Twit­ter se encuen­tra en pro­ce­so de eli­mi­nar la apa­ri­ción de los nom­bres de usua­rio en las men­cio­nes, con el obje­ti­vo de que los tui­te­ros apro­ve­chen los 140 carac­te­res que la red social ofre­ce.

Sin embar­go, esta nue­va carac­te­rís­ti­ca ha gene­ra­do con­fu­sión entre los usua­rios en sus pri­me­ras prue­bas, ya que este es uno de los mayo­res cam­bios que la red social haya imple­men­ta­do des­de sus ini­cios en 2006.

En el pro­pio Twit­ter se han difun­di­do imá­ge­nes de per­so­nas que han teni­do acce­so a la fun­ción que mues­tran que sus nom­bres de usua­rio no apa­re­cen en las con­ver­sa­cio­nes. Lo que ha cau­sa­do males­tar, ya que el @-acompañado de un nom­bre de usua­rio resul­ta una carac­te­rís­ti­ca amplia­men­te acep­ta­da por los usua­rios.

Para algu­nos usua­rios la nue­va carac­te­rís­ti­ca hace difí­cil tener una con­ver­sa­ción de for­ma selec­ti­va. Otros usua­rios seña­lan que Twit­ter bus­ca enfren­tar el tro­lleo, pero la deci­sión no pare­ce abor­dar el pro­ble­ma de la pla­ta­for­ma. Twit­ter ha dicho que está tra­ba­jan­do en nue­vas herra­mien­tas con­tra el abu­so en cuan­to a bur­las, aco­so y hos­ti­ga­mien­to, como el silen­cia­dor de malas pala­bras o expre­sio­nes de odio.

¿Qué pasa con Twit­ter?

La red social enfren­ta una cri­sis finan­cie­ra con pér­di­das de 102,9 millo­nes de dóla­res sólo del ter­cer tri­mes­tre de 2016, meno­res que el resul­ta­do nega­ti­vo de 131,7 millo­nes que tuvo en el mis­mo perío­do del año pasa­do.

La empre­sa Twit­ter Inc. está toman­do medi­das drás­ti­cas para no com­pro­me­ter su bien­es­tar, y una de ellas fue el cie­rre defi­ni­ti­vo de la pla­ta­for­ma de vídeos Vine, mis­ma que no pudo ser ven­di­da, ade­más de las pér­di­das eco­nó­mi­cas que ya había acu­mu­la­do.

La rees­truc­tu­ra­ción de la fir­ma gene­ra­rá gas­tos adi­cio­na­les de entre 15 y 30 millo­nes de dóla­res, tan­to en efec­ti­vo como en com­pen­sa­cio­nes con accio­nes. Se enfo­ca­rá fun­da­men­tal­men­te en la reor­ga­ni­za­ción de las ven­tas de la com­pa­ñía, aso­cia­cio­nes y esfuer­zos de mar­ke­ting, y bus­ca­rá efi­ca­cia en la ges­tión para alcan­zar bene­fi­cios el año pró­xi­mo.

Ana­lis­tas finan­cie­ros seña­lan que el cie­rre de Vine anti­ci­pa una posi­ble des­pe­di­da para Twit­ter, debi­do a que sus deci­sio­nes de nego­cio no han sido las mejo­res.

Para Seth Fie­ger­man de CNN­Mo­ney, el que Twit­ter haya fra­ca­sa­do con Vine refle­ja las difi­cul­ta­des de Twit­ter en sí. A pesar de que la leal comu­ni­dad de millo­nes de usua­rios lo ama, Vine se vio afec­ta­da por la tur­bia visión de pro­duc­to de Twit­ter, la inca­pa­ci­dad de seguir­le el paso a la com­pe­ten­cia y la fal­ta de un camino cla­ro hacia el éxi­to con las masas.

“La lec­ción es que una comu­ni­dad devo­ta no es sufi­cien­te para man­te­ner a flo­te un pro­duc­to de redes socia­les cuan­do es par­te de una empre­sa que coti­za en la bol­sa. Tie­ne que demos­trar que tie­ne espa­cio para cre­cer y para ganar dine­ro si ha de sobre­vi­vir”, seña­ló el perio­dis­ta esta­dou­ni­den­se.