La literatura de ficción es una oportunidad para reflejar la realidad social que se vive en México, en particular en temas delicados como la seguridad, violencia y la descomposición social, que es reflejada de forma superficial por otros medios como los informativos.
De este modo opinó Imanol Caneyada, maestro, novelista y periodista español que participó en el Primer Coloquio de Literatura Mexicana del Norte, que se efectuó en el auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
Durante el evento el autor realizó una lectura de obra y habló con los alumnos sobre su experiencia como novelista en el país. Comentó que su obra está basada en el género de novela negra, mismo que permite al autor explorar las “zonas obscuras” del alma humana y la sociedad, pues señaló que en el país, particularmente en el norte, la violencia y la descomposición social es una realidad existente. “Con este género negro podemos darle luz a esos temas que de pronto no queremos ver o a los que les damos la espalda”, dijo.
El maestro Imanol Caneyada señaló que dado este contexto social, los escritores en general se han autocensurado, por su propio bienestar, ya que las consecuencias ante la indefensión de los periodistas ante el crimen es grave.
“Anteriormente en México sí había censura como tal, es decir, el Estado o el Gobierno establecía ciertos temas de los que se podía hablar y otros de los que no; creo que hoy tenemos que hablar de una sana autocensura”, acotó.
No obstante, indicó que gracias a los avances tecnológicos hay muchos espacios en Internet, como blogs, páginas web y redes sociales, donde se realiza un periodismo libre de censuras, por lo que el periodismo vive un momento complejo.
De igual forma expuso que las novelas de ficción permiten profundizar en un fenómeno social como la violencia y darle un rostro, humanizarla, no sólo superficialmente como lo hacen los medios de comunicación, que abordan la violencia desde una perspectiva cuantitativa. “La ficción es un camino para establecer un diálogo con el lector que vaya más allá de los números de los hechos específicos”, concluyó.