El primer semestre de 2020 ha concluido para Unilever mejor de lo inicialmente esperado. Y si bien sus ventas globales sufrieron una caída interanual del 1,6%, la facturación conseguida a través del e‑commerce pegó un salto del 49%.
Gracias a sus buenas cifras, Unilever se dispone a retomar poco a poco la normalidad en clave publicitaria. Y si durante los últimos meses buena parte su gasto publicitario tuvo el foco puesto en productos particularmente demandados durante la crisis (artículos de higiene sobre todo), su inversión virará gradualmente hacia otro tipo de productos.
El coronavirus ha hecho que mermen ostensiblemente las tarifas publicitarias, por lo que la multinacional se dispone a tomar ventaja de esta circunstancia. “Tenemos intención de invertir nuevamente con fuerza tan pronto como las restricciones se alivien y los consumidores aprendan a convivir con el COVID-19″, declara Alan Jope, CEO de Unilever. “Habrá importantes inversiones para dar soporte a las campañas de branding y a las innovaciones de producto especialmente adaptadas al contexto actual”, añade Jope.
Sin embargo, dos importantes canales se quedarán al margen del regreso de Unilever a la arena de la publicidad: Facebook y Twitter. A finales de junio la compañía anunció su determinación de paralizar sus anuncios en ambas plataformas hasta finales de año.
El titán de la publicidad se sumaba así al boicot publicitario contra Facebook #StopHateForProfit. Además, la empresa ha tomado asimismo la determinación de promocionar sus productos entre los niños menores de 12 años. De esta forma, Unilever quiere convertirse en modelo a seguir en el ramo de la alimentación.