Cuatro de cada diez españoles renunciarían a las redes sociales para garantizar su privacidad

El Infor­me Glo­bal sobre la Pri­va­ci­dad pre­sen­ta­do por la fir­ma Kas­persky mues­tra una ines­pe­ra­da con­clu­sión: el 41% de los espa­ño­les, casi la mitad, se mues­tra dis­pues­to a dar­se de baja de las redes socia­les si así pudie­ran garan­ti­zar la pri­va­ci­dad de sus datos para siem­pre; asi­mis­mo, resal­ta que la preo­cu­pa­ción aso­cia­da a la pri­va­ci­dad digi­tal gene­ra ansie­dad y rece­lo sobre la uti­li­za­ción y dis­tri­bu­ción de sus datos per­so­na­les en Inter­net.

Actual­men­te, las redes socia­les como Face­book, Ins­ta­gram o Twit­ter ocu­pan un papel muy impor­tan­te en nues­tras vidas y, según el infor­me, el 87 % de los espa­ño­les cede sus datos per­so­na­les a estas empre­sas como mone­da de cam­bio para expre­sar sus ideas, comu­ni­car­se con ami­gos o fami­lia­res o poner­se al día de las últi­mas noti­cias, ideas y ten­den­cias.

El estu­dio tam­bién des­ta­ca que el 12% de los espa­ño­les reco­no­ce ceder infor­ma­ción per­so­nal para regis­trar­se o par­ti­ci­par en jue­gos y con­cur­sos diver­ti­dos como ¿A qué famo­so te pare­ces? o ¿Cuál es tu comi­da favo­ri­ta?, algo que no podrían hacer si salie­ran de las redes socia­les. Adi­cio­nal­men­te, aban­do­nar las redes socia­les haría más com­ple­jo el pro­ce­so de dar­se de alta en dife­ren­tes webs y ser­vi­cios, al no poder vin­cu­lar sus cuen­tas a sus per­fi­les de Face­book o Twit­ter.

Otro dato a resal­tar es que, a pesar de ser un ele­men­to impor­tan­te de nues­tras vidas, el 17% de los encues­ta­dos afir­ma que esta­ría dis­pues­to a dejar de lado su telé­fono inte­li­gen­te si así pudie­ra garan­ti­zar la pri­va­ci­dad de sus datos para el res­to de su vida.

El direc­tor gene­ral de Kas­persky en Ibe­ria, Alfon­so Ramí­rez, ha expli­ca­do que “en un pasa­do no muy lejano, com­par­tía­mos nues­tros datos pri­va­dos con ser­vi­cios de redes socia­les a cam­bio de varios bene­fi­cios, sin siquie­ra pen­sar en las poten­cia­les ame­na­zas o sus con­se­cuen­cias. Sin embar­go, aho­ra que se han dado a cono­cer nume­ro­sas fil­tra­cio­nes de datos en todo el mun­do, los usua­rios son cada vez más cons­cien­tes de los ries­gos”.