El canon de belle­za del cuer­po y ros­tro per­fec­tos es el que se difun­de masi­va­men­te a tra­vés de los medios, la indus­tria de la moda y las redes socia­les. Pero esta “belle­za” está bas­tan­te des­co­nec­ta­da de la reali­dad, y hoy más que nun­ca la socie­dad rei­vin­di­ca la belle­za real y tam­bién lo hacen las mar­cas. Entre ellas, Die­sel ha que­ri­do hacer una ver­da­de­ra oda a la imper­fec­ción de las per­so­nas en su nue­va cam­pa­ña que lle­ga a modo de secue­la.

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Y es que, si en el mes de sep­tiem­bre lan­za­ba Go with the Flaw, un spot en el que mos­tra­ba al rit­mo de Edith Piaf y su Vie en Rose a varias per­so­nas con carac­te­rís­ti­cas físi­cas que no se ade­cúan a lo social­men­te acep­ta­do, aho­ra la mar­ca con­tra­ata­ca en Keep the World Fla­wed.

Esta vez la com­pa­ñía ha opta­do por con­tar una his­to­ria de amor del todo pecu­liar y con un toque de humor. Cuan­do un joven, tras ope­rar­se sus ore­jas de sopli­llo, cono­ce a una joven mujer, deci­den empren­der una vida jun­tos y cul­mi­nar su amor tenien­do un hijo.

La sor­pre­sa es mayús­cu­la cuan­do el niño no solo ha here­da­do el defec­to de su padre sino tam­bién el des­co­no­ci­do de su madre: una gran nariz que había cam­bia­do a fuer­za de bis­tu­rí.

La mora­le­ja de la his­to­ria es que “la imper­fec­ción siem­pre gana”. Y tal como seña­la la mar­ca, “nadie es per­fec­to. Y que siga sien­do así”.