La IA es la “nueva materia obligatoria” para los profesionales

La IA es la “nueva materia obligatoria” para los profesionales
La inte­li­gen­cia arti­fi­cial (IA), has­ta hace poco con­si­de­ra­da una herra­mien­ta del futu­ro, se ha con­ver­ti­do hoy en un cono­ci­mien­to indis­pen­sa­ble para cual­quier pro­fe­sio­nal que quie­ra seguir sien­do com­pe­ti­ti­vo. Un aná­li­sis de The Valley, ins­ti­tu­ción edu­ca­ti­va espe­cia­li­za­da en busi­ness & tech, advier­te que la IA es la “nue­va mate­ria obli­ga­to­ria” en los pro­gra­mas de for­ma­ción, ya que su inte­gra­ción es trans­ver­sal a todos los sec­to­res y tra­ba­jos.

Juan Luis Moreno, Part­ner & Mana­ging Direc­tor de The Valley, expli­ca que la rápi­da evo­lu­ción tec­no­ló­gi­ca ha empu­ja­do a con­tem­plar la acti­vi­dad labo­ral con un pro­pó­si­to cla­ro. “Hoy, la IA está ya inte­gra­da en todas las for­ma­cio­nes y prác­ti­ca­men­te en todos los tra­ba­jos, con­so­li­dán­do­se como la trans­for­ma­ción digi­tal de la que se habla­ba hace unos años”, seña­la. Por ello, la for­ma­ción con­ti­nua en IA es una nece­si­dad de pri­mer orden para refor­zar habi­li­da­des, anti­ci­par ten­den­cias y auto­ma­ti­zar tareas estra­té­gi­cas.

La IA rede­fi­ne las reglas del jue­go en mar­ke­ting y comu­ni­ca­ción

En el sec­tor del mar­ke­ting y la comu­ni­ca­ción, la inte­gra­ción efec­ti­va y éti­ca de la IA es uno de los mayo­res desa­fíos. Los pro­fe­sio­na­les ya no pue­den igno­rar las herra­mien­tas que opti­mi­zan tiem­pos, gene­ran ideas crea­ti­vas y per­so­na­li­zan men­sa­jes para audien­cias espe­cí­fi­cas.

Según los exper­tos de The Valley, la for­ma­ción en IA per­mi­te desa­rro­llar tex­tos publi­ci­ta­rios más per­sua­si­vos, adap­tar crea­ti­vi­da­des en tiem­po real y ana­li­zar gran­des volú­me­nes de datos para obte­ner insights estra­té­gi­cos que mejo­ren la efec­ti­vi­dad de las cam­pa­ñas. Ade­más, la IA se ha vuel­to indis­pen­sa­ble en el aná­li­sis de datos para seg­men­tar audien­cias, pre­de­cir com­por­ta­mien­tos de con­su­mo y medir el impac­to de las accio­nes con mayor pre­ci­sión.

A la par de las habi­li­da­des téc­ni­cas, la éti­ca se pre­sen­ta como un pilar fun­da­men­tal. La for­ma­ción en esta área es cru­cial para enten­der los ses­gos de los sis­te­mas de IA, garan­ti­zar la pri­va­ci­dad de los datos y comu­ni­car de for­ma trans­pa­ren­te, com­pe­ten­cias que cada vez son más deman­da­das en el sec­tor.

La IA como motor de cre­ci­mien­to en todos los sec­to­res

El aná­li­sis de The Valley ha iden­ti­fi­ca­do seis razo­nes cla­ve por las que la IA se ha con­ver­ti­do en una asig­na­tu­ra obli­ga­to­ria para cual­quier pro­fe­sio­nal:

  1. Es trans­ver­sal a todos los sec­to­res. Des­de las finan­zas y la salud has­ta la logís­ti­ca y el retail, la IA ha deja­do de ser una herra­mien­ta opcio­nal para con­ver­tir­se en el eje cen­tral de la com­pe­ti­ti­vi­dad.
  2. Impul­sa el lide­raz­go con cono­ci­mien­to. Los líde­res que entien­den la IA no solo acom­pa­ñan a sus equi­pos, sino que tam­bién mar­can el rum­bo estra­té­gi­co y lide­ran el cam­bio. Pasar de diri­gir con intui­cio­nes a hacer­lo con datos y evi­den­cias es lo que dife­ren­cia a los líde­res del futu­ro.
  3. Per­mi­te deci­sio­nes más rápi­das y pre­ci­sas. La capa­ci­dad de ana­li­zar datos en tiem­po real ayu­da a anti­ci­par ten­den­cias, detec­tar opor­tu­ni­da­des y mini­mi­zar ries­gos con una pre­ci­sión sin pre­ce­den­tes.
  4. Libe­ra el talen­to a tra­vés de la auto­ma­ti­za­ción. Al dele­gar tareas repe­ti­ti­vas y de bajo valor a la IA, las orga­ni­za­cio­nes libe­ran a sus emplea­dos para que se enfo­quen en la inno­va­ción, la crea­ción de expe­rien­cias y el desa­rro­llo de nego­cio.
  5. Aumen­ta la resi­lien­cia en tiem­pos de cam­bio. Las empre­sas que uti­li­zan la IA de for­ma estra­té­gi­ca están mejor pre­pa­ra­das para esce­na­rios de cri­sis e incer­ti­dum­bre. La tec­no­lo­gía ofre­ce herra­mien­tas para adap­tar­se con agi­li­dad y garan­ti­zar la con­ti­nui­dad del nego­cio.
  6. Trans­for­ma los roles de alto cono­ci­mien­to. Según un infor­me de Micro­soft Research, los pues­tos que requie­ren habi­li­da­des como escri­bir, ana­li­zar, expli­car o ven­der, espe­cial­men­te aque­llos que deman­dan for­ma­ción aca­dé­mi­ca, son los más impac­ta­dos por la IA. Sin embar­go, esto es una invi­ta­ción a la rein­ven­ción. Los pro­fe­sio­na­les que com­pren­dan la IA podrán libe­rar tiem­po para tareas de mayor valor y asu­mir un papel pro­ta­gó­ni­co en la trans­for­ma­ción de sus orga­ni­za­cio­nes.

En con­clu­sión, la inte­gra­ción de la IA no es solo una cues­tión de adap­ta­ción, sino una opor­tu­ni­dad para el cre­ci­mien­to pro­fe­sio­nal y la inno­va­ción en cual­quier cam­po. La for­ma­ción con­ti­nua en este ámbi­to se ha vuel­to esen­cial para quie­nes bus­can man­te­ner­se com­pe­ti­ti­vos y lide­rar en la era de la trans­for­ma­ción digi­tal.

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