La capacitación continua aumenta el potencial laboral

El ver­ti­gi­no­so rit­mo de cam­bio que se está expe­ri­men­tan­do cau­sa­do por la digi­ta­li­za­ción, es un hecho, tan­to que la mayo­ría de las empre­sas son inca­pa­ces de man­te­ner­lo y de seguir esta gran ola de trans­for­ma­ción.

Ade­más la pan­de­mia ha ace­le­ra­do aún más la velo­ci­dad de estos cam­bios, acor­tan­do los ciclos de vida de las empre­sas, de sus pro­duc­tos y ser­vi­cios, y como con­se­cuen­cia pro­vo­can­do que com­pa­ñías que ayer eran líde­res en su cate­go­ría, hoy no encuen­tren su espa­cio y no entien­dan el por qué, mien­tras son sus­ti­tui­das por otras con mode­los en los que la tec­no­lo­gía y la digi­ta­li­za­ción de los pro­ce­sos, garan­ti­zan para sus clien­tes pro­duc­tos o ser­vi­cios mejo­ra­dos.

“El nue­vo clien­te digi­tal y la tec­no­lo­gía nos obli­gan a adap­tar radi­cal­men­te los pro­ce­sos y cana­les, a crear nue­vos mode­los de nego­cio, a inter­ac­tuar con otras empre­sas en pro­ce­sos cola­bo­ra­ti­vos,… en defi­ni­ti­va, supo­ne un cam­bio estra­té­gi­co y suce­si­vo que afec­ta a la cul­tu­ra, a la orga­ni­za­ción, a las ope­ra­cio­nes y a todas las rela­cio­nes con los clien­tes, por la inte­gra­ción inte­li­gen­te de las nue­vas tec­no­lo­gías”, indi­ca Pablo Loba­to, CEO de Smart­Mind.

Esta trans­for­ma­ción es muy des­igual entre com­pa­ñías gran­des y peque­ñas, inclu­so de un mis­mo sec­tor, lo que impli­ca que en la prác­ti­ca debe­ría ser una estra­te­gia adap­ta­da a la reali­dad y las nece­si­da­des de cada com­pa­ñía. Sin embar­go, en lo que si coin­ci­den todas las com­pa­ñías es en la nece­si­dad de impul­sar una cul­tu­ra y un digi­tal mind­set, para garan­ti­zar la trans­for­ma­ción de la com­pa­ñía, a tra­vés de apren­di­za­jes cons­tan­tes y suce­si­vos de los pro­fe­sio­na­les y de la pro­pia orga­ni­za­ción.

Para Loba­to, “esto impli­ca nue­vos cono­ci­mien­tos, enfo­ques dife­ren­tes y desa­rro­llos que van a exi­gir el mane­jo de nue­vas com­pe­ten­cias digi­ta­les, cada vez más avan­za­das, que requie­re de un mar­co de ges­tión del cono­ci­mien­to, que garan­ti­ce el avan­ce sóli­do de la trans­for­ma­ción, y en esto la gran mayo­ría falla, pues aun­que el cono­ci­mien­to flu­ya, en muchas oca­sio­nes se pier­de”.

En este sen­ti­do, hay una serie de cla­ves que se deben tener en cuen­ta en el desa­rro­llo de los pro­fe­sio­na­les y de las orga­ni­za­cio­nes, que se hacen reales por el estu­dio y eje­cu­ción de los apren­di­za­jes, entre las que des­ta­can:

- Pre­dis­po­si­ción a la agi­li­dad y a la efi­cien­cia median­te mode­los de esca­la

- Orien­ta­ción total hacia las per­so­nas, por que éstas son el eje de la trans­for­ma­ción

- Cono­ci­mien­to del mane­jo de datos e infor­ma­ción a par­tir de múl­ti­ples fuen­tes

- Enten­di­mien­to de las nue­vas ten­den­cias tec­no­ló­gi­cas, sus posi­bi­li­da­des y los cam­bios que plan­tean en el nego­cio.

- Nece­si­dad de mode­los expe­rien­cia­les en los pro­duc­tos y ser­vi­cios

- Enten­di­mien­to pre­ci­so de la comu­ni­ca­ción con el clien­te digi­tal, en un entorno total­men­te omni­ca­nal.

“La estra­te­gia de trans­for­ma­ción solo será via­ble, si los pro­fe­sio­na­les avan­zan y conec­tan con las ten­den­cias que real­men­te les afec­tan. No es posi­ble una trans­for­ma­ción real­men­te exi­to­sa, sin el apren­di­za­je cons­tan­te de cues­tio­nes esen­cia­les y el desa­rro­llo de habi­li­da­des, cada vez más avan­za­das, de los pro­fe­sio­na­les que la com­po­nen”, con­clu­ye el CEO de Smart­Mind.