P&G Madrid obtiene un reconocimiento por su compromiso medioambiental

“Cero Resi­duos a Ver­te­de­ros” es la cer­ti­fi­ca­ción que ha reci­bi­do la sede de Procter&Gamble por haber ins­ta­la­do esta­cio­nes de reci­cla­je en sus ofi­ci­nas y eli­mi­nar los plás­ti­cos de un solo uso. Este reco­no­ci­mien­to les acer­ca más a la meta de con­ver­tir­se en una mar­ca com­ple­ta­men­te com­pro­me­ti­da con la sos­te­ni­bi­li­dad del pla­ne­ta. La dis­tin­ción cons­ta­ta que el 100% de los resi­duos gene­ra­dos son reci­cla­dos, reuti­li­za­dos o trans­for­ma­dos y no aca­ban en ver­te­de­ros.

Hace dos años, P&G, fabri­can­te de reco­no­ci­das mar­cas como Fairy, Ariel, Dodot o Gillet­te, tomó la deci­sión de sus­ti­tuir pro­gre­si­va­men­te las pape­le­ras indi­vi­dua­les en sus ofi­ci­nas por esta­cio­nes de reci­cla­je. Del mis­mo modo, se con­sen­suó la eli­mi­na­ción de plás­ti­cos de un solo uso en la cafe­te­ría y se impar­tió una edu­ca­ción en con­cien­cia medioam­bien­tal y reci­cla­je a toda la plan­ti­lla. De este modo, la sede cen­tral de la empre­sa en Espa­ña, ubi­ca­da en Madrid, se suma a los cen­tros de pro­duc­ción de Jijo­na y Mequi­nen­za en su dis­tin­ción como espa­cios de tra­ba­jo sos­te­ni­bles.

Elio Esté­vez, direc­tor de Sos­te­ni­bi­li­dad y Comu­ni­ca­ción Cien­tí­fi­ca de P&G en el Sur de Euro­pa, sos­tie­ne que “es impor­tan­te que nos con­cien­cie­mos del impac­to que tie­ne nues­tra acti­vi­dad. Nues­tro obje­ti­vo es que nin­gún resi­duo vaya a parar a ver­te­de­ros, que­re­mos que el 100% se reci­cle, se reuti­li­ce o se trans­for­me. Apos­ta­mos fuer­te por la eco­no­mía cir­cu­lar en todos los ámbi­tos posi­bles”.

Según Esté­vez, a nivel glo­bal, el 88% de los enva­ses de P&G son ya reci­cla­bles y el 92% de sus plan­tas de pro­duc­ción ya recon­vier­ten la tota­li­dad de sus resi­duos.

El plan de Procter&Gamble para 2030 inclu­ye el impul­so de este mode­lo eco­nó­mi­co y las metas de un con­su­mo más res­pon­sa­ble. Su amplio alcan­ce para con la socie­dad como mar­ca dis­tin­gui­da a nivel inter­na­cio­nal, ya que ope­ra en apro­xi­ma­da­men­te 70 paí­ses, otor­ga a la empre­sa una posi­ción pri­vi­le­gia­da a la hora de encau­zar su com­pro­mi­so eco­ló­gi­co hacia un impac­to glo­bal real.