Radiografía del consumo español 2025: La política desbanca a la economía como principal inquietud, mientras crece la desconfianza en los medios digitales

Radiografía del consumo español 2025: La política desbanca a la economía como principal inquietud, mientras crece la desconfianza en los medios digitales
Havas Media Net­work, en cola­bo­ra­ción con la con­sul­to­ra The Cock­tail Analy­sis, ha pre­sen­ta­do la últi­ma ola de su estu­dio perió­di­co Sen­sor: Taking the Pul­se of Trends. Este infor­me, una pie­za de gran valor para enten­der las diná­mi­cas socia­les y de con­su­mo en Espa­ña, ofre­ce una deta­lla­da radio­gra­fía de la ciu­da­da­nía, ponien­do espe­cial aten­ción en sus prin­ci­pa­les inquie­tu­des, sus hábi­tos de gas­to y la evo­lu­ción de sus creen­cias. Los datos, reco­gi­dos has­ta el cie­rre de sep­tiem­bre de 2025, reve­lan una socie­dad com­ple­ja: emo­cio­nal­men­te más sere­na, pero mar­ca­da por pro­fun­das bre­chas gene­ra­cio­na­les, una gran cau­te­la en el ámbi­to eco­nó­mi­co y, de for­ma lla­ma­ti­va, por una ero­sión pro­gre­si­va de la con­fian­za en los medios de comu­ni­ca­ción.

Per­cep­ción del bien­es­tar: Tran­qui­li­dad con bre­chas de géne­ro y edad

En el plano emo­cio­nal, la inves­ti­ga­ción detec­ta un repun­te del bien­es­tar sub­je­ti­vo. Las sen­sa­cio­nes con­si­de­ra­das «posi­ti­vas» han logra­do supe­rar a las nega­ti­vas por 21 pun­tos, un incre­men­to de 10 pun­tos res­pec­to a sep­tiem­bre de 2024. La emo­ción pre­do­mi­nan­te entre los encues­ta­dos es la tran­qui­li­dad, que ha cre­ci­do 6 pun­tos en el últi­mo año, dan­do a enten­der que exis­te un pro­ce­so de adap­ta­ción a la incer­ti­dum­bre estruc­tu­ral que defi­ne el momen­to actual.

Sin embar­go, esta cal­ma no es uni­for­me. La inves­ti­ga­ción pone en evi­den­cia una per­sis­ten­te bre­cha de géne­ro y gene­ra­cio­nal. Mien­tras que los hom­bres Baby Boo­mers (mayo­res de 60 años) lide­ran la esta­dís­ti­ca de tran­qui­li­dad (59%) y repor­tan míni­mos nive­les de ago­ta­mien­to (10%), las muje­res jóve­nes, espe­cial­men­te las per­te­ne­cien­tes a la gene­ra­ción Millen­nial, siguen exhi­bien­do altos nive­les de ago­ta­mien­to (44%). Este con­tras­te evi­den­cia la dis­pa­ri­dad en la dis­tri­bu­ción de la car­ga emo­cio­nal y las pre­sio­nes coti­dia­nas que afron­tan los dife­ren­tes seg­men­tos de la pobla­ción.

En cuan­to a las prio­ri­da­des vita­les y labo­ra­les, los espa­ño­les reafir­man un cam­bio de para­dig­ma que prio­ri­za la cali­dad de vida sobre el bene­fi­cio eco­nó­mi­co puro. Los dos prin­ci­pa­les obje­ti­vos que per­si­gue la ciu­da­da­nía en su plano labo­ral son sen­tir­se rea­li­za­da y dis­po­ner de tiem­po libre. Estos pro­pó­si­tos adquie­ren gran rele­van­cia, inde­pen­dien­te­men­te del géne­ro de los encues­ta­dos.

Al ser con­sul­ta­dos sobre qué con­si­de­ran tener éxi­to en la vida, las res­pues­tas fue­ron cla­ras: en pri­mer y segun­do lugar se encuen­tran las rela­cio­nes fami­lia­res y afec­ti­vas, segui­das de la viven­cia de expe­rien­cias rele­van­tes. En ter­cer lugar, apa­re­ce el dis­fru­te de tiem­po para dedi­car­se a uno o una mis­ma. Todas estas metas se posi­cio­nan con mayor impor­tan­cia que la aspi­ra­ción a reci­bir ingre­sos ele­va­dos, con­so­li­dan­do una ten­den­cia hacia el bien­es­tar expe­rien­cial y rela­cio­nal.

La polí­ti­ca des­ban­ca a la eco­no­mía como inquie­tud prin­ci­pal

La lis­ta de preo­cu­pa­cio­nes que qui­tan el sue­ño a los espa­ño­les mues­tra una nove­dad sig­ni­fi­ca­ti­va: por pri­me­ra vez, la polí­ti­ca nacio­nal se sitúa como la mayor inquie­tud para el 71% de los encues­ta­dos, superan­do a la eco­no­mía, que mar­ca un 67%. Este cam­bio refle­ja un cli­ma de ten­sión e ines­ta­bi­li­dad polí­ti­ca que per­mea la vida coti­dia­na de la ciu­da­da­nía.

Otras preo­cu­pa­cio­nes con­cre­tas a nivel nacio­nal que siguen esca­lan­do posi­cio­nes son la cali­dad del empleo y los sala­rios, el acce­so a la vivien­da y el esta­do de la sani­dad. Estos temas, que tie­nen en común el estar vin­cu­la­dos al bien­es­tar fun­da­men­tal, refle­jan la per­sis­ten­cia de pro­ble­mas estruc­tu­ra­les que la pobla­ción no logra resol­ver.

Lla­ma la aten­ción que la cau­te­la eco­nó­mi­ca sigue sien­do una cons­tan­te, aun­que con un matiz bas­tan­te sin­gu­lar. El estu­dio des­ta­ca el con­tras­te entre una per­cep­ción de la eco­no­mía per­so­nal como esta­ble y rela­ti­va­men­te alta, fren­te a un pesi­mis­mo gene­ra­li­za­do sobre el futu­ro de la eco­no­mía nacio­nal y glo­bal. La posi­bi­li­dad de un posi­ble repun­te de la infla­ción sigue preo­cu­pan­do a la pobla­ción. Este con­jun­to de fac­to­res ha gene­ra­do un «cli­ma de incer­ti­dum­bre estruc­tu­ral», tal como lo defi­ne la con­sul­to­ra Havas Media, seña­lan­do ade­más que los espa­ño­les están desa­rro­llan­do sus pro­pios «meca­nis­mos de defen­sa» para apren­der a con­vi­vir con estas dudas per­sis­ten­tes.

El apa­gón de abril y la pla­ni­fi­ca­ción ciu­da­da­na

Un even­to de gran impac­to recien­te, el apa­gón de abril, ha deja­do su impron­ta en la per­cep­ción de ries­go de la socie­dad espa­ño­la. Así, casi la mitad de los encues­ta­dos (48%) cree que este inci­den­te se repe­ti­rá en el futu­ro. Los ciu­da­da­nos han mani­fes­ta­do sus per­cep­cio­nes de res­pon­sa­bi­li­dad, seña­lan­do a Red Eléc­tri­ca (35%), al Gobierno Cen­tral (31%) y a las dis­tri­bui­do­ras (16%) como prin­ci­pa­les res­pon­sa­bles.

Como con­se­cuen­cia de esta des­con­fian­za en la infra­es­truc­tu­ra y la ges­tión, una par­te de la socie­dad ha adop­ta­do medi­das pre­ven­ti­vas. Un 45% de los encues­ta­dos ya dis­po­ne de medi­das bási­cas para pre­pa­rar­se ante una posi­ble nue­va inte­rrup­ción, como alma­ce­nar agua, ali­men­tos no pere­ce­de­ros y bate­rías. Las inver­sio­nes mayo­res, como la ins­ta­la­ción de pla­cas sola­res o gene­ra­do­res como con­se­cuen­cia direc­ta del apa­gón, siguen sien­do mino­ri­ta­rias. Sin embar­go, tam­bién es impor­tan­te seña­lar que una fran­ja mayo­ri­ta­ria de la pobla­ción no mani­fies­ta alar­ma o no pla­nea tomar nin­gu­na medi­da espe­cial, man­te­nien­do una acti­tud neu­tral ante el ries­go.

Las ten­den­cias del con­su­mo apun­tan al aho­rro con mar­gen para el ocio

En el ámbi­to del con­su­mo, la cau­te­la eco­nó­mi­ca se tra­du­ce en un mayor con­trol del gas­to. A pesar del cre­ci­mien­to del empleo y del buen ren­di­mien­to de las cifras macro­eco­nó­mi­cas de Espa­ña, los con­su­mi­do­res se mues­tran pru­den­tes: un 50% decla­ra estar tra­tan­do de man­te­ner su nivel actual de gas­to, y un 40% se esfuer­za acti­va­men­te por redu­cir­lo. La pru­den­cia es tal que 6 de cada 10 per­so­nas logran aho­rrar par­te de sus ingre­sos para des­ti­nar­los prin­ci­pal­men­te a inver­sio­nes finan­cie­ras de bajo ries­go.

Esta cau­te­la, sin embar­go, no afec­ta a la acti­tud abier­ta de gas­tar en momen­tos y expe­rien­cias espe­cia­les. Los via­jes se con­so­li­dan como el prin­ci­pal des­tino para quie­nes pla­nean rea­li­zar algún des­em­bol­so extra­or­di­na­rio, cre­cien­do del 37% al 42% y evi­den­cian­do una socie­dad cuya bre­cha eco­nó­mi­ca no deja de agran­dar­se, con una par­te de la pobla­ción que sigue prio­ri­zan­do el gas­to en ocio de alto valor.

Mar­cas de dis­tri­bu­ción y la con­so­li­da­ción de la segun­da mano

En la ces­ta de la com­pra, las mar­cas «blan­cas» o de dis­tri­bu­ción siguen ganan­do terreno. Un 45% de los encues­ta­dos afir­ma haber incre­men­ta­do su con­su­mo de mar­cas de dis­tri­bui­dor en el últi­mo año, mien­tras que solo un 10% las ha com­pra­do menos. Esta deci­sión de com­pra está impul­sa­da prin­ci­pal­men­te por el fac­tor pre­cio, pero tam­bién por la cali­dad per­ci­bi­da, que muchos con­su­mi­do­res encuen­tran simi­lar a la de las mar­cas de fabri­can­te; con la excep­ción de algu­nas cate­go­rías de pro­duc­to espe­cí­fi­cas como el fuet (embu­ti­do cura­do) y el que­so, don­de las mar­cas tra­di­cio­na­les aún man­tie­nen el lide­raz­go.

Otro fenó­meno de con­su­mo de gran rele­van­cia en la actua­li­dad es el mer­ca­do de segun­da mano. El 71% de los espa­ño­les ha com­pra­do o ven­di­do pro­duc­tos de esta mane­ra, con la moda lide­ran­do la esta­dís­ti­ca (51% en com­pras, 49% en ven­tas). Este mode­lo de con­su­mo es espe­cial­men­te fuer­te entre la Gene­ra­ción Z, que apues­ta fir­me­men­te por él. Si bien el 65,8% lo hace por moti­vos eco­nó­mi­cos, la sos­te­ni­bi­li­dad gana peso como fac­tor de deci­sión en cate­go­rías como la moda y los peque­ños elec­tro­do­més­ti­cos.

El dile­ma de los medios: IA fren­te a Fake News

El infor­me tam­bién explo­ra la rela­ción de los espa­ño­les con la tec­no­lo­gía de van­guar­dia y la infor­ma­ción. Res­pec­to a la Inte­li­gen­cia Arti­fi­cial Gene­ra­ti­va (IAG) se obser­va un mayor cono­ci­mien­to (70%) que en medi­cio­nes ante­rio­res, aun­que su uso proac­ti­vo toda­vía es mino­ri­ta­rio (15%). Entre los usua­rios que sí la uti­li­zan, ChatGPT es la opción pre­fe­ri­da (90%), segui­da por Copi­lot (60%) y Gemi­ni con el 58%, que expe­ri­men­ta un cre­ci­mien­to de casi 20 pun­tos fren­te a sep­tiem­bre de 2024.

El opti­mis­mo acer­ca de los cam­bios que ata­ñe la IAG ha aumen­ta­do, espe­cial­men­te en el ámbi­to per­so­nal: un ter­cio cree que les afec­ta­rá posi­ti­va­men­te, y un 40% opi­na que faci­li­ta­rá la vida y el tra­ba­jo. No obs­tan­te, per­sis­ten preo­cu­pa­cio­nes, pues el 37% de los espa­ño­les teme la des­truc­ción de empleos, fren­te a una acti­tud más rela­ja­da entre la Gene­ra­ción Z, don­de solo el 25% lo cree, mos­tran­do una mayor con­fian­za en su adap­ta­bi­li­dad al futu­ro labo­ral.

Por otro lado, la ame­na­za de las noti­cias fal­sas o fake news se con­so­li­da como un pro­ble­ma de gran cala­do. Las fake news son ya el segun­do pro­ble­ma que más inquie­ta a nivel glo­bal, solo por detrás de la infla­ción. En el caso de Espa­ña, un 80% de los encues­ta­dos se mues­tra bas­tan­te o muy preo­cu­pa­do por su aumen­to y por la difi­cul­tad para iden­ti­fi­car­las. La dimen­sión del pro­ble­ma es tal que el 75% de la pobla­ción espa­ño­la las con­si­de­ra una ame­na­za direc­ta para la demo­cra­cia.

Esta preo­cu­pa­ción se tra­du­ce en una ero­sión de la con­fian­za en cier­tos cana­les. Las redes socia­les (88%) y la pren­sa onli­ne (61%) con­cen­tran la mayor des­con­fian­za de la pobla­ción, mien­tras que la radio y los perió­di­cos tra­di­cio­na­les se con­so­li­dan como los medios más fia­bles a ojos de los ciu­da­da­nos.

El estu­dio, rea­li­za­do por Havas Media Net­work y The Cock­tail Analy­sis con una mues­tra acu­mu­la­da de 4.091 entre­vis­tas a indi­vi­duos mayo­res de 18 años, con­fir­ma la nece­si­dad de las mar­cas de nave­gar un entorno social y mediá­ti­co cada vez más com­ple­jo, don­de la cau­te­la eco­nó­mi­ca, la frag­men­ta­ción emo­cio­nal y la bús­que­da de cre­di­bi­li­dad infor­ma­ti­va son los pila­res para conec­tar con el con­su­mi­dor.

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