La Haya es la primera ciudad en prohibir la publicidad de combustibles fósiles

La Haya es la primera ciudad en prohibir la publicidad de combustibles fósiles
La Haya, en la lucha con­tra el cam­bio cli­má­ti­co, a par­tir del 1 de enero de 2025 se con­vier­te en la pri­me­ra ciu­dad del mun­do en prohi­bir la publi­ci­dad de pro­duc­tos y ser­vi­cios rela­cio­na­dos con com­bus­ti­bles fósi­les. Esta medi­da, impul­sa­da por el Par­ti­do por los Ani­ma­les (PydD), fue apro­ba­da por el ayun­ta­mien­to de La Haya el pasa­do 12 de sep­tiem­bre tras la moción ini­cia­da en 2021 que exi­gía la prohi­bi­ción de anun­cios de com­bus­ti­bles fósi­les en las para­das de auto­bús. Con esta acción, la ciu­dad envía un men­sa­je cla­ro: es hora de poner fin a la depen­den­cia de los com­bus­ti­bles fósi­les.

La prohi­bi­ción afec­ta­rá a anun­cios de pro­duc­tos y ser­vi­cios como vue­los y cru­ce­ros vaca­cio­na­les, auto­mó­vi­les de gaso­li­na y pro­vee­do­res de gas, los cua­les des­apa­re­ce­rán de los espa­cios públi­cos. Leo­nie Gerritsen, miem­bro del PydD, expli­có: «La Haya quie­re ser cli­má­ti­ca­men­te neu­tra para 2030. No es cohe­ren­te seguir per­mi­tien­do la publi­ci­dad de pro­duc­tos que per­ju­di­can el medio ambien­te». Esta nor­ma­ti­va pio­ne­ra lle­ga en un momen­to en que la urgen­cia cli­má­ti­ca exi­ge accio­nes más rápi­das y deci­di­das por par­te de los gobier­nos y las empre­sas.

La orga­ni­za­ción Recla­me Fos­siel­vrij, que abo­ga por la eli­mi­na­ción de la publi­ci­dad de com­bus­ti­bles fósi­les, cele­bró la deci­sión del ayun­ta­mien­to. «La Haya ha mos­tra­do el cora­je nece­sa­rio para enfren­tar la cri­sis cli­má­ti­ca», decla­ró Fem­ke Slee­gers, repre­sen­tan­te de la orga­ni­za­ción. Este movi­mien­to en La Haya podría ser el pun­to de par­ti­da para que otras ciu­da­des, tan­to en los Paí­ses Bajos como a nivel inter­na­cio­nal, sigan su ejem­plo. Según Slee­gers, la apli­ca­ción de esta medi­da a tra­vés de una orde­nan­za local podría gene­rar un efec­to domi­nó en otras ciu­da­des del mun­do.

Valen­tía ante la cri­sis cli­má­ti­ca: una deci­sión estra­té­gi­ca para el futu­ro

La dife­ren­cia entre la estra­te­gia adop­ta­da por La Haya y la de otras ciu­da­des radi­ca en que muchas de ellas, como Zwo­lle o Til­burg, están nego­cian­do la prohi­bi­ción median­te con­tra­tos o acuer­dos volun­ta­rios con los ope­ra­do­res publi­ci­ta­rios. Este enfo­que, aun­que valio­so, pue­de tar­dar años en con­cre­tar­se debi­do a la dura­ción de los con­tra­tos exis­ten­tes. En cam­bio, la nue­va polí­ti­ca de La Haya ase­gu­ra que todas las cam­pa­ñas publi­ci­ta­rias de pro­duc­tos fósi­les des­apa­re­ce­rán simul­tá­nea­men­te en toda la ciu­dad, envian­do un men­sa­je con­tun­den­te a empre­sas y ciu­da­da­nos.

A nivel glo­bal, la lla­ma­da a la prohi­bi­ción de la publi­ci­dad de pro­duc­tos fósi­les ha reso­na­do con fuer­za. Inclu­so el Secre­ta­rio Gene­ral de las Nacio­nes Uni­das, Antó­nio Gute­rres, ha ins­ta­do a una prohi­bi­ción mun­dial. Esta deci­sión en La Haya, fru­to de años de deba­tes y pro­pues­tas legis­la­ti­vas, mues­tra que es posi­ble avan­zar hacia un futu­ro más sos­te­ni­ble a tra­vés de polí­ti­cas loca­les fir­mes y bien estruc­tu­ra­das.

«Los argu­men­tos lega­les con­tra la prohi­bi­ción de la publi­ci­dad de com­bus­ti­bles fósi­les son poco con­vin­cen­tes. La publi­ci­dad está regu­la­da y res­trin­gi­da de muchas mane­ras. Bas­ta con pen­sar en la publi­ci­dad del taba­co. Lo mis­mo ocu­rre con la publi­ci­dad de com­bus­ti­bles fósi­les: se pue­de prohi­bir. De hecho, las obli­ga­cio­nes lega­les para limi­tar el calen­ta­mien­to glo­bal sugie­ren que la publi­ci­dad de com­bus­ti­bles fósi­les debe­ría prohi­bir­se», argu­men­tó el pro­fe­sor Ingo Venz­ke, de la Uni­ver­si­dad de Áms­ter­dam.

La ini­cia­ti­va de La Haya no solo refle­ja la urgen­cia cli­má­ti­ca, sino tam­bién la nece­si­dad de un cam­bio estruc­tu­ral en la for­ma en que las ciu­da­des abor­dan la sos­te­ni­bi­li­dad. Prohi­bir la publi­ci­dad de pro­duc­tos con­ta­mi­nan­tes en las calles es una medi­da tan­gi­ble que hace visi­ble para los ciu­da­da­nos el com­pro­mi­so con el medio ambien­te. Ade­más, esta estra­te­gia evi­ta cos­tes adi­cio­na­les y dispu­tas lega­les que podrían sur­gir de la modi­fi­ca­ción de con­tra­tos.