Por muchos años ha habi­do una his­to­ria que con­tar: para entre­te­ner­nos, para crear un víncu­lo en las rela­cio­nes, para defi­nir­nos y aho­ra para ven­der. Bien dicen que no hay ven­ta si no hay con­vic­ción, ese impul­so que hace dar­nos cuen­ta que lo nece­si­ta­mos, cuan­do hemos con­ta­do una his­to­ria que nos con­ven­ce, que mue­ve sen­ti­mien­tos y que nos hace creer en ello.

Las his­to­rias conec­tan al mun­do y más aho­ra que la comu­ni­ca­ción es mayor­men­te onli­ne enca­ja per­fec­ta­men­te, todos quie­ren leer menos y sen­tir más. Así que las his­to­rias están a la orden del día para poder mover esa caja de emo­cio­nes y poder hacer que las mar­cas gene­ren sen­ti­mien­tos.

Por qué usar un story­te­lling

Por­que nos ins­pi­ra y nos da una espe­ran­za. Por ejem­plo, en oca­sio­nes, cuan­do escu­cha­mos una his­to­ria bien rela­ta­da como la de Michael Phelps has­ta te dan ganas de nadar aun­que no sepas. Con un buen rela­to pode­mos gene­rar empa­tía has­ta lle­gar al pun­to de gene­rar una ven­ta o cual­quier otra cosa.

Cómo lograr mover emo­cio­nes

1. Gene­ra una estra­te­gia visual, en esta par­te el tex­to y las imá­ge­nes deben de enca­jar per­fec­ta­men­te.
2. Man­tén el inte­rés, no pier­das la aten­ción del espec­ta­dor. Haz que se intri­gue y quie­ra saber “qué hay des­pués”. Una for­ma sen­ci­lla de prac­ti­car es salien­do a la calle a obser­var un ofi­cio que te lla­me la aten­ción y des­pués de pla­ti­car con la per­so­na y saber todo lo que lo invo­lu­cre, enton­ces regre­sa a casa y crea una his­to­ria.

1. Con­si­de­ra los pun­tos en tu his­to­ria que gene­ren una emo­ción como eno­jo, tris­te­za, ale­gría, año­ran­za, impo­ten­cia y sobre todo empa­tía.
2. Pre­sen­ta el mate­rial con cali­dad, hará que la per­cep­ción sea dife­ren­te. Por ejem­plo: dale a las fotos su tra­ta­mien­to en fil­tro o reto­que. Visual­men­te será más atrac­ti­vo.
3. En redes socia­les debe­rás de esta­ble­cer una pla­ni­fi­ca­ción para pos­tear el con­te­ni­do con el obje­ti­vo de que sea recor­da­do por varios días y lle­gue a posi­cio­nar­se en la men­te del lec­tor.
4. Apó­ya­te en un hash­tag # que sopor­te a la his­to­ria. Pero sobre todo para que dé vira­li­dad al con­te­ni­do. Si bien es cier­to que una his­to­ria pue­de ser muy bue­na no deje­mos atrás los recur­sos téc­ni­cos para que más gen­te la conoz­ca, es decir, los dis­tin­tos cana­les para pro­pa­gar­la.

Una vez hecha la his­to­ria ase­gú­ra­te de haber cum­pli­do los siguien­tes pun­tos:

• Gene­ra con­fian­za
• Es fácil de recor­dar
• Crea una cone­xión
• Mue­ve algu­na emo­ción

Para mues­tra bas­ta un botón

Es un reto que pocas per­so­nas lle­gan a domi­nar, pues las pala­bras correc­tas con imá­ge­nes y soni­do pue­den trans­por­tar­te a luga­res de tu incons­cien­te que hagan mover mucho sen­ti­mien­to, y con ello con­se­guir tu obje­ti­vo.

“La gen­te olvi­da­rá lo que dijis­te, la gen­te olvi­da­rá lo que hicis­te, pero la gen­te nun­ca olvi­da­rá cómo la hicis­te sen­tir”- Maya Ange­lou