La com­pli­ca­ción que a menu­do acom­pa­ña la ins­ta­la­ción de una red inalám­bri­ca en casa, con sus cables enre­da­dos y manua­les exten­sos, pue­de con­ver­tir­se en un pro­ble­ma para muchos. Sin embar­go, pue­de ser dife­ren­te cuan­do la com­pa­ñía con­tra­ta­da se toma la moles­tia de enviar un téc­ni­co a domi­ci­lio para encar­gar­se de todo. Pre­ci­sa­men­te, este ser­vi­cio, ofre­ci­do de mane­ra total­men­te gra­tui­ta, es lo que la ope­ra­do­ra O2 bus­ca des­ta­car en su nue­vo y gra­cio­so spot lan­za­do en Ale­ma­nia.

La cam­pa­ña, idea­da por la agen­cia Ser­vi­ce­plan Bub­ble, se des­mar­ca del típi­co mate­rial publi­ci­ta­rio del sec­tor de las tele­co­mu­ni­ca­cio­nes. Su sen­ti­do del humor deli­ran­te y su páti­na surrea­lis­ta son lo que la hacen real­men­te dife­ren­te. El pro­ta­go­nis­ta que bri­lla en el spot es un pez colo­sal y muy par­lan­chín que irrum­pe en un hogar para comu­ni­car a sus resi­den­tes que O2 ins­ta­la sus ser­vi­cios de red a domi­ci­lio de for­ma com­ple­ta­men­te gra­tui­ta.

Un men­sa­je sor­pren­den­te y un com­pro­mi­so real con el ser­vi­cio

La reac­ción de los resi­den­tes ante el men­sa­je del pez es, ini­cial­men­te, de escep­ti­cis­mo, pero no tan­to por el sor­pren­den­te hecho de que el pez hable, sino por la increí­ble gra­tui­dad del ser­vi­cio. Poco des­pués, un téc­ni­co de O2 hace su apa­ri­ción, con­fir­man­do la vera­ci­dad de las pala­bras del pez y demos­tran­do con hechos, y no solo con pala­bras, la reali­dad de la ins­ta­la­ción gra­tui­ta que es el eje en torno al cual gira este nue­vo spot de la ope­ra­do­ra.

Ste­ve Ples­ker, direc­tor de Brand & Mar­ke­ting Com­mu­ni­ca­tions de O2, expli­có la razón de ser de la cam­pa­ña: “Esta cam­pa­ña es mucho más que ‘story­te­lling’ y nada más. Y vie­ne a demos­trar que esta­mos fir­me­men­te com­pro­me­ti­dos a la hora de ofre­cer el mejor ser­vi­cio a nues­tros clien­tes, a quie­nes no aban­do­na­mos a su suer­te una vez con­tra­tan nues­tros ser­vi­cios y les envia­mos un téc­ni­co direc­ta­men­te a su casa de mane­ra total­men­te gra­tui­ta para que se encar­gue de la ins­ta­la­ción de nues­tros ser­vi­cios”. Estas decla­ra­cio­nes sub­ra­yan el enfo­que de O2 en la aten­ción al clien­te y la eli­mi­na­ción de barre­ras en el pro­ce­so de ins­ta­la­ción.

El humor, en su ver­tien­te más absur­da, no es un mero adorno en esta nue­va cam­pa­ña de O2; está fir­me­men­te arrai­ga­do en la estra­te­gia de la ope­ra­do­ra. “El humor nos per­mi­te crear una cone­xión genui­na con el clien­te y hacer simul­tá­nea­men­te la mar­ca ver­da­de­ra­men­te tan­gi­ble”, des­ta­can Leif Johann­sen y Patrick Matthien­sen, mana­ging part­ners de Ser­vi­ce­plan Bub­ble. Esta pers­pec­ti­va enfa­ti­za el papel del humor como herra­mien­ta para huma­ni­zar la mar­ca y esta­ble­cer un víncu­lo emo­cio­nal con la audien­cia.

Y, algo fun­da­men­tal: con la ins­ta­la­ción libre de car­gos para el clien­te, O2 bus­ca redu­cir la inco­mo­di­dad que a menu­do expe­ri­men­ta el con­su­mi­dor al cam­biar de pro­vee­dor de tele­co­mu­ni­ca­cio­nes o al ins­ta­lar ser­vi­cios como la fibra ópti­ca en su hogar, un pro­ce­so que en Ale­ma­nia aún impli­ca bas­tan­tes barre­ras y com­pli­ca­cio­nes para los usua­rios. La cam­pa­ña, a tra­vés de su pro­pues­ta humo­rís­ti­ca y su cla­ro men­sa­je de ser­vi­cio, bus­ca faci­li­tar esta tran­si­ción y mejo­rar la expe­rien­cia gene­ral del clien­te con la ope­ra­do­ra.