Ogilvy: El bienestar es la meta en todas las relaciones entre marcas y clientes

Ogilvy: El bienestar es la meta en todas las relaciones entre marcas y clientes

De acuer­do con un recien­te estu­dio glo­bal de Ogilvy, el 73% de los con­su­mi­do­res con­si­de­ra que el bien­es­tar debe­ría for­mar par­te inte­gral de las estra­te­gias de las mar­cas. No en vano, la eco­no­mía del bien­es­tar está cre­cien­do el doble de rápi­do que la eco­no­mía glo­bal, y goza de un valor actual de 4,5 billo­nes de dóla­res.

En torno al bien­es­tar se gene­ra muchí­si­mo dine­ro. Y las mar­cas deben incor­po­rar el bien­es­tar en su ADN si pre­ten­den per­ma­ne­cer en los pla­nes de sus clien­tes.

Del infor­me, en el que toma­ron par­te 7.000 con­su­mi­do­res oriun­dos de 14 paí­ses dife­ren­tes, se infie­re tam­bién que hay una bre­cha más que evi­den­te entre las expec­ta­ti­vas del con­su­mi­dor y la mane­ra en que las mar­cas hin­can el dien­te al bien­es­tar en sie­te ramos de acti­vi­dad en par­ti­cu­lar: ali­men­tos, snacks, cos­mé­ti­cos, aero­lí­neas, hote­les, auto­ma­ción y ban­cos.

El bien­es­tar está actual­men­te empa­ren­ta­do de mane­ra muy estre­cha con un esti­lo de vida holís­ti­co y salu­da­ble, y va mucho más allá de las cla­ses de yoga y las sesio­nes de spa. Con­vie­ne hacer notar que el bien­es­tar es muy impor­tan­te o extra­or­di­na­ria­men­te impor­tan­te para el 77% de los con­su­mi­do­res. Ade­más, el 80% desea mayo­res nive­les de bien­es­tar en su vida, el 75% con­si­de­ra que las mar­cas pue­den hacer más de los que hacen en aras de su pro­pio bien­es­tar, y solo el 46% cree que el bien­es­tar es real­men­te una prio­ri­dad para las mar­cas.

Esta dis­cre­pan­cia, aun­que preo­cu­pan­te, brin­da a las mar­cas la opor­tu­ni­dad de refor­zar su posi­ción como crea­do­ras de bien­es­tar, el mis­mo que con tan­to ahín­co bus­ca el con­su­mi­dor.

Hoy en día cual­quier mar­ca pue­de ser una mar­ca vin­cu­la­da al bien­es­tar. El bien­es­tar es un pro­pó­si­to tan­gi­ble en muchos sen­ti­dos. Y cree­mos que se tra­ta de una muy bue­na noti­cia para las mar­cas. Demues­tra que el bien­es­tar es una opor­tu­ni­dad liga­da a un cre­ci­mien­to de doble dígi­to si las mar­cas se toman la moles­tia de aten­der a las expec­ta­ti­vas del con­su­mi­dor y cerrar la bre­cha entre lo que se espe­ra y lo que está dis­po­ni­ble en el mer­ca­do”, expli­ca Marion McDo­nald, Glo­bal Health & Well­ness Prac­ti­ce Lead de Ogilvy.

Si bien la inges­ta de ali­men­tos salu­da­bles, dis­fru­tar de un sue­ño repa­ra­dor y tener tiem­po para rela­jar­se con­ti­núan sien­do fac­to­res abso­lu­ta­men­te prio­ri­ta­rios para el con­su­mi­dor cuan­do entra en jue­go el bien­es­tar, el estu­dio de Ogilvy advier­te que actual­men­te el bien­es­tar está menos enfo­ca­do al pro­pio yo y está dota­do de un sig­ni­fi­ca­do mucho más amplio.

En 2020 en el bien­es­tar se dan cita cua­tro face­tas: la físi­ca, la psi­co­ló­gi­ca, la social y la sig­ni­fi­ca­ti­va. El infor­me deja cla­ro que cada vez más gen­te se sien­te incó­mo­da cuan­do está huér­fa­na de cone­xio­nes con los demás o cuan­do no pone su gra­ni­to de are­na para hacer del mun­do un lugar mejor.

El 60% de los con­su­mi­do­res seña­la, por ejem­plo, que las mar­cas debe­rían apro­vi­sio­nar a sus clien­tes de un sig­ni­fi­ca­do. Y el 50% espe­ra que las mar­cas le ayu­den a esta­ble­cer cone­xio­nes con los demás.

La soli­da­ri­dad social y el sig­ni­fi­ca­do son hoy en día los nue­vos pila­res del bien­es­tar y las mar­cas deben tener­lo en con­si­de­ra­ción a la hora de sola­par el bien­es­tar a por­fo­lio de pro­duc­tos y ser­vi­cios.

Cuan­do está en pri­mer plano el bien­es­tar, la auten­ti­ci­dad goza tam­bién de cada vez mayor pro­ta­go­nis­mo. Solo el 41% de los con­su­mi­do­res til­dan de creí­bles las pro­me­sas de las mar­cas que entron­can con el bien­es­tar. Y el 53% dice tener pro­ble­mas para dis­tin­guir entre los men­sa­jes de bien­es­tar ver­da­de­ra­men­te autén­ti­cos y los “fake”.

La indus­tria del bien­es­tar tie­ne en tér­mi­nos gene­ra­les un prós­pe­ro futu­ro por delan­te y el COVID-19 no hará sino ace­le­rar su cre­ci­mien­to, por lo que las mar­cas harían bien en redi­se­ñar su ofer­ta de pro­duc­tos y ser­vi­cios e infun­dir en ella ele­va­das dosis de bien­es­tar. De lo con­tra­rio, se corre el ries­go de inco­mo­dar al con­su­mi­dor y per­der­lo qui­zás para siem­pre.