al medio y mensaje», poniendo fin a la ambigüedad que ha caracterizado al marketing de influencia en años anteriores.
La tecnología también mostró su cara más oscura de la mano de Iván González, CEO de Privacidad Global, quien abordó la ciberseguridad. A través de demostraciones prácticas, González alertó sobre cómo la inteligencia artificial puede rastrear y exponer la huella digital de usuarios y empresas, haciendo que la protección de la privacidad sea un activo crítico en la estrategia publicitaria moderna.
2025: Un año de estancamiento y desafíos externos
El evento concluyó con una mesa coloquio moderada por Olga Martínez (vicepresidenta de la IAA), que contó con voces autorizadas como Raquel Serón (Burns The Agency), Mariana Pedemonte (&Beyond), Ludi García (SEC Newgate Spain y presidenta de ADC), Alexandra Martínez (Risi) y Javier Perales (Visa).
El debate se centró en el análisis coyuntural del año 2025, caracterizado por un preocupante estancamiento en la inversión publicitaria. Los expertos coincidieron en señalar que las causas principales son exógenas al sector: factores externos como guerras, incertidumbre geopolítica, inestabilidad económica, inflación persistente y agentes climáticos han frenado los presupuestos de marketing.
Además del freno económico, se discutieron cambios estructurales como la fragmentación de las audiencias, la dificultad de establecer métricas unificadas y el impacto transversal de la inteligencia artificial en la cadena de valor. El foro cerró con un llamado a la resiliencia y a la reinvención, confirmando que la publicidad sigue siendo un motor de crecimiento, pero que necesita, hoy más que nunca, navegar con agilidad en un mar de incertidumbre.