HECHOS, 360 a.C - 2012 In memoriam. Tras años de enfermedad, Hechos ha fallecido finalmente.

HECHOS, 360 a.C - 2012 In memoriam. Tras años de enfermedad, Hechos ha fallecido finalmente.

Rex Hupp­ke, para el Chica­go Tri­bu­ne.

Una rápi­da revi­sión de la lar­ga e ilus­tre vida de Hechos mues­tra algu­na de sus más cele­bra­das afir­ma­cio­nes: la gra­ve­dad hace que las cosas cai­gan, 2 + 2 = 4, el cie­lo es azul. Pero para muchos, los momen­tos más memo­ra­bles de Hechos eran las evi­den­cias del día a día, des­de la cer­te­za de un niño sobre el amor de su madre, has­ta la recon­for­tan­te segu­ri­dad de que el pro­gra­ma favo­ri­to de tele­vi­sión empe­za­ría pun­tual­men­te a las 8 de la tar­de. Duran­te siglos, Hechos fue una par­te tan impor­tan­te de la vida de la mayo­ría de la gen­te, que el filó­so­fo irlan­dés Edmund Bur­ke lle­gó a afir­mar: ”Los hechos son a la men­te lo que la comi­da es al cuer­po.”

Para sor­pre­sa de los seres sen­si­bles, Hechos murió el miér­co­les, 18 de abril de 2012, tras una lar­ga lucha por la super­vi­ven­cia fren­te al ciclo infor­ma­ti­vo de 24 horas al día, los blogs e Inter­net. Aun­que pocos espe­ra­ban que Hechos logra­ra salir de la lar­ga espi­ral de deca­den­cia en la que estu­vo sumi­do duran­te años, ofi­cial­men­te murió por los daños sufri­dos la sema­na pasa­da, cuan­do el con­gre­sis­ta repu­bli­cano de Flo­ri­da, Allen West decla­ró sin rubor que 81 de sus com­pa­ñe­ros de la Cáma­ra de Repre­sen­tan­tes eran comu­nis­tas.

Hechos logró man­te­ner­se duran­te algu­nos días tras un ata­que que se pro­du­jo sin la más míni­ma prue­ba o moti­vo, antes de exha­lar su últi­mo alien­to en la paz de su hogar, situa­do en un libro de físi­ca de Secun­da­ria. A la hora de su muer­te, Hechos tenía 2.372 años.

Es muy depri­men­te,” afir­ma Mary Poo­vey, una pro­fe­so­ra de Inglés en la Uni­ver­si­dad de Nue­va York, auto­ra de “Una His­to­ria del Hecho Moderno” (A His­tory of the Modern Fact). “Creo que lo que los ame­ri­ca­nos debe­rían pen­sar sobre los hechos es que no hay acuer­do sobre lo que los hechos son. Esto sig­ni­fi­ca que nun­ca vamos a alcan­zar acuer­do sobre nada. Polí­ti­ca fis­cal, can­di­da­tos pre­si­den­cia­les: nun­ca nos pon­dre­mos de acuer­do en nada.”

Hechos nació en la anti­gua Gre­cia, hijo inte­lec­tual de afa­ma­do filó­so­fo Aris­tó­te­les. Poo­vey afir­ma que, en su juven­tud, Hechos era cono­ci­do por sus “prin­ci­pios uni­ver­sa­les que todo el mun­do acep­ta” o sus lla­ma­das “asun­cio­nes com­par­ti­das.” Pero en el siglo XVI, el filó­so­fo y cien­tí­fi­co inglés Fran­cis Bacon tomó a Hechos bajo su tute­la y empe­zó a desa­rro­llar una nue­va mane­ra de pen­sar: “Hubo un cam­bio en la pala­bra ‘hecho’ para sig­ni­fi­car aho­ra obser­va­ción empí­ri­ca,” afir­ma Poo­vey. Hechos se con­vir­tió en un con­jun­to de obser­va­cio­nes con­cre­tas deri­va­das de evi­den­cias. Hechos esta­ba cre­cien­do.

A lo lar­go de los siglos XIX y XX, Hechos alcan­zó la madu­rez mien­tras el mun­do se incli­na­ba por pro­bar la ver­dad de las cosas a tra­vés de los prin­ci­pios de la físi­ca y los mode­los mate­má­ti­cos. Se res­pe­ta­ba a los cien­tí­fi­cos como árbi­tros de la ver­dad, y Hechos alcan­zó la cima de su poder. Pero los días de glo­ria no dura­rían. Hechos empe­zó a ser cues­tio­na­do por la gen­te que no entien­de cómo fun­cio­na la cien­cia. Y al mis­mo tiem­po hubo un ascen­so del par­ti­dis­mo en la polí­ti­ca y un cre­ci­mien­to del núme­ro de medios que dise­mi­na­rían la infor­ma­ción, que rara vez recu­rrían a la opi­nión de Hechos. “Cual­quier sen­ti­do colec­ti­vo de lo que era ver­dad o de cómo debían veri­fi­car­se las ape­la­cio­nes a la ver­dad se ero­sio­nó,” dice Poo­vey. “La opi­nión se ha con­ver­ti­do en la nue­va ver­dad. Y mucha gen­te que ya tie­ne opi­nio­nes ven en las ‘noti­cias’ una afir­ma­ción de la opi­nión que ya tenían, y que con­fir­ma su opi­nión como un hecho.”

Aun­que ya débil, Hechos per­se­ve­ró duran­te las últi­mas dos déca­das, a pesar de retro­ce­sos his­tó­ri­cos que inclu­yen los escar­ceos del pre­si­den­te Bill Clin­ton con Moni­ca Lewinsky, la jus­ti­fi­ca­ción del pre­si­den­te Geor­ge W. Bush de inva­dir Irak y el deba­te sobre la nacio­na­li­dad esta­dou­ni­den­se del pre­si­den­te Barack Oba­ma.

Hechos resul­tó repe­ti­da­men­te heri­do duran­te las recien­tes elec­cio­nes pri­ma­rias repu­bli­ca­nas, casi de for­ma letal cuan­do Miche­le Bach­mann afir­mó que una vacu­na para una enfer­me­dad de trans­mi­sión sexual pro­vo­ca retra­so men­tal. En diciem­bre, Hechos fue hos­pi­ta­li­za­do por unos días, des­pués de que el canal MSNBC infor­ma­ra por error que en la cam­pa­ña del can­di­da­to repu­bli­cano Mitt Rom­ney se esta­ba usan­do una expre­sión usa­da en tiem­pos por el Ku Klux Klan. Ami­gos y cono­ci­dos de Hechos mani­fes­ta­ron que la afir­ma­ción del dipu­tado West de que doce­nas de polí­ti­cos demó­cra­tas son comu­nis­tas fue sim­ple­men­te más de lo que Hechos podía supe­rar.

Con un mun­do en due­lo el miér­co­les, muchos eran inca­pa­ces de creer que Hechos se hubie­ra ido para siem­pre. Como dijo Gary Alan Fine, pro­fe­sor de Socio­lo­gía de la Uni­ver­si­dad de North­wes­tern, “los hechos no están muer­tos. Hay muchos ahí fue­ra. Ha habi­do una autén­ti­ca explo­sión popu­lar.” Fine se refie­re a una de las bata­llas más gran­des de Hechos, el deba­te sobre el calen­ta­mien­to glo­bal. “Hay todo tipo de estu­dios, afir­ma. Hay infor­ma­ción más que sufi­cien­te para demos­trar cual­quier cosa que quie­ras defen­der. Podrían pre­pon­de­rar un tipo de prue­bas y hay comu­ni­da­des que deci­den que algo es un hecho, pero hay tam­bién hechos sufi­cien­tes para quie­nes se opo­nen a esa afir­ma­ción para afir­mar lo con­tra­rio.” Para algu­nos, la insis­ten­cia de Fine en la super­vi­ven­cia de Hechos pue­de evo­car la creen­cia de que aún viven estre­llas del rock como Jim Morri­son. “¿Cómo sé yo si Jim Morri­son está muer­to?” se pregn­ta Fine. “¿Cómo pue­do saber que está muer­to excep­to que alguien me lo diga?”

Poo­vey, que cono­cía a Hechos como nadie, afir­ma que la defun­ción de Hechos es un hecho indu­da­ble. “La socie­dad ame­ri­ca­na ha per­di­do su con­fian­za en que haya una úni­ca posi­bi­li­dad” afir­ma. “Cual­quie­ra pue­de expre­sar una opi­nión en un blog o cual­quier otro lugar y no hay for­ma de com­pro­bar­lo; dices lo que te da la gana, y se mag­ni­fi­ca. Es este un mun­do extra­ño en el que la opi­nión de una per­so­na vale como la de cual­quier otra.”

A Hechos le han sobre­vi­vi­do dos her­ma­nas, Insi­nua­ción y Afir­ma­ción Enfá­ti­ca, y un her­mano, Rumor. El fune­ral ten­drá lugar en la inti­mi­dad. En lugar de flo­res, la fami­lia rue­ga a los ami­gos que hagan una dona­ción a su orga­ni­za­ción polí­ti­ca pre­fe­ri­da.

Rex Hupp­ke