Más de1.000 nuevos compradores gracias a las promociones

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promKan­tar World­pa­nel ela­bo­ró el infor­me titu­la­do Las pro­mo­cio­nes, cla­ve para ganar clien­tes, basa­do en el aná­li­sis de más de 40.000 even­tos pro­mo­cio­na­les rea­li­za­dos duran­te 2016 en 18 cate­go­rías de gran con­su­mo.

De acuer­do a este estu­dio, cada acción pro­mo­cio­nal apor­ta a las mar­cas de gran con­su­mo 1.113 nue­vos com­pra­do­res en pro­me­dio, ya que el 41% de los hoga­res que com­pra­ron algún pro­duc­to pro­mo­cio­na­do en 2016 no eran com­pra­do­res habi­tua­les de la mar­ca.

Cugat Bon­fill, direc­tor de com­pra­do­res y ana­lis­ta de datos de Kan­tar World­pa­nel, opi­nó: “En un entorno de baja fide­li­dad a las mar­cas, incor­po­rar clien­tes es impres­cin­di­ble para poder cre­cer, y la pro­mo­ción pue­de ser una bue­na herra­mien­ta para ello. No solo para la mar­ca, sino que pue­de lograr inclu­so expan­dir un mer­ca­do, con­si­guien­do lle­gar a hoga­res que no com­pra­ban esa cate­go­ría de pro­duc­to”.

Los pro­duc­tos para los que las pro­mo­cio­nes con­si­guie­ron atraer más nue­vos clien­tes fue­ron los deter­gen­tes, las piz­zas y el acei­te, ya que la mitad de esos com­pra­do­res no habían adqui­ri­do la mar­ca pro­mo­cio­na­da en los seis meses ante­rio­res.

prom2El tipo de pro­mo­ción más efec­ti­va de 2016, en cuan­to a su capa­ci­dad de atraer clien­tes, fue la de más can­ti­dad por el mis­mo pre­cio: un 52% de los hoga­res que com­pra­ron algún pro­duc­to en esas con­di­cio­nes no son clien­tes habi­tua­les. Le siguen la ofer­ta en uni­da­des (3×2, 2×1) con un 47% de nue­vos com­pra­do­res, y el des­cuen­to del 70% en la segun­da uni­dad (46%).

Sin embar­go, estas pro­mo­cio­nes ape­nas supu­sie­ron un 14% de todas las regis­tra­das en 2016. Por el con­tra­rio, las más habi­tua­les siguen sien­do las de reduc­ción tem­po­ral de pre­cio (TPR), que repre­sen­ta­ron el 64% de las pro­mo­cio­nes rea­li­za­das, a pesar de tener un menor retorno en atrac­ción de clien­tes.

Si bien el impac­to de la pro­mo­ción varía mucho en fun­ción del tipo y de la cate­go­ría en la que se rea­li­za, todas modi­fi­can el patrón de com­pra: en el pre­cio paga­do, en la can­ti­dad que se com­pra en cada acto, o en el tiem­po que pasa has­ta la siguien­te com­pra. La cla­ve está, según Cugat Bon­fill, “en enten­der en qué medi­da este cam­bio de las ruti­nas aca­ba­rá sien­do incre­men­tal para la mar­ca. Pue­de suce­der que, aun­que el hogar com­pre más pro­duc­to, esté sim­ple­men­te espa­cian­do más la siguien­te com­pra, sin gene­rar un bene­fi­cio direc­to para la mar­ca”.

El infor­me tam­bién cues­tio­na algu­nas prác­ti­cas gene­ra­li­za­das en la acti­vi­dad pro­mo­cio­nal: “hacer más pro­mo­cio­nes, o con des­cuen­tos más agre­si­vos, no siem­pre gene­ra un mayor retorno. No se tra­ta de hacer más o menos, sino de ser capaz de opti­mi­zar­la para con­se­guir el mayor impac­to”, con­clu­yó Cugat Bon­fill.