Las relaciones públicas. El futuro llegó...

Las relaciones públicas. El futuro llegó...

[fancy_box title=“Resumen:”]Una con­ver­sa­ción acci­den­tal entre un recién gra­dua­do con quien fue­ra uno de sus docen­tes, se con­vier­te en la pie­dra fun­da­men­tal de este tra­ba­jo.

El desa­rro­llo del pro­fe­sio­nal en Rela­cio­nes Públi­cas abar­ca nume­ro­sas posi­bi­li­da­des labo­ra­les. Por des­co­no­ci­mien­to o tal vez igno­ran­cia, estu­dian­tes, gra­dua­dos y poten­cia­les clien­tes des­co­no­cen en gran medi­da los alcan­ces de esta carre­ra.

La imple­men­ta­ción de las dis­tin­tas herra­mien­tas de estu­dio dis­po­ni­bles, apli­ca­das des­de la cur­sa­da, entre las grá­fi­cas, pre­sen­cia­les y tec­no­ló­gi­cas, acre­cien­tan las posi­bi­li­da­des de acción y de inser­ción den­tro del mer­ca­do labo­ral. Las opor­tu­ni­da­des exis­ten, pero a veces no se pre­sen­tan como un blan­co fácil. Cómo quien bus­ca un teso­ro per­di­do en un anti­cua­rio, o un buen ves­ti­do en la mesa de ofer­tas, sólo es cues­tión de obser­var, saber mirar más allá de lo que se ve, y actuar en consecuencia.[/fancy_box]

Por Mari­sa Ester Ruiz – Refle­xión Aca­dé­mi­ca en Dise­ño y Comu­ni­ca­ción NºXV

Marisa Ester RuizHace un tiem­po cami­nan­do por la calle, escu­cho una voz que entre agra­da­ble y sor­pren­di­da me pre­gun­ta:

-¡Hola pro­fe­so­ra! ¿Cómo le va?

En ese momen­to tar­dé esos cin­co segun­dos eter­nos en tra­tar de ubi­car a esa joven, al cual su ros­tro me resul­ta­ba fami­liar. Habían pasa­do un par de años, y aun­que su cabe­llo lucía otro cor­te, logré reco­no­cer­la.

-¿Cómo estás? ¿Cómo van tus cosas?

- Muy bien, ya me reci­bí.

-¡Que suer­te, te feli­ci­to! ¿Estás tra­ba­jan­do en algo rela­cio­na­do a la pro­fe­sión? – Le pre­gun­té.

-¡No!… Y la ver­dad que estoy muy preo­cu­pa­da, por más que bus­co y bus­co, no encuen­tro avi­sos que pidan estu­dian­tes o jóve­nes gra­dua­dos en Rela­cio­nes Públi­cas.

-¡No te preo­cu­pes, ya lo vas a encon­trar!- Le res­pon­dí.

Nos des­pe­di­mos y cada una siguió su camino.

Unos días des­pués me puse a pen­sar en la con­ver­sa­ción que había man­te­ni­do con aque­lla estu­dian­te que había pasa­do por mis cla­ses y nos reen­con­tra­mos con­ver­ti­da en una nue­va “cole­ga”. En mis recuer­dos, la encon­tra­ba ale­gre y opti­mis­ta. Cuan­do nos vol­vi­mos a ver la noté des­alen­ta­da.

Futuro comunicacion

En los años de cur­sa­da, a los estu­dian­tes les impar­ti­mos nues­tros cono­ci­mien­tos, acla­ra­mos sus inquie­tu­des y otras veces ofre­ce­mos nues­tras pro­pias expe­rien­cias pro­fe­sio­na­les, con el úni­co obje­ti­vo de lograr bue­nos gra­dua­dos. Fue cuan­do me pre­gun­té si noso­tros en el rol de edu­ca­do­res, les pro­por­cio­na­mos ade­más las armas nece­sa­rias para saber qué hacer el día en que la facul­tad les dice adiós y como dice el dicho popu­lar salen “con el títu­lo bajo el bra­zo”. La ver­dad es que no obtu­ve res­pues­ta.

La bús­que­da de empleo para un recién gra­dua­do no es nada fácil, y segu­ra­men­te todos pre­ten­di­mos encon­trar en los avi­sos cla­si­fi­ca­dos o en las redes de empleo, un avi­so en el cual figu­re expre­sa­men­te “empre­sa mul­ti­na­cio­nal bus­ca licen­cia­do en…”. Aho­ra bien, en una dis­ci­pli­na como las Rela­cio­nes Públi­cas, éstas brin­dan un gran aba­ni­co de posi­bi­li­da­des, des­de un ase­so­ra­mien­to empre­sa­rial en cli­ma interno, en ima­gen, en res­pon­sa­bi­li­dad social (tan en auge en estos días), en ima­gen polí­ti­ca, rela­cio­nes con los medios, y otras alter­na­ti­vas pro­fe­sio­na­les que nues­tra licen­cia­tu­ra per­mi­te desa­rro­llar.

Ante esa difi­cul­tad, ¿Por qué no mos­trar­les a nues­tros estu­dian­tes todas las varian­tes y posi­bi­li­da­des labo­ra­les que exis­ten? Éstas no deben limi­tar­se úni­ca­men­te a la que reza “se requie­re gra­dua­do en…” la dis­ci­pli­na que haya­mos ele­gi­do, la bús­que­da pue­de ser mucho más amplia.

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Retro­ce­dí en el tiem­po y vol­ví a los fina­les de mi ado­les­cen­cia cuan­do me reci­bí de Bachi­ller con Orien­ta­ción Docen­te. La ense­ñan­za media ya era par­te del pasa­do y la facul­tad era mi pró­xi­mo obje­ti­vo, aun­que las posi­bi­li­da­des eco­nó­mi­cas de mis padres obli­ga­ban a que tuvie­ra que con­se­guir­me un empleo. Todas las maña­nas bien tem­prano salía a com­prar el dia­rio, y leer los avi­sos cla­si­fi­ca­dos que posi­bi­li­ta­ran inser­tar­me en el mer­ca­do labo­ral. Y recor­dé que no encon­tra­ba aquel enun­cia­do que dije­ra con letras gran­des “bachi­ller se bus­ca”. En cam­bio apa­re­cían avi­sos requi­rien­do por ejem­plo recep­cio­nis­tas, auxi­liar de pro­vee­do­res, empleos de ofi­ci­na. En ese momen­to com­pren­dí que mi títu­lo era apli­ca­ble a lo que el mer­ca­do labo­ral reque­ría.

La mayor ambi­ción del gra­dua­do es poder desem­pe­ñar su pro­fe­sión. Tra­ba­jan­do y estu­dian­do, mi emplea­dor sin repa­ros me con­ce­dió todas las posi­bi­li­da­des para lograr mi obje­ti­vo, otor­gán­do­me días de estu­dio y por examen, inclu­so algu­nos más de los que por ley me corres­pon­dían. Con el títu­lo en mis manos y en reu­nión con el geren­te de Recur­sos Huma­nos, me comu­ni­có que en la empre­sa, no esta­ban pre­vis­tos los ser­vi­cios de un Licen­cia­do en Rela­cio­nes Públi­cas. De todas for­mas, obser­van­do los dis­tin­tos com­por­ta­mien­tos en la rela­ción entre mis com­pa­ñe­ros con mis supe­rio­res, y de éstos con geren­tes de otras áreas, obser­vé fallas en la comu­ni­ca­ción. Con pacien­cia, espe­ré el momen­to ade­cua­do para pre­sen­tar un pro­yec­to, que con­sis­tió en un plan sobre comu­ni­ca­ción inter­na que al tiem­po fue acep­ta­do. Ese fue mi pri­mer tra­ba­jo rela­cio­na­do con la pro­fe­sión.

La actua­li­dad nos mues­tra cons­tan­te­men­te vici­si­tu­des en las cua­les un licen­cia­do en Rela­cio­nes Públi­cas pue­de accio­nar y resol­ver.

Oportunidad

En mi eta­pa de estu­dian­te uni­ver­si­ta­ria, la teo­ría abun­da­ba y los casos prác­ti­cos tam­bién, pero estos últi­mos se limi­ta­ban a casos de manual. Nadie me mos­tró lo que había suce­di­do la sema­na ante­rior entre una orga­ni­za­ción y el gobierno, o entre una ONG y un polí­ti­co (por citar sólo dos casos) y que entre todos, (estu­dian­tes y docen­tes) tra­te­mos de resol­ver de qué mane­ra se debe­ría actuar en deter­mi­na­do caso. Gra­cias a los avan­ces tec­no­ló­gi­cos, es posi­ble pre­sen­tar en cla­se, dis­tin­tos desem­pe­ños de la vida de un pro­fe­sio­nal y com­par­tir­lo con nues­tros edu­can­dos. Per­so­nal­men­te, este tipo de cla­ses se ha con­ver­ti­do en una expe­rien­cia suma­men­te enri­que­ce­do­ra, mejo­ra la cali­dad de los deba­tes, afian­za la rela­ción del cur­so y se refle­ja en la entre­ga de los dis­tin­tos tra­ba­jos prác­ti­cos.

La comu­ni­ca­ción y al infor­ma­ción se encuen­tran en una eta­pa de cons­tan­te dina­mis­mo y evo­lu­ción. Como docen­tes debe­mos acom­pa­ñar ese pro­ce­so. No es una nove­dad si digo que los estu­dian­tes de hoy, en gene­ral no leen los dia­rios, no miran pro­gra­mas polí­ti­cos ni de actua­li­dad. Nues­tra fun­ción es acer­car­les la mayor can­ti­dad de herra­mien­tas posi­bles (blogs, redes pro­fe­sio­na­les, revis­tas espe­cia­li­za­das, semi­na­rios, con­gre­sos, foros) para lograr que el día de maña­na, sean ellos mis­mos quie­nes las uti­li­cen.

La inter­ac­ción coti­dia­na entre el mun­do real con el pro­fe­sio­nal, pone ante sus ojos, un nue­vo pris­ma acer­ca de las pro­pias metas, intere­ses y obje­ti­vos. Esta nue­va reali­dad posi­bi­li­ta la for­ma­ción de una nue­va gene­ra­ción de estu­dian­tes, pro­pi­cia el naci­mien­to nue­vas ten­den­ciasfuturo rrpp y for­mas de la pro­fe­sión, que apli­ca­rán una nue­va gene­ra­ción de gra­dua­dos para inser­tar­se en una nue­va cul­tu­ra orga­ni­za­cio­nal. No hay mejor ejem­plo que la reali­dad.

Par­ti­cu­lar­men­te en nues­tro país, (Argen­ti­na) se nece­si­ta afian­zar un rubro que se encuen­tra per­ma­nen­te­men­te des­cui­da­do, o en otras pala­bras no lo sufi­cien­te­men­te maxi­mi­za­do: el de “ser­vi­cios”. Para una gran mayo­ría, el pro­fe­sio­nal en Rela­cio­nes Públi­cas debe expli­car día a día a que se dedi­ca. Quie­nes tene­mos la posi­bi­li­dad y la opor­tu­ni­dad de com­par­tir nues­tros cono­ci­mien­tos no debe­mos per­der esta opor­tu­ni­dad his­tó­ri­ca. Expe­rien­cias rea­li­za­das en paí­ses con eco­no­mías desa­rro­lla­das, nos indi­can que este es el camino a seguir. Una socie­dad que sabe comu­ni­car­se, que sabe escu­char­se, que sabe deba­tir, podrá cre­cer sin ren­co­res, sin resen­ti­mien­tos y apos­tan­do al futu­ro. Gobierno, empre­sa­rios y socie­dad debe­mos acep­tar el reto para los tiem­pos que ven­drán. Qui­zás sea esto últi­mo, nues­tro mayor desa­fío.

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Mari­sa Ester Ruiz
Uni­ver­si­dad de Paler­mo
Círcu­lo de Perio­dis­tas Depor­ti­vos
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