A vueltas con la posverdad

A vueltas con la posverdad

Por Javier Sal­ga­do

javier_salgRecien­te­men­te he asis­ti­do en Mia­mi al Con­gre­so Cibe­com 2017, que por pri­me­ra vez ha reu­ni­do a dir­coms de habla his­pa­na y por­tu­gue­sa. Resul­ta intere­san­te que en un año en que comu­ni­da­des como la mexi­ca­na han sido tan vapu­lea­das en EE.UU. por deter­mi­na­dos esta­men­tos polí­ti­cos, un Esta­do como Flo­ri­da –tan latino pero tan nor­te­ame­ri­cano al mis­mo tiem­po– haya aco­gi­do una cum­bre de comu­ni­ca­do­res en espa­ñol y por­tu­gués.

Como era de espe­rar, el fenó­meno de la pos­ver­dad –ese eufe­mis­mo acu­ña­do para des­cri­bir el inten­to de mol­dear la opi­nión públi­ca median­te la ape­la­ción a las emo­cio­nes o, en defi­ni­ti­va, la difu­sión de men­ti­ras–  ha sobre­vo­la­do a lo lar­go del con­gre­so.

El eco­sis­te­ma en el que nos move­mos ha crea­do ciu­da­da­nos mucho más pode­ro­sos, aun­que esta ten­den­cia tie­ne tam­bién su lado nega­ti­vo: cual­quie­ra pue­de dise­mi­nar noti­cias fal­sas que se pro­pa­guen a velo­ci­dad de vér­ti­go y gene­ren a tu orga­ni­za­ción una cri­sis en toda regla. Como con­se­cuen­cia, la repu­tación de empre­sas y per­so­nas es cada vez más vul­ne­ra­ble y se encuen­tra some­ti­da a mayo­res ries­gos. Según Oxford Métri­ca, las pro­ba­bi­li­da­des de que una empre­sa o ins­ti­tu­ción sufra un escán­da­lo que dañe su repu­tación son del 80%, fren­te al 20% de unos años atrás.

cibecEntre los exper­tos que inter­vi­nie­ron en Cibe­com 2017 des­ta­có Ser­gi Gui­llot, CEO de Acce­so, empre­sa espe­cia­li­za­da en medi­ción y aná­li­sis, quien expu­so algu­nos datos e ideas que debe­rían mover­nos a la refle­xión:

  • Nun­ca antes habían exis­ti­do eco­sis­te­mas de infor­ma­ción tan ais­la­dos de la reali­dad y de la obje­ti­vi­dad.
  • Hoy en día, los hechos obje­ti­vos influ­yen menos en la for­ma­ción de la opi­nión públi­ca que las lla­ma­das a la emo­ción y  las creen­cias per­so­na­les.
  • En EE.UU., solo el 2% de los ciu­da­da­nos nor­te­ame­ri­ca­nos tuvo la pren­sa como prin­ci­pal fuen­te de infor­ma­ción duran­te la cam­pa­ña a las pre­si­den­cia­les de 2016. Las redes socia­les, cómo no, aca­pa­ra­ron el mayor poder de influen­cia. Y no olvi­de­mos que estas sue­len carac­te­ri­zar­se por una ausen­cia casi abso­lu­ta de fil­tros.
  • Duran­te las últi­mas sema­nas de cam­pa­ña elec­to­ral, en EE.UU. se com­par­tie­ron más noti­cias fal­sas que ver­da­de­ras.

¿Será la pos­ver­dad un fenó­meno tran­si­to­rio o una ten­den­cia pasa­je­ra? ¿Qué ocu­rri­rá cuan­do que­den en evi­den­cia men­ti­ras que han juga­do un papel cru­cial en el triun­fo de deter­mi­na­das opcio­nes polí­ti­cas? ¿Cómo reac­cio­na­rá el ciu­da­dano?

Resul­ta difí­cil tener una res­pues­ta cla­ra a todo ello en un mun­do tan con­vul­so como este. Mien­tras tan­to, cabe cele­brar deter­mi­na­das ini­cia­ti­vas, como la del dia­rio El País, que en su nue­vo blog Hechos pre­ten­de des­acre­di­tar his­to­rias fal­sas y evi­tar que noti­cias inexac­tas sean con­si­de­ra­das como cier­tas. Un ejem­plo del papel que pue­de seguir ejer­cien­do el buen perio­dis­mo.

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Javier Sal­ga­do Der­qui
Mana­ging Direc­tor USA en ATRE­VIA
Exper­to en Comu­ni­ca­ción Cor­po­ra­ti­va y Comu­ni­ca­ción de Cri­sis
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