Por Benjamin Spiegel
Hace pocos días la ciudad de Houston fue golpeada por las tormentas más fuertes de su historia como parte del huracán Harvey. Más de 120.000 personas se quedaron sin electricidad, y sin servicio eléctrico, los canales tradicionales de comunicación como la TV broadcast, la cable TV y la radio desaparecieron en muchas áreas. Ocuparon la escena los medios mobile y sociales, y gracias a la valiosa información compartida en ellos, fue posible ayudar y minimizar los efectos del desastre.
Sin embargo, no todo este contenido fue tan fácil de acceder o usar como podría haberse hecho. ¿Por qué? Por la publicidad. Los avisos siguieron corriendo y bloqueando o postergando los contenidos salvadores de vidas. A lo largo del estado de emergencia, los habitantes de Houston tuvieron que esperar a las pantallas de avisos pre-roll, buscar información en noticieros colmados de publicidad y cerrar incontables ventanas para acceder a contenidos fundamentales en ese momento.
Marcas, agencias de publicidad y plataformas de medios necesitan llegar a un acuerdo para detener la publicidad en las regiones afectadas durante los desastres. No se trata de prohibir los avisos; es bloquear una verdadera disrupción que puede interferir seriamente con el flujo de información crítica. Además, es un gran absurdo apuntar a una audiencia que está sufriendo un desastre.
Como industria, necesitamos poner primero a los consumidores durante los desastres. ¡Tenemos las capacidades, el alma y la tecnología para hacer mejor las cosas!