Según un recien­te infor­me publi­ca­do por la empre­sa de ana­lí­ti­cas 2.0 Quintly, tener millo­nes de segui­do­res en Twit­ter no es garan­tía de un ele­va­do núme­ro de inter­ac­cio­nes, ya que los ratios de inter­ac­ción de los per­fi­les con mayor núme­ro de follo­wers (más de 100 millo­nes de de segui­do­res) se con­tra­je­ron un 58% duran­te el pri­mer semes­tre del año.

A con­tra­pe­lo de lo ante­rior, las cuen­tas con menos de 10 millo­nes de follo­wers se las inge­nia­ron para seguir aumen­tan­do sus tasas de inter­ac­ción entre enero y junio de 2016. ¿La con­clu­sión? Que hoy por hoy Twit­ter resul­ta par­ti­cu­lar­men­te efec­ti­va como herra­mien­ta de mar­ke­ting para las peque­ñas y media­nas empre­sas y no tan­to para las gran­des com­pa­ñías, o al menos no tan­to como antes.

Por otra par­te, el núme­ro de tuits que a dia­rio se publi­can en Twit­ter no se ha redu­ci­do duran­te el pri­mer semes­tre del año, man­te­nién­do­se esta­ble en la últi­ma ges­tión.

Aho­ra, don­de sí se ha apre­cia­do un nota­ble bajón en el pri­mer semes­tre del 2016 ha sido en el cre­ci­mien­to del núme­ro de follo­wers en los per­fi­les de Twit­ter. En com­pa­ra­ción con el pri­mer semes­tre de 2015, el ratio de cre­ci­mien­to de segui­do­res en la red social del paja­ri­to se con­tra­jo un 40% entre enero y junio de 2016.