La belleza real es inversamente proporcional a la eficacia publicitaria

mod3En los últi­mos años muchas mar­cas de ropa o de gran con­su­mo se han decan­ta­do por mos­trar la belle­za real y la auto­acep­ta­ción, des­car­tan­do a menu­do lo que se cono­ce como “body sha­ming”.

Sin embar­go, poner en pasa­re­la a mode­los reales, capa­ces de gene­rar iden­ti­fi­ca­ción con las fémi­nas del públi­co, pue­de no ser lo más con­ve­nien­te a la hora de ven­der. Así lo evi­den­cia un estu­dio rea­li­za­do por la pro­fe­so­ra Syl­vie Borau de Tou­lou­se Busi­ness School (TBS), en el que se reve­la que los anun­cios publi­ci­ta­rios de mode­los natu­ra­les no solo no dis­mi­nu­yen la ansie­dad cor­po­ral de las muje­res, sino que pro­du­cen recha­zo.

El estu­dio se reali­zó entre 600 muje­res de 18 a 35 años, y pre­ten­día com­pa­rar la reac­ción de las mis­mas en el momen­to de ver anun­cios en revis­tas con mode­los idea­les y con mode­los natu­ra­les, tan­to en tér­mi­nos de res­pues­tas emo­cio­na­les (ansie­dad del cuer­po, recha­zo) como de impac­to publi­ci­ta­rio (reac­ción fren­te a la publi­ci­dad, fren­te a la mar­ca e inten­ción de com­pra).

Para ello, a la mitad de las encues­ta­das se les mos­tró la típi­ca mode­lo ideal que se ha veni­do usan­do en anun­cios de cos­mé­ti­ca, y a la otra mitad una mode­lo natu­ral, es decir, una mujer con un cuer­po más rea­lis­ta, de ras­gos físi­cos no este­reo­ti­pa­dos y con una ima­gen sin reto­car.

Al cen­trar­se el estu­dio par­ti­cu­lar­men­te en dos emo­cio­nes nega­ti­vas, la ansie­dad en rela­ción a la apa­rien­cia de su cuer­po y el recha­zo gene­ra­do por las mode­los, se habían lan­za­do dos hipó­te­sis pre­li­mi­na­res: de un lado, que las mode­los natu­ra­les dis­mi­nu­yen la ansie­dad cor­po­ral de las lec­to­ras, prin­ci­pal­men­te de las que pre­sen­ta­ban un índi­ce de masa cor­po­ral (IMC) ele­va­do, y que ello había teni­do un efec­to posi­ti­vo en el impac­to publi­ci­ta­rio; y por otro, que las mode­los natu­ra­les incre­men­tan el sen­ti­mien­to de recha­zo en las muje­res, con un efec­to nega­ti­vo sobre la efi­ca­cia de la cam­pa­ña.

En cuan­to al efec­to de la expo­si­ción a las dife­ren­tes mode­los sobre las emo­cio­nes nega­ti­vas, los modresul­ta­dos del estu­dio mues­tran que la mode­lo natu­ral no dis­mi­nu­ye la ansie­dad cor­po­ral en las muje­res. Un resul­ta­do que pue­de expli­car­se por el hecho de que las encues­ta­das ya pre­sen­ta­ban unos nive­les de ansie­dad muy ele­va­dos y difí­cil­men­te la expo­si­ción a estas imá­ge­nes pro­du­ci­ría impac­to alguno sobre ellas.

Por el con­tra­rio, la mode­lo natu­ral gene­ra recha­zo, sobre todo en las muje­res con un IMC ele­va­do. Estas, muy insa­tis­fe­chas con su apa­rien­cia cor­po­ral, pro­ba­ble­men­te pro­yec­tan su sen­ti­mien­to de recha­zo hacia su pro­pio cuer­po en la mode­lo natu­ral.

En rela­ción a los efec­tos de estas emo­cio­nes nega­ti­vas, los resul­ta­dos mues­tran que la ansie­dad por el cuer­po favo­re­ce la efi­ca­cia publi­ci­ta­ria. En otras pala­bras, a mayor ansie­dad por su pro­pia apa­rien­cia, mayor ten­den­cia por par­te de la mujer a gus­tar­le la publi­ci­dad y la mar­ca, y mayor ten­den­cia a que­rer com­prar el pro­duc­to.

Este efec­to posi­ti­vo sobre el impac­to publi­ci­ta­rio es más bien con­tra­in­tui­ti­vo, las emo­cio­nes nega­ti­vas sue­len tener un efec­to nega­ti­vo sobre los resul­ta­dos publi­ci­ta­rios. El otro resul­ta­do, más lógi­co, es que el recha­zo tie­ne un efec­to nega­ti­vo sobre la efi­ca­cia publi­ci­ta­ria.