Los cinco sentidos del marketing triangular

Los cinco sentidos del marketing triangular

Por David Carras­co­sa Men­do­za

David-Carrascosa-MendozaEs muy posi­ble que las vaca­cio­nes de verano gene­ren en muchos la idea de que esta­mos en la mitad del año, aun­que la obvia reali­dad es que ya sólo que­dan cua­tro meses para aca­bar el 2012 con­tan­do des­de el 1 de sep­tiem­bre. Si le res­ta­mos los días de fes­ti­vi­da­des y vaca­cio­nes navi­de­ñas más los fes­ti­vos de octu­bre y prin­ci­pios de diciem­bre nos encon­tra­mos con que nos que­dan tres meses efec­ti­vos para com­ple­tar los obje­ti­vos de 2012. Eso hace que en la mayo­ría de las empre­sas este perio­do sea el de más estrés pro­duc­ti­vo, el de los mayo­res temo­res al des­pi­do o inclu­so el tri­mes­tre que mar­ca­rá la dife­ren­cia entre el cie­rre o seguir, una bue­na par­te de esa pro­duc­ción va a depen­der de los lan­za­mien­tos pro­mo­cio­na­les, de las cam­pa­ñas de publi­ci­dad y en gene­ral de las accio­nes de mar­ke­ting, con espe­cial aten­ción al perio­do navi­de­ño en algu­nos sec­to­res.

Por eso este mes debo hacer un recor­da­to­rio sobre los cin­co sen­ti­dos del mar­ke­ting en sus prin­ci­pa­les dimen­sio­nes. Todos sabe­mos que los cin­co sen­ti­dos son el oído, el olfa­to, la vis­ta, el tac­to, y el gus­to. Los sen­ti­dos se deben apli­car de for­ma trian­gu­lar en el mar­ke­ting, es decir, des­de cada uno de los tres lados del trián­gu­lo. Los expon­dré de uno en uno.

Los-sentidosEl pri­mer lado del trián­gu­lo es la base del mis­mo y por lo tan­to fun­da­men­tal, tan­to si desa­rro­lla­mos una cam­pa­ña como si se tra­ta de pla­ni­fi­car una acción indi­vi­dual debe­mos plan­tear la base tenien­do en cuen­ta los cin­co sen­ti­dos, aun­que en la base de este trián­gu­lo los usa­mos en sen­ti­do figu­ra­do. El oído: Es fun­da­men­tal tener acti­va­do “el oído de la empre­sa” y haber dedi­ca­do tiem­po y recur­sos a oír a nues­tro clien­te, sus que­jas, sus suge­ren­cias, sus nece­si­da­des, etc. Así cono­ce­re­mos mejor sus expec­ta­ti­vas para con nues­tra empre­sa. El olfa­to: Con los datos e infor­ma­ción obte­ni­dos al escu­char al clien­te debe­mos acti­var “el olfa­to de la empre­sa” para detec­tar posi­bles nichos de mer­ca­do, nue­vas fun­cio­nes o acti­vi­da­des que se deman­dan, qué accio­nes serán las mejo­res, etc. La vis­ta: Este sen­ti­do nos per­mi­ti­rá sen­tar las bases del plan­tea­mien­to argu­men­tal, la vis­ta comer­cial nos per­mi­ti­rá desa­rro­llar un enfo­que que resul­te atrac­ti­vo des­de el lado del clien­te. El tac­to: Con inde­pen­den­cia de cuál sea nues­tro tar­get, debe­mos tener pre­sen­te que las deci­sio­nes de com­pra gene­ral­men­te las rea­li­zan per­so­nas, que aun­que no lo que­ra­mos se ven influen­cia­das por sus pro­pios pen­sa­mien­tos polí­ti­cos, socia­les, reli­gio­sos, etc., por lo que debe­re­mos emplear el tac­to para no gene­rar efec­tos adver­sos a los bus­ca­dos. El gus­to: Con­vie­ne recor­dar que según los estu­dios rea­li­za­dos en los entor­nos publi­ci­ta­rios, las per­so­nas recuer­dan mejor los pro­duc­tos, anun­cios, even­tos, etc., que se encuen­tran den­tro de lo que se con­si­de­ra mayo­ri­ta­ria­men­te “buen gus­to”, así como los que son diver­ti­dos sin ser para ello soe­ces.

El segun­do lado del trián­gu­lo es el enfo­que des­de el pro­duc­to o ser­vi­cio, es decir, qué esti­mu­la mejor y de qué for­ma lo hace. En este caso nos cen­tra­mos en el ser­vi­cio o pro­duc­to es sí mis­mo, por ejem­plo, un pro­duc­to ali­men­ti­cio como el pan esti­mu­la el gus­to con el sabor, pero tam­bién pue­de esti­mu­lar el olfa­to con su olor a recién hecho o el oído con el cru­jir de su cor­te­za al pre­sio­nar­lo lige­ra­men­te con los dedos, pero tam­bién pue­de esti­mu­lar la vis­ta con un aspec­to ape­ti­to­so o el tac­to al sen­tir como se rom­pe al par­tir un peda­zo con las manos. Debe­mos valo­rar con cuál nos que­da­mos, en cuál vamos a cen­trar la argu­men­ta­ción. Siguien­do con el ejem­plo del pan pue­de que se tra­te de un sabor tra­di­cio­nal que con­vie­ne des­ta­car o tal vez su cua­li­dad más des­ta­ca­da sea que tras muchas horas sigue cru­jien­te como recién hecho. En cual­quier caso bus­ca­re­mos el sen­ti­do más favo­re­ci­do por el pro­duc­to o ser­vi­cio para diri­gir allí la argu­men­ta­ción.

publicidad (1)El ter­cer lado del trián­gu­lo de los cin­co sen­ti­dos del mar­ke­ting es el de los sopor­tes de la cam­pa­ña. Tan­to al rea­li­zar un even­to, una acción espe­cí­fi­ca o una cam­pa­ña de mar­ke­ting com­ple­ta debe­mos ade­cuar el men­sa­je y el con­te­ni­do al sopor­te o a los sopor­tes que emplee­mos. Aun­que sea algo evi­den­te, no siem­pre se tie­ne en cuen­ta que cada sopor­te se diri­ge a un sen­ti­do dife­ren­te. Por ejem­plo, un anun­cio rea­li­za­do en un sopor­te des­ti­na­do a la lec­tu­ra como es la pren­sa lo pode­mos apro­ve­char para aña­dir una ima­gen con algu­na infor­ma­ción escri­ta adi­cio­nal y bre­ves men­sa­jes que refuer­cen el argu­men­to de ven­ta, cen­trán­do­nos así en la vis­ta, mien­tras que el mis­mo pro­duc­to en un anun­cio que se emi­ta en radio debe­rá con­tar con una voz de tim­bre y tono ade­cua­da según el pro­duc­to, y que “nos cuen­te”, con un men­sa­je sen­ci­llo y fácil de seguir sus ven­ta­jas des­ta­ca­bles, acom­pa­ña­do de los soni­dos y la músi­ca apro­pia­da para el mis­mo, cen­tran­do así la estra­te­gia en el oído. Es con­ve­nien­te ade­cuar el con­te­ni­do a cada sopor­te, al igual que si de lo que se tra­ta es de una pre­sen­ta­ción “a pie de calle” o cual­quier otra acción de mar­ke­ting de inter­ac­tua­ción con nues­tro clien­te, debe­mos adap­tar nues­tra comu­ni­ca­ción. Estas accio­nes ofre­cen un sopor­te aven­ta­ja­do para apro­ve­char­lo y esti­mu­lar el gus­to, el tac­to o el olfa­to, algo que en otros sopor­tes pue­de resul­ta más caro y difí­cil.

En cual­quier caso siem­pre es reco­men­da­ble con­tar con un plan de mar­ke­ting, exclu­si­vo y adap­ta­do a nues­tra capa­ci­dad como empre­sa para desa­rro­llar­lo, tan­to a la capa­ci­dad finan­cie­ra como a la capa­ci­dad de eje­cu­ción y res­pues­ta. No hay nada peor para un pro­duc­to o ser­vi­cio que gene­rar unas expec­ta­ti­vas en el clien­te que no sea capaz de satis­fa­cer. Un plan de mar­ke­ting pue­de evi­tar esos resul­ta­dos inde­sea­bles y no es algo exclu­si­vo de las gran­des empre­sas o mar­cas, sino que es algo impres­cin­di­ble para cual­quier empre­sa sin impor­tar el tama­ño, ya sea una PYME o sea un pro­fe­sio­nal libe­ral, un plan de mar­ke­ting es tan nece­sa­rio como lo es un plan de via­bi­li­dad finan­cie­ra.

David Carras­co­sa Men­do­za
Ana­lis­ta de Estra­te­gia Mer­can­til
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