La publicidad, ¿refleja o no refleja la realidad?

En el últi­mo año el tema de la digi­ta­li­za­ción de la publi­ci­dad ha sido pro­ta­go­nis­ta entre las agen­cias. Pero poco se ha habla­do del fra­ca­so de la indus­tria publi­ci­ta­ria a la hora de retra­tar la tra­ge­dia de la pan­de­mia del coro­na­vi­rus. Es casi impo­si­ble no hablar de fra­ca­so tras con­tem­plar el pal­ma­rés de la últi­ma edi­ción de Can­nes Lions, en el que las cam­pa­ñas naci­das al calor de la cri­sis del COVID-19 han juga­do un rol sor­pren­den­te­men­te insig­ni­fi­can­te.

Y sur­ge inelu­di­ble­men­te la cues­tión de has­ta qué pun­to pue­de vana­glo­riar­se la indus­tria publi­ci­ta­ria de retra­tar el “zeit­geist” (espí­ri­tu del tiem­po) impe­ran­te en men­sa­jes ver­da­de­ra­men­te rele­van­tes. ¿Ha aca­ba­do qui­zás la publi­ci­dad tro­cán­do­se en mera pro­vee­do­ra de imá­ge­nes vis­to­sas y lla­ma­ti­vas des­co­nec­ta­das de lo que acon­te­ce en el mun­do?, se pre­gun­ta San­tia­go Cam­pi­llo-Lund­beck.

En las últi­mas déca­das se ha dis­cu­ti­do mucho sobre la rele­van­cia real de los pre­mios con­ce­di­dos en cer­tá­me­nes como Can­nes Lions. ¿Es la publi­ci­dad que por allí des­fi­la publi­ci­dad «real» que ha lle­ga­do a ojos de la audien­cia o es más bien una crea­ción con­ce­bi­da sobre todo para lucir en fes­ti­va­les? ¿Tie­ne real­men­te impac­to la publi­ci­dad más lau­rea­da en el éxi­to de las mar­cas? Lo que pare­ce cla­ro es que cer­tá­me­nes como Can­nes Lions son una suer­te de “per­for­man­ce show” para la indus­tria publi­ci­ta­ria. Y debe­rían mos­trar a clien­tes poten­cia­les lo que las agen­cias pue­den hacer por las mar­cas y por el con­su­mi­dor en su vida coti­dia­na.

Tenien­do en cuen­ta esta pre­mi­sa, de la extra­or­di­na­ria expe­rien­cia de 2020 debe­rían haber naci­do inme­jo­ra­bles logros en el plano crea­ti­vo. Pero esta es solo la teo­ría, pues­to que la prác­ti­ca nos cuen­ta una his­to­ria bien dis­tin­ta. De los 38 Grand Prix y Leo­nes de Tita­nium entre­ga­dos este año en Can­nes Lions, solo 7 están empa­ren­ta­dos de mane­ra direc­ta con la pan­de­mia. Las esta­tui­llas de más pedi­grí en la 67ª edi­ción del fes­ti­val han ido a parar mayo­ri­ta­ria­men­te a manos de cam­pa­ñas que orbi­tan, en su mayo­ría, en torno a temas como la diver­si­dad, la sos­te­ni­bi­li­dad y el pro­pó­si­to.

Esta cir­cuns­tan­cia obe­de­ce pro­ba­ble­men­te al hecho de que la últi­ma edi­ción de Can­nes Lions ha sido recep­to­ra de no pocas cam­pa­ñas alum­bra­das en 2019. Pero sor­pren­de que des­pués de un año en el que las pau­sas publi­ci­ta­rias han esta­do copa­das inva­ria­ble­men­te por el COVID-19, en Can­nes Lions esa reali­dad haya sido tan sos­la­ya­da.

De la irre­le­van­cia de la pan­de­mia en Can­nes Lions emer­gen dos posi­bles inter­pre­ta­cio­nes: que las cam­pa­ñas pro­pi­cia­das por el coro­na­vi­rus no son qui­zás meri­to­rias des­de el pun­to de vis­ta crea­ti­vo, o que los cri­te­rios de eva­lua­ción por los que se rigen cer­tá­me­nes como Can­nes Lions nada tie­nen que ver con los cri­te­rios que hacen rele­van­te la publi­ci­dad a ojos de la audien­cia.

Tan­to una como otra inter­pre­ta­ción son terri­ble­men­te des­co­ra­zo­na­do­ras, y dejan en muy mal lugar a la indus­tria publi­ci­ta­ria, que debe­ría pre­su­mir de rele­van­cia social, pero cuya rele­van­cia no pare­ce ir más allá de su pro­pio  círcu­lo, con­clu­ye Cam­pi­llo-Lund­beck.