Desde brindar visibilidad a eventos hasta impulsar la venta de productos, el marketing deportivo ha evolucionado a lo largo de los años.
El mundo del deporte ostenta uno de los tipos de promoción con más alcance y efectividad. Hacemos un repaso de su transformación gradual en busca de su objetivo principal, que es remover las emociones de los aficionados.
El marketing deportivo va más allá de conectar con consumidores: busca una conexión con los aficionados. El mundo deportivo despierta todo tipo de pasiones, como el sentimiento de pertenencia a un grupo o el orgullo hacia un determinado equipo. Así ha sido desde los inicios de esta relación tan consolidada como lo es la del marketing y el deporte.
Los años 20: el principio del idilio marketing/mundo deportivo en la radio
Fue en los años 20 cuando, gracias a la aparición de la radio, comenzaron las primeras promociones deportivas. De esta época destaca el contrato de patrocinio de Coca Cola en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam. Y en 1936 se daría uno de los grandes hitos del marketing deportivo: Adidas fue la encargada de vestir al atleta estadounidense Jesse Owens.
Los años 50: la irrupción de la televisión
La llegada de la televisión en los años 50 supuso un antes y un después en el marketing en el deporte. Comenzaría entonces la publicidad en las retransmisiones de los eventos deportivos, así como en directo en los mismos estadios. Fue en esta época, por ejemplo, en la que el estadio de baseball de Sportsman’s Park de Missouri pasaría a llamarse Busch Park, debido a la compra de derechos por parte de la cervecería Anheuser Busch.
30 años después, en la década de los 80, nacen las pantallas de patrocinios en los estadios. A partir de aquí, las principales marcas comenzaron a vincularse con las grandes estrellas deportivas del momento. El ejemplo más claro de ello fue la colaboración de Michael Jordan con Nike a través de las legendarias zapatillas Air Jordan. Es aquí donde se da el comienzo de una relación estrecha entre las marcas de renombre y los deportistas de máximo nivel.
Las plataformas digitales: un mundo de posibilidades
Las nuevas tecnologías abrieron un mundo de posibilidades casi infinitas en términos de publicidad. Las redes sociales han logrado que en esta relación aparezcan nuevos protagonistas a modo de celestinos: los influencers.
No se podría entender el marketing deportivo a día de hoy sin la presencia de los famosos streamers y sin mencionar nombres como el de Ibai Llanos. Con este panorama, se permite una conversación en tiempo real entre las marcas y los aficionados a ciertos deportes. Por si fuera poco, las redes sociales posibilitan la capacidad de segmentación. Así, permiten que las marcas lancen el mensaje que quieren al público que quieren.
Un actor clave de esta nueva realidad del marketing deportivo son las casas de apuestas, que han jugado un papel principal en la publicidad del sector. Casas con gran experiencia que realizan colaboraciones con futbolistas o famosos suponen un claro ejemplo de cómo funciona el marketing en el mundo del deporte.
Además, los propios eventos deportivos y los deportistas que los protagonizan se convierten directamente en marcas. De este modo, cuentan con sus propias comunidades y estrategias de posicionamiento. Prueba de ello son el Real Madrid, Cristiano Ronaldo o Rafael Nadal. El resultado es que las marcas deben tener en cuenta los valores que defienden estas personalidades o clubes a la hora de hacer colaboraciones, de modo que, si la estrategia es la adecuada, a través de un único jugador o equipo podrán llegar a millones de personas.
En definitiva, el marketing deportivo ha evolucionado a la par de la tecnología. Por lo tanto, se ha transformado tanto como esta última se lo ha permitido y podemos asegurar que lo seguirá haciendo.