Problemas con la venta cruzada

Problemas con la venta cruzada

Por Eduar­do Ros­ser Vas­se­rot

eduardo-rosserDuran­te el segun­do emba­ra­zo de mi mujer (2010), en una de las visi­tas a su gine­có­lo­ga, ésta nos habló de las eco­gra­fías 4D. “En reali­dad no se hacen por nin­gún moti­vo médi­co. Es un tema… docu­men­tal. A muchos padres les hace ilu­sión poder ver a su futu­ro hijo y guar­dar ese recuer­do de por vida.” Obvia­men­te la pro­pues­ta fue acep­ta­da de inme­dia­to.

En otra visi­ta a la gine­có­lo­ga ‑una vez naci­da mi hija Sara‑, mi mujer le pre­gun­tó a la doc­to­ra si cuan­do estu­vo emba­ra­za­da de nues­tra pri­me­ra hija (2008) aún no dis­po­nían en la clí­ni­ca de las ecos 4D. “Bueno… sí… sí que la tenía­mos. Lo que pasa­ba es que… enton­ces me resul­ta­ba un poco incó­mo­do hablar­les de este tema a mis pacien­tes. Yo no soy ven­de­do­ra. Soy doc­to­ra. Y me pare­cía un poco feo comen­tar ese tema. Ade­más no sabía cómo hacer­lo.” Enton­ces, mi mujer le pre­gun­tó qué había pasa­do en dos años para que en el 2010 ya no le die­se tan­to apu­ro. “Bueno, al ser vues­tro segun­do emba­ra­zo, ya nos cono­cía­mos más. Y ade­más, bueno… la situa­ción de la clí­ni­ca en el 2010 es bas­tan­te más com­pli­ca­da de lo que era en el 2008. Te pue­des ima­gi­nar, ver­dad?”

Mi mujer pri­me­ro la son­rió mien­tras asen­tía con la cabe­za y ver­ba­li­za­ba algún acom­pa­ña­mien­to. Y des­pués del lubri­can­te le comen­tó algo que me pare­ció memo­ra­ble. He comen­ta­do en algu­nos cur­sos este peque­ño dis­cur­so impro­vi­sa­do.

ecografia

“¿Sabes qué? Hicis­te mal. Te equi­vo­cas­te. ¿Pue­do decir­te por qué? Cuan­do tú deci­des no comen­tar­le a tus pacien­tes (en reali­dad clien­tes) algún pro­duc­to o ser­vi­cio que crees que le podría inte­re­sar, estás eli­gien­do por ellos. Eli­ges tú, y no les per­mi­tes la opción de acep­tar o recha­zar el ser­vi­cio. Es lógi­co que te resul­te vio­len­to o incó­mo­do ofre­cer algo. Pero al hacer­lo les estás negan­do el pri­vi­le­gio más pre­cia­do del ser humano duran­te toda su exis­ten­cia: la liber­tad de elec­ción. Pien­sa que por muy bien que les expli­ques a tus pacien­tes las bon­da­des de un ser­vi­cio, SIEM­PRE serán ellos quie­nes eli­jan. ELLOS. Y ofre­cer el mejor ser­vi­cio impli­ca que tus pacien­tes pue­dan ele­gir entre las mejo­res opcio­nes dis­po­ni­bles para ellos. Pero las mejo­res opcio­nes según ellos. Tam­po­co es tan gra­ve. Pero pien­sa en la ima­gen den­tro de unos años, cuan­do mi hija mayor (Car­la) me pre­gun­te por qué su her­ma­na tie­ne ese video tan chu­lo don­de está den­tro de su mamá y ella no lo tie­ne. Tal vez le mien­ta y diga que toda­vía no exis­tía. O que no podía­mos pagar­lo en el 2008. O qui­zás lo mejor es que tam­po­co le ense­ñe su video a la peque. O pue­de que le cuen­te la ver­dad. Pero la ver­dad es tan com­pli­ca­da de enten­der.

En muchos casos la ven­ta cru­za­da (cuan­do está bien hecha) no sólo no es incom­pa­ti­ble con la éti­ca, sino que se debe sus­ten­tar en ella. Exis­ten pro­ble­mas éti­cos que a muchos no-ven­de­do­res les ator­men­tan hoy cuan­do deben ofre­cer pro­duc­tos com­ple­men­ta­rios. A veces estos pro­ble­mas no deben resol­ver­se sino disol­ver­se. Es una cues­tión de gra­duar­se mejor la vis­ta. Y el sen­ti­do común.

EDUAR­DO ROS­SER VAS­SE­ROT
Soció­lo­go, post­gra­do en RRHH, y orien­ta­dor labo­ral.
Con­sul­tor, for­ma­dor en Ros­ser Mana­ge­ment
https://eduardorosser.wordpress.com/about/
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