Human Centered Design: La metodología que renueva el marketing en América Latina

Human Centered Design: La metodología que renueva el marketing en América Latina
El Human Cen­te­red Design (HCD) o Dise­ño Cen­tra­do en el Usua­rio es una meto­do­lo­gía que prio­ri­za las nece­si­da­des, emo­cio­nes y com­por­ta­mien­tos de los con­su­mi­do­res. Así, bus­ca desa­rro­llar pro­duc­tos y ser­vi­cios que no solo atrai­gan sino que resul­ten real­men­te úti­les para los usua­rios fina­les.

Con el Human Cen­te­red Design, el sec­tor del mar­ke­ting en Lati­noa­mé­ri­ca se for­ta­le­ce y se tiñe de empa­tía al poner las nece­si­da­des y expe­rien­cias del con­su­mi­dor en el núcleo del pro­ce­so de crea­ción. Su pilar fun­da­men­tal con­sis­te en que, en lugar de basar­se en supo­si­cio­nes o en datos abs­trac­tos sobre las audien­cias, las cam­pa­ñas pue­den cen­trar­se en una com­pren­sión más huma­na de sus con­su­mi­do­res.

A dife­ren­cia de otros méto­dos que prio­ri­zan los datos demo­grá­fi­cos o ten­den­cias de con­su­mo, el HCD orien­ta su enfo­que hacia los valo­res huma­nos, la cola­bo­ra­ción y la prue­ba de los anun­cios en la reali­dad y no sobre un escri­to­rio. Estos prin­ci­pios faci­li­tan la crea­ción de men­sa­jes publi­ci­ta­rios que, ade­más de atraer la aten­ción del usua­rio, tam­bién se ali­nean con sus valo­res y nece­si­da­des espe­cí­fi­cas, con­vir­tien­do pau­la­ti­na­men­te a las mar­cas en com­pa­ñe­ras de la vida coti­dia­na de la gen­te.

La empa­tía, el valor fun­da­men­tal, se refie­re a una com­pren­sión pro­fun­da del con­tex­to y los desa­fíos de los usua­rios, per­mi­tien­do a los crea­do­res de con­te­ni­do y cam­pa­ñas ajus­tar­se más a las reali­da­des de sus con­su­mi­do­res.

A con­ti­nua­ción, la cola­bo­ra­ción hace posi­ble que los equi­pos publi­ci­ta­rios tra­ba­jen de mane­ra cer­ca­na con sus audien­cias a fin de desa­rro­llar cam­pa­ñas per­so­na­li­za­das que resue­nen con los valo­res de su públi­co. De este modo se gene­ran men­sa­jes y pro­pues­tas mucho más inclu­si­vas y acor­des a las expec­ta­ti­vas de los con­su­mi­do­res, quie­nes día a día deman­dan expe­rien­cias úni­cas y per­so­na­li­za­das.

El siguien­te paso, la prue­ba de reali­dad, per­mi­te a las mar­cas veri­fi­car la efi­ca­cia de sus ideas en ver­sio­nes pre­li­mi­na­res y así rea­li­zar ajus­tes en fun­ción de la retro­ali­men­ta­ción de seg­men­tos espe­cí­fi­cos del mer­ca­do. Esto ase­gu­ra que el men­sa­je final no solo sea atrac­ti­vo, sino tam­bién rele­van­te, y esté en sin­to­nía con los intere­ses y opi­nio­nes del públi­co. La posi­bi­li­dad de crear pro­to­ti­pos de anun­cios, pro­bar­los en seg­men­tos peque­ños del mer­ca­do y adap­tar los men­sa­jes en fun­ción de los comen­ta­rios ofre­ce la gran opor­tu­ni­dad de que las empre­sas ajus­ten sus men­sa­jes para mejo­rar el alcan­ce y la recep­ción en las audien­cias.

El HCD renue­va las estra­te­gias de la publi­ci­dad en Amé­ri­ca Lati­na

En Latam, el HCD ha empe­za­do a ganar noto­rie­dad, espe­cial­men­te entre star­tups y empre­sas tec­no­ló­gi­cas que bus­can dife­ren­ciar­se en un mer­ca­do cada vez más com­pe­ti­ti­vo. Aun­que esta meto­do­lo­gía aún tie­ne un lar­go camino por reco­rrer antes de con­ver­tir­se en un están­dar para las fir­mas de la región, su popu­la­ri­dad va en ascen­so y seña­la un cam­bio sig­ni­fi­ca­ti­vo en la mane­ra en que las mar­cas abor­dan sus cam­pa­ñas.

A medi­da que más empre­sas en Lati­noa­mé­ri­ca imple­men­tan el HCD, se obser­va una trans­for­ma­ción en las estra­te­gias publi­ci­ta­rias, que aho­ra se enfo­can no solo en ven­der un pro­duc­to o ser­vi­cio, sino en mejo­rar la expe­rien­cia de los usua­rios, logran­do que la rela­ción con el públi­co pase de ser pre­do­mi­nan­te­men­te comer­cial a ser una enri­que­ci­da con empa­tía e inno­va­ción.

Al mis­mo tiem­po, crea un puen­te entre la tec­no­lo­gía y la expe­rien­cia huma­na, ponien­do el foco en la impor­tan­cia de una visión inclu­si­va y adap­ta­ble en una región carac­te­ri­za­da por su gran diver­si­dad cul­tu­ral y eco­nó­mi­ca, como es Amé­ri­ca Lati­na.

Los bene­fi­cios para las mar­cas

El Human Cen­te­red Design ayu­da a las empre­sas a cons­truir rela­cio­nes más autén­ti­cas con sus clien­tes al demos­trar una com­pren­sión pro­fun­da de sus desa­fíos y expec­ta­ti­vas. Al com­bi­nar empa­tía, cola­bo­ra­ción y ajus­tes cons­tan­tes, el HCD per­mi­te que las mar­cas se adap­ten de mane­ra ami­ga­ble y rápi­da a las reali­da­des cam­bian­tes del mer­ca­do y desa­rro­llen cam­pa­ñas con impac­to real. La meto­do­lo­gía se con­vier­te, de este modo, en una herra­mien­ta inelu­di­ble para cual­quier empre­sa que bus­que man­te­ner­se rele­van­te en un entorno com­pe­ti­ti­vo.

Por últi­mo, este enfo­que repre­sen­ta una opor­tu­ni­dad para orien­tar esfuer­zos hacia el com­pro­mi­so y la fide­li­za­ción del clien­te, crean­do un valor que tras­cien­de la ven­ta inme­dia­ta y abo­na el terreno para una rela­ción de lar­go pla­zo. La publi­ci­dad y el mar­ke­ting basa­dos en el HCD refle­jan una indus­tria en cons­tan­te evo­lu­ción que reco­no­ce la impor­tan­cia de enten­der y adap­tar­se a las expec­ta­ti­vas de los con­su­mi­do­res.