Cómo los programas de referidos convierten clientes en defensores de marca

Cómo los programas de referidos convierten clientes en defensores de marca
Los pro­gra­mas de refe­ri­dos, o el mar­ke­ting de boca a boca, es la estra­te­gia que no pasa de moda gra­cias a su efec­ti­vi­dad en el pano­ra­ma comer­cial actual. Des­de gigan­tes tec­no­ló­gi­cos como Tes­la y Drop­box has­ta pla­ta­for­mas con­so­li­da­das como Airbnb o sis­te­mas de pago como Pay­Pal, suman las empre­sas que están adop­tan­do esta tác­ti­ca para poten­ciar sus ven­tas, expan­dir su base de clien­tes y, espe­cial­men­te, fomen­tar la fide­li­za­ción.

El éxi­to de los pro­gra­mas de refe­ri­dos no es una sor­pre­sa, dado el éxi­to demos­tra­do: Drop­box, por ejem­plo, logró aumen­tar sus tasas de con­ver­sión en un sor­pren­den­te 3900% en solo quin­ce meses gra­cias a su pro­gra­ma de refe­ri­dos. Una de las carac­te­rís­ti­cas más atrac­ti­vas de esta estra­te­gia es su baja inver­sión ini­cial, carac­te­rís­ti­ca que la con­vier­te en una opción ideal y de muy ele­va­da ren­ta­bi­li­dad tan­to para gran­des cor­po­ra­cio­nes como para mar­cas más peque­ñas que bus­can des­pe­gar en el mer­ca­do.

La cla­ve del éxi­to en los pro­gra­mas de refe­ri­dos radi­ca en la satis­fac­ción del clien­te. El obje­ti­vo prin­ci­pal es trans­for­mar a los clien­tes actua­les en autén­ti­cos defen­so­res de la mar­ca, lo que impli­ca que su expe­rien­cia con el pro­duc­to o ser­vi­cio debe ser más que favo­ra­ble. Una vez logra­do este nivel de satis­fac­ción, la recom­pen­sa ofre­ci­da jue­ga un papel deter­mi­nan­te. La ambi­ción de esta recom­pen­sa pue­de variar según el pre­su­pues­to de la empre­sa, abar­can­do des­de des­cuen­tos y pro­duc­tos gra­tui­tos has­ta bonos espe­cia­les o acce­so a ser­vi­cios pre­mium. La natu­ra­le­za de la recom­pen­sa tam­bién sue­le adap­tar­se al sec­tor. Por ejem­plo, los bonos de apues­tas son comu­nes en las casas de apues­tas depor­ti­vas, mien­tras que en el sec­tor del e‑commerce pre­do­mi­nan los envíos gra­tui­tos o los des­cuen­tos en futu­ras com­pras. La elec­ción de la recom­pen­sa ideal depen­de­rá tan­to del pre­su­pues­to como del valor que repre­sen­te para el clien­te.

Ven­ta­jas úni­cas

Más allá de la fle­xi­bi­li­dad en la inver­sión ini­cial, los pro­gra­mas de refe­ri­dos des­ta­can por su capa­ci­dad para cap­tar nue­vos clien­tes con un esfuer­zo bas­tan­te menor en com­pa­ra­ción con otras estra­te­gias de mar­ke­ting. Un dato reve­la­dor de la encues­ta Glo­bal Trust in Adver­ti­sing and Brand Mes­sa­ges, de Niel­sen, indi­ca que el 92% de las per­so­nas con­fía más en las reco­men­da­cio­nes de ami­gos y fami­lia­res que en otras for­mas de publi­ci­dad. A par­tir de esta infor­ma­ción, que la con­fian­za se tra­duz­ca en bene­fi­cio para la mar­ca es res­pon­sa­bi­li­dad de la pro­pia mar­ca. Cada par­te del pro­ce­so jue­ga un papel esen­cial en la satis­fac­ción gene­ral del clien­te: des­de la crea­ción de un buyer per­so­na para enten­der las nece­si­da­des del clien­te poten­cial, has­ta el desa­rro­llo de un pro­duc­to que supere sus expec­ta­ti­vas, pasan­do por el cui­da­do meticu­loso de cada pun­to de con­tac­to y la cohe­ren­cia en los valo­res de mar­ca.

Asi­mis­mo, los pro­gra­mas de refe­ri­dos no solo impul­san la adqui­si­ción, sino que tam­bién mejo­ran la rela­ción con los clien­tes exis­ten­tes, aumen­tan­do la reten­ción. Está com­pro­ba­do que los clien­tes poten­cia­les que lle­gan por reco­men­da­ción demues­tran una tasa de con­ver­sión has­ta un 30% más alta que los pro­ce­den­tes de otros cana­les. Adi­cio­nal­men­te, estos clien­tes refe­ri­dos tie­nen un valor de vida útil (LTV) un 16% más ele­va­do, lo que des­ta­ca aún más su ren­ta­bi­li­dad a lar­go pla­zo.

Al defi­nir la recom­pen­sa, más allá del pre­su­pues­to, es vital maxi­mi­zar el pro­ve­cho de la estra­te­gia. En el sec­tor hote­le­ro, por ejem­plo, son muy popu­la­res los sis­te­mas de pun­tos en lugar de des­cuen­tos direc­tos. Cada vez que un clien­te refie­re a uno nue­vo, acu­mu­la pun­tos can­jea­bles una vez que alcan­za un míni­mo, lo que no solo atrae nue­vos clien­tes, sino que tam­bién incen­ti­va al clien­te ini­cial a man­te­ner­se acti­vo y leal. Otra tác­ti­ca muy efec­ti­va es pre­miar al clien­te que refie­re y al refe­ri­do, por ejem­plo con un des­cuen­to para el pri­me­ro en su pró­xi­ma com­pra y un pro­duc­to gra­tui­to para el segun­do.

La elec­ción final de la recom­pen­sa depen­de­rá del clien­te ideal y de los recur­sos de la mar­ca. Como se des­ta­ca, “hablar­le a quien real­men­te impor­ta, siem­pre da mejo­res resul­ta­dos”, hacien­do hin­ca­pié en las ven­ta­jas de una comu­ni­ca­ción per­so­na­li­za­da y rele­van­te para el éxi­to de estos pro­gra­mas.

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