En un entorno de consumo cada vez más saturado, los sellos de calidad siguen siendo una herramienta que consigue generar confianza y diferenciación en el mercado español. Así lo señala un reciente estudio de Multidados – The Research Agency, que analizó el impacto de estos distintivos en la decisión de compra de los consumidores. A pesar de que la mayoría de los españoles confía en ellos, existe una clara contradicción: el conocimiento sobre su origen y significado es limitado.
El informe, basado en una muestra de 1.500 personas en todo el territorio espaañol, desvela que aunque solo el 52 % de los consumidores afirma saber qué son los sellos de calidad, una abrumadora mayoría de más del 70% les otorga un alto nivel de confianza desde el primer contacto con un producto o servicio certificado. Esta paradoja pone de manifiesto que, si bien la percepción de seguridad es alta, el conocimiento específico sobre lo que respalda dicha certificación es superficial.
El estudio también sostiene que los sellos de calidad son determinantes en las decisiones de compra, ya que más de la mitad de los encuestados afirma haber adquirido un producto o servicio motivado por la presencia visible de un sello. Adicionalmente, un 65% asegura que recomendaría una marca con este tipo de certificación, lo que convierte al sello en un poderoso amplificador de reputación, más allá de ser un simple argumento de venta.
La confianza genuina y el recelo del consumidor
El estudio de Multidados también es claro al señalar que la confianza depositada en estos distintivos no es incondicional, ya que depende de factores como la transparencia de los criterios de evaluación y la independencia de la entidad que otorga la distinción. El factor más valorado por los consumidores es la participación activa en el proceso. Más del 80% de los encuestados considera que el usuario final debe tener un papel activo en la valoración de productos y marcas.
Los sectores donde los sellos de calidad tienen mayor peso en la decisión de compra son la alimentación, la salud, la cosmética, la electrónica y el automóvil. En estos ámbitos, el sello no solo genera una mayor percepción de seguridad, sino que incluso puede justificar un precio más elevado, ya que para la mayoría de los consumidores está dispuesto a pagar más por un producto certificado.
Sin embargo, el informe también apunta al recelo que lentamente va en aumento: casi la mitad de los consumidores consultados duda de que todas las marcas que exhiben un sello lo merezcan realmente. Esta percepción crítica es un llamado de atención para fortalecer los mecanismos de control, garantizar la independencia de los procesos de evaluación y comunicar con mayor claridad el valor real que cada distintivo representa.
Al respecto, Florbela Borges, socia y directora general de Multidados, explica que “los sellos de calidad ya no pueden limitarse a ser un logotipo impreso en el envase. Hoy más que nunca deben representar un compromiso real con la excelencia, respaldado por datos, experiencia y participación ciudadana”. Asimismo, Débora Santos Silva, cofundadora de los Premios Cinco Estrellas, añadió que “en Premios Cinco Estrellas solo reconocemos a las marcas que alcanzan una calificación mínima de calidad. Si no se supera ese umbral, no hay ganador en la categoría”. Esta exigencia, que en Portugal ha dejado desiertas hasta un 30% de las categorías, es, según ella, la que garantiza la credibilidad del premio. La publicación de este estudio coincide con la expansión de los Premios Cinco Estrellas en el mercado español, una certificación que se basa en la experiencia real de los consumidores y un riguroso análisis para asegurar la transparencia.