El pasado 18 de enero, frente al nuevo KFC de Toledo, a Rubén Gamero se le quemó su coche. La imagen del coche en llamas junto al logo de la compañía protagonizó ese día las portadas de la prensa local, convirtiendo el incidente en publicidad para la marca. Ahora, la compañía de Kentucky le regala un nuevo coche, en agradecimiento. Esto es publicidad realista en su más pura expresión.
“Cuándo saltó la noticia con la imagen del coche en llamas delante del nuevo restaurante KFC pensamos automáticamente en cómo responder y se nos ocurrió recompensar al propietario del vehículo con lo que más necesitaba: un nuevo coche”, relata Gema Díaz, creativa de PS21.
La compañía de pollo frito activó entonces la búsqueda del propietario del vehículo a través de Twitter y, gracias a la colaboración de los vecinos de Toledo y la empresa de grúas encargada de realizar el traslado del vehículo, KFC consiguió contactar con Rubén Gamero.
Y aquí está el resultado. KFC ha entregado este 21 de febrero su nuevo vehículo a Rubén Gamero, frente al restaurante KFC de Toledo, por supuesto. Es, sin duda, un gran ejemplo de publicidad realista, que no es más que un intento de las marcas por captar a los consumidores en su hábitat natural, últimamente en tendencia.