McDonald’s cum­ple 50 años y le sobran moti­vos para cele­brar por lo alto el medio siglo que lle­va acom­pa­ñan­do a los comen­sa­les espa­ño­les a lo hora de dis­fru­tar una comi­da.

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Es así que ha lan­za­do un nue­vo spot de la mano de la agen­cia TBWA. En esta oca­sión, la mar­ca de ham­bur­gue­sas se tras­la­da al año 2068, encon­tran­do un mun­do futu­ris­ta, mono­cro­má­ti­co, inun­da­do de tec­no­lo­gía y don­de todo hay que decir­lo.

Las imá­ge­nes siguen la ruti­na del pro­ta­go­nis­ta, des­de que se levan­ta con un holo­gra­ma de su madre a modo de des­per­ta­dor, has­ta que acu­de al tra­ba­jo en una ofi­ci­na de un blan­co nuclear impe­ca­ble, dis­tri­bui­da en cubícu­los y muni­da con la más pun­te­ra tec­no­lo­gía. En reali­dad, nada en este mun­do pare­ce ape­ti­to­so, ni siquie­ra la comi­da que se con­vier­te en dos peque­ñas e insul­sas pas­ti­llas.

Sin embar­go, la his­to­ria da un giro cuan­do una com­pa­ñe­ra de tra­ba­jo le pro­po­ne, hacien­do toda una demos­tra­ción de mími­ca, sabo­rear el pro­duc­to estre­lla de McDonald’s, el Big Mac. Con una mez­cla de sor­pre­sa y agra­do, el pro­ta­go­nis­ta obser­va la esce­na y se mues­tra dis­pues­to a dis­fru­tar del enor­me boca­do que es insig­nia de la mar­ca. Y es que, “por mucho que cam­bie todo, hay cosas que no cam­bia­rán nun­ca”.

De esta ori­gi­nal mane­ra, McDonald’s brin­da por otros 50 años más y se mues­tra lis­ta para lo que sea que trai­ga el futu­ro.