La estrategia ganadora de Trump: mensajes simples 

La estrategia ganadora de Trump: mensajes simples 
Kim­berly Ewton, crea­ti­va de la agen­cia Anto­ni, tras un aná­li­sis de la estra­te­gia gana­do­ra de Donald Trump, con­clu­yó que el ele­men­to dife­ren­cial y defi­ni­to­rio fue la sim­pli­ci­dad del men­sa­je. Aun­que Kama­la Harris ofre­cía un pro­gra­ma a todas luces más sóli­do, su com­ple­ji­dad le impi­dió lle­gar con mayor fuer­za a la masa de elec­to­res, todo lo con­tra­rio a las pro­cla­mas con­tun­den­tes de Trump.

En su aná­li­sis, Ewton afir­ma que Donald Trump logró impo­ner­se en las elec­cio­nes pre­si­den­cia­les a pesar de enfren­tar­se a un “pro­duc­to” cla­ra­men­te supe­rior en la figu­ra de Kama­la Harris. En su artícu­lo para W&V, la crea­ti­va pos­tu­la que los men­sa­jes de Trump resul­ta­ron ser más efec­ti­vos para cap­tar la aten­ción de los votan­tes, en com­pa­ra­ción con las pro­pues­tas com­ple­jas de Harris.

La gen­te no nece­si­ta enten­der todos los deta­lles téc­ni­cos; lo que real­men­te le impor­ta es si el pre­cio de los ali­men­tos va a seguir subien­do o no”, indi­ca Ewton. Según su aná­li­sis, los repu­bli­ca­nos supie­ron explo­tar ese temor en su cam­pa­ña, mien­tras que Harris fra­ca­só en sim­pli­fi­car sus men­sa­jes y conec­tar con el elec­to­ra­do.

Un “pro­duc­to” de cali­dad que no supo comu­ni­car

A jui­cio de Ewton, el pro­gra­ma inclu­si­vo y de lar­go alcan­ce de Kama­la Harris ofre­cía un “pro­duc­to” mejor que el de Trump. Sin embar­go, debi­do a los dis­cur­sos com­ple­jos, no se tra­du­jo en votos. Por ejem­plo, en un foro recien­te de CNN, Harris abor­dó el pro­ble­ma de la infla­ción hablan­do del “pri­ce gou­ging” (abu­so de pre­cios), un tér­mino que dejó per­ple­jo al públi­co. En cam­bio, Trump sim­pli­fi­có su men­sa­je mofán­do­se de su opo­nen­te: “Nadie entien­de qué es el ‘pri­ce gou­ging’, pero sabe­mos que ella quie­re dic­tar los pre­cios de los ali­men­tos”, dijo en tono bur­lón.

Esta estra­te­gia, aun­que sim­plis­ta y muchas veces erró­nea, resul­tó efec­ti­va. Ewton sos­tie­ne que “los repu­bli­ca­nos han sido más inte­li­gen­tes al unir a la gen­te en torno al mie­do a un even­tual recru­de­ci­mien­to de la infla­ción en el ramo de la ali­men­ta­ción”. Un men­sa­je tan direc­to como falaz y efi­caz.

La eco­no­mía resul­tó el pun­to débil demó­cra­ta

A pesar de que la eco­no­mía esta­dou­ni­den­se ha mos­tra­do sig­nos posi­ti­vos bajo el lide­raz­go demó­cra­ta, como des­ta­ca­ba The Eco­no­mist recien­te­men­te, los repu­bli­ca­nos siguen pre­sen­tán­do­la como el talón de Aqui­les de sus riva­les. “La sim­pli­ci­dad ele­va­da a la máxi­ma poten­cia ha guia­do a Trump en sus pro­cla­mas elec­to­ra­les, don­de los repu­bli­ca­nos son los bue­nos y los demó­cra­tas los malos”, expli­ca Ewton.

Trump y sus segui­do­res no duda­ron en acu­sar a Harris y al gobierno demó­cra­ta de la subi­da de pre­cios en pro­duc­tos bási­cos, como los hue­vos, pese a que este aumen­to fue en gran par­te con­se­cuen­cia de un bro­te de gri­pe aviar que afec­tó a más de 100 millo­nes de aves en 2022. Esta narra­ti­va, aun­que enga­ño­sa, logró calar en un públi­co preo­cu­pa­do por la infla­ción.

Tam­bién se pue­de apren­der de los polí­ti­cos

El aná­li­sis de Ewton es apli­ca­ble tam­bién para las mar­cas. Para ganar a la com­pe­ten­cia, no bas­ta con tener un pro­duc­to de cali­dad supe­rior: hay que saber comu­ni­car­lo. Ewton ins­ta a las empre­sas a no sub­es­ti­mar a sus clien­tes, pero al mis­mo tiem­po a sim­pli­fi­car sus men­sa­jes para que sean fáci­les de enten­der y recor­dar.

Las mar­cas no pue­den tra­tar como estú­pi­dos a sus clien­tes, pero deben esfor­zar­se en impreg­nar de sim­pli­ci­dad sus men­sa­jes”, recal­ca Ewton, y resal­ta que el éxi­to en la comu­ni­ca­ción radi­ca en encon­trar un equi­li­brio entre la auten­ti­ci­dad y la cla­ri­dad, sin caer en la sobre­car­ga de infor­ma­ción que pue­de ale­jar al con­su­mi­dor.

La derro­ta de Kama­la Harris en las urnas es un recor­da­to­rio de que inclu­so el mejor pro­duc­to pue­de per­der fren­te a un pro­duc­to menos bueno. Los demó­cra­tas, a pesar de tener un pro­gra­ma elec­to­ral bien fun­da­men­ta­do y una can­di­da­ta dis­pues­ta a redu­cir la pola­ri­za­ción en el país, no supie­ron trans­mi­tir este men­sa­je de for­ma que reso­na­ra con el votan­te medio.

Ewton con­clu­ye que “los men­sa­jes tie­nen un poder inmen­so y pue­den cam­biar la opi­nión y el sen­tir de la gen­te en casi cual­quier direc­ción ima­gi­na­ble”. La lec­ción para polí­ti­cos y mar­cas por igual es cla­ra: a veces, un men­sa­je sim­ple y direc­to pue­de ser más efec­ti­vo que uno deta­lla­do pero com­pli­ca­do.

Este aná­li­sis abre un deba­te sobre la efec­ti­vi­dad de los men­sa­jes sim­ples en el mar­ke­ting polí­ti­co y comer­cial. Mien­tras Kama­la Harris pro­po­nía solu­cio­nes deta­lla­das para pro­ble­mas com­ple­jos, Trump optó por un enfo­que direc­to y sin mati­ces que resul­tó ser más con­vin­cen­te para un elec­to­ra­do ávi­do de sen­ci­llez.

Es lo que suce­de en un mun­do satu­ra­do de infor­ma­ción, y tan­to los polí­ti­cos como las mar­cas nece­si­tan anti­ci­par­se a esta deman­da de cla­ri­dad y sim­pli­ci­dad. El éxi­to, como demues­tra la últi­ma cam­pa­ña elec­to­ral en Esta­dos Uni­dos, no siem­pre depen­de de la cali­dad del “pro­duc­to”, sino de la for­ma en que este se comu­ni­ca.