En una etapa en la que las empresas aceleran la adopción de la Inteligencia Artificial (IA), la preocupación de los consumidores sobre el uso de sus datos personales está alcanzando niveles críticos. El informe State of Digital Trust (Estado de la Confianza Digital), elaborado por Usercentrics, empresa tecnológica especializada en privacidad, revela una progresiva sensación de mercantilización y desconfianza entre los usuarios.
El estudio, basado en una encuesta a 10.000 usuarios de internet en Europa y Estados Unidos, entre ello mil participantes españoles, pone de manifiesto esta tendencia. Así, de los encuestados españoles, dos tercios (65%) afirman sentir que “se han convertido en el producto” de las marcas con las que interactúan. Esta percepción refleja un cambio de paradigma en la relación consumidor-empresa, donde la privacidad se ha convertido en un punto de controversia.
A medida que aumenta la concienciación en torno a la privacidad digital, también lo hace la cautela de los usuarios: casi la mitad (47%) de los encuestados globales afirma hacer clic en «aceptar todo» con menos frecuencia que hace tres años. Este dato refleja un importante cambio de actitud hacia una interacción más selectiva con las empresas desde el primer punto de contacto digital.
Además, se hace patente que la brecha de conocimiento es enorme: las tres cuartas partes de los consumidores españoles (75%) no entiende en su totalidad cómo las empresas utilizan sus datos. A esta falta de comprensión se suma una preocupación considerable por la IA: más de la mitad (60%) de los usuarios españoles están preocupados por el uso de sus datos para entrenar modelos de Inteligencia Artificial.
Transparencia y control para reconstruir la confianza
El informe de Usercentrics no solo diagnostica el problema, sino que también señala un camino para las empresas que buscan recuperar y ganar la confianza de los consumidores. Revela que la transparencia es el principal factor para aumentar la confianza. Los consumidores consideran que hay tres elementos irrenunciables para construir cualquier estrategia de confianza digital: conocer cómo la empresa recopila y utiliza los datos, tener garantías de seguridad sólidas, y finalmente la posibilidad de controlar o limitar el intercambio de datos.
Analizando por sectores, el estudio muestra diferencias. Los bancos (47%) y las instituciones públicas (45%) siguen gozando de niveles relativamente altos de confianza en torno a la recopilación y el uso de datos. Sin embargo, la confianza se desploma en sectores como las plataformas de redes sociales (31%), la restauración (24%) y la automoción (24%), lo que indica que estas industrias tienen más tareas pendientes para reconstruir la credibilidad con sus usuarios.
Los consumidores también están cada vez más conscientes de sus derechos en virtud de la normativa sobre privacidad de datos. Más de la mitad (54%) confía en que los reguladores los protegerán y exigirán responsabilidades a las empresas. Aun así, existe un segmento de escepticismo considerable: un 20% de los consumidores se muestran recelosos ante la posibilidad de que los reguladores puedan, o quieran, exigir responsabilidades de manera efectiva a las empresas.
La privacidad como diferenciador en la era de la IA
En un panorama donde los consumidores sienten que se están convirtiendo en el producto, las marcas que apuestan por la transparencia en sus prácticas de datos, explicando claramente cómo y por qué se utilizan los datos, pueden generar mayor confianza y un compromiso digital mucho más sólido y sostenido en el tiempo. La comunicación transparente sobre el manejo de la información personal se perfila como un factor diferenciador de peso.
Adelina Peltea, directora de marketing de Usercentrics, opina sobre la urgencia de un cambio de enfoque: “No se trata de una reacción en contra por parte del usuario, sino de un cambio. Durante demasiado tiempo, la privacidad de los datos de los usuarios se ha entendido como una disyuntiva entre crecimiento y cumplimiento. Si la privacidad y el consentimiento no se sitúan en el centro de las estrategias de marketing, especialmente ahora que se acelera la adopción de la inteligencia artificial, las empresas corren el riesgo de perder por completo la confianza de los consumidores”. Sus palabras resaltan que la privacidad ya no puede ser un tema secundario o una mera obligación regulatoria.
Peltea concluye que, en el actual panorama digital impulsado por la IA, “la responsabilidad y un enfoque centrado en el usuario son fundamentales. La privacidad está llamada a marcar la pauta en la nueva era de las relaciones entre marcas y consumidores, ofreciendo a las empresas una oportunidad clave para diferenciarse mediante experiencias de usuario responsables, transparentes y que den prioridad a la privacidad”. Este es un llamado a las empresas para que reconozcan la privacidad no como un obstáculo, sino como una poderosa ventaja competitiva y un pilar para construir relaciones duraderas con sus clientes en la era de la IA.