La iniciativa Shared Skin de Almirall gana un León de Plata en el Festival de Cannes

Almi­rall S.A., com­pa­ñía far­ma­céu­ti­ca glo­bal con sede en Bar­ce­lo­na, ganó en el Fes­ti­val de Can­nes un León de Pla­ta en la cate­go­ría de Mejor Comu­ni­ca­ción Inter­na y Com­pro­mi­so de los Emplea­dos. La agen­cia de publi­ci­dad Shac­kle­ton, ha sido la encar­ga­da de desa­rro­llar el con­cep­to crea­ti­vo de esta cam­pa­ña, que ha reci­bi­do el úni­co metal que se ha otor­ga­do en la cate­go­ría de Comu­ni­ca­ción Inter­na.

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El obje­ti­vo que per­si­gue esta ini­cia­ti­va es aumen­tar la con­cien­cia­ción de los emplea­dos con las afec­cio­nes der­ma­to­ló­gi­cas y hacer que la socie­dad reco­noz­ca el impac­to emo­cio­nal de estas enfer­me­da­des. Gra­cias a Sha­red Skin Initia­ti­ve, los emplea­dos de Almi­rall se sien­ten más pró­xi­mos a los pacien­tes con dichas afec­cio­nes der­ma­to­ló­gi­cas y pue­den empa­ti­zar aún más con aque­llos que las pade­cen.

El vídeo gra­ba­do por Almi­rall mues­tra cómo cin­co de sus emplea­dos acep­tan for­mar par­te de esta expe­rien­cia úni­ca: vivir por un día en la piel de un pacien­te. Los par­ti­ci­pan­tes, que des­co­no­cían cuál iba a ser su papel, se some­tie­ron duran­te dos horas a una sesión de maqui­lla­je a cie­gas y des­pués salie­ron a la calle a inter­ac­tuar con per­so­nas des­co­no­ci­das. Fue ahí don­de empe­zó el ver­da­de­ro reto. En ese momen­to, sin­tie­ron cómo todos los ojos y las mira­das de los vian­dan­tes evi­ta­ban el con­tac­to con ellos. Los par­ti­ci­pan­tes expe­ri­men­ta­ron todas aque­llas difi­cul­ta­des que los pacien­tes tie­nen que supe­rar su día a día.

Tras todas las emo­cio­nes vivi­das en la calle, final­men­te se encon­tra­ron cara a cara con un espe­jo, y ahí des­cu­brie­ron el maqui­lla­je ‑simu­lan­do una afec­ción der­ma­to­ló­gi­ca-. La cáma­ra cap­tó sus pri­me­ras reac­cio­nes: sor­pre­sa, mie­do, tris­te­za y con­fu­sión, entre otras extra­ñas sen­sa­cio­nes. En el caso de los emplea­dos de Almi­rall, al des­ma­qui­llar­se, des­apa­re­cie­ron las lesio­nes pero, des­afor­tu­na­da­men­te, los pacien­tes reales no pue­den hacer­lo.