Nestlé y el aceite de palma, un caso de manual

Nestlé y el aceite de palma, un caso de manual

Por Javier Sal­ga­do

javier_salgLa de Nestlé y el acei­te de pal­ma se ha con­ver­ti­do por dere­cho pro­pio en una cri­sis de manual, pro­vo­ca­da en bue­na par­te por un mal uso de las redes socia­les. En des­car­go de la mul­ti­na­cio­nal cabe pun­tua­li­zar que los hechos se pro­du­je­ron en 2010, cuan­do muchas empre­sas eran aún inex­per­tas en su mane­jo. Aun­que tam­bién es cier­to que alguno de los erro­res come­ti­dos podrían haber­se evi­ta­do hacien­do uso, sim­ple­men­te, del sen­ti­do común.

En mar­zo de ese año, Green­pea­ce publi­ca un infor­me en el que ase­gu­ra que Nestlé emplea acei­te de pal­ma ‑ingre­dien­te denos­ta­do por los nutri­cio­nis­tas debi­do a su com­po­nen­te en áci­dos gra­sos satu­ra­dos- en la ela­bo­ra­ción de al menos uno de sus pro­duc­tos. La orga­ni­za­ción eco­lo­gis­ta va más allá y seña­la a Sinar Mas, pro­vee­dor de Nestlé. En con­cre­to, Green­pea­ce denun­cia que Sinar Mas está defo­res­tan­do la sel­va de Indo­ne­sia y des­tru­yen­do el entorno de una espe­cie pro­te­gi­da como es la de los oran­gu­ta­nes. La cam­pa­ña va acom­pa­ña­da de un video titu­la­do “Cho­co­la­te dedo de gori­la”.

kitLa mul­ti­na­cio­nal sui­za echa balo­nes fue­ra afir­man­do que su pro­vee­dor es Car­gil y Green­pea­ce res­pon­de dicien­do que Sinar Mas es pre­ci­sa­men­te pro­vee­dor de Car­gil. Ade­más, lan­za una cam­pa­ña en redes socia­les en la que ins­ta a los inter­nau­tas a usar el envol­to­rio de uno de sus pro­duc­tos más emble­má­ti­cos, Kit-Kat, y sus­ti­tuir­lo por la pala­bra “killer”.

La situa­ción se recru­de­ce cuan­do Nestlé logra que You­tu­be reti­re su video y advier­te en su per­fil de Face­book que eli­mi­na­rá cual­quier publi­ca­ción en la que los inter­nau­tas mani­pu­len su logo. El cla­mor en las redes con­tra la mar­ca no se hizo espe­rar ante la acti­tud cen­so­ra de la empre­sa, que ter­mi­nó des­ac­ti­van­do su fan page.  El efec­to Streis­sand esta­ba ser­vi­do.

Como toda cri­sis, la de Nestlé y el acei­te de pal­ma per­mi­tió extraer lec­cio­nes úti­les, aun­que tam­bién es cier­to que otras orga­ni­za­cio­nes han repe­ti­do el error de caer en prác­ti­cas cen­so­ras pos­te­rior­men­te. Algu­nas igno­ran que cuan­do una empre­sa acti­va per­fi­les en redes socia­les, estos dejan de per­te­ne­cer­le com­ple­ta­men­te. La fina­li­dad de tener pre­sen­cia en las redes es gene­rar con­ver­sa­ción en torno a tu mar­ca, para lo bueno y lo malo.

¿Qué pasos ten­dría que haber dado la mul­ti­na­cio­nal sui­za para supe­rar esta cri­sis con éxi­to? Admi­tir la evi­den­cia des­de el prin­ci­pio, pedir dis­cul­pas a sus con­su­mi­do­res por el uso de acei­te de pal­ma y cam­biar de pro­vee­dor, algo que pos­te­rior­men­te ter­mi­nó hacien­do. Y, por supues­to, dejar expre­sar­se a sus fans. Borrar comen­ta­rios del inter­nau­ta cuan­do son nega­ti­vos va con­tra las más ele­men­ta­les nor­mas de neti­que­ta.

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Javier Sal­ga­do Der­qui
Mana­ging Direc­tor USA en ATRE­VIA
Exper­to en Comu­ni­ca­ción Cor­po­ra­ti­va y Comu­ni­ca­ción de Cri­sis
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