Greenpeace, diferenciándose del resto de anuncios navideños, lanza este año un spot alternativo buscando dirigir la atención hacia la posibilidad de organizar asados vegetarianos.
Greenpeace Reino Unido ha calculado que se necesitaría un área del tamaño de Glasgow para cultivar suficiente soja para alimentar a los 10 millones de pavos que se estima comen cada Navidad los británicos. Teniendo en cuenta que dos tercios de la soja de Reino Unido es importada de Sudamérica, la asociación afirma que el tradicional pavo navideño tiene un efecto perjudicial en el continente y graves problemas de deforestación.
Evitando el mensaje de culpabilidad usado por la organización previamente en su anuncio de Rang-tan, con el que protestaba por la intensa deforestación, Greenpeace ha decidido dotar al spot de cierto humor, realizando una batalla de críticas entre una patata y un pavo.
Ambos van burlándose el uno del otro a lo largo de todo el anuncio, creado por Nice and Serious. En el caso de la patata, se le recrimina ser un alimento básico que no tiene mucho sabor y, en el caso del pavo, se alude a lo seco que es, entre otras cosas.
Después de un rato de críticas entre los dos, la patata llega a un momento crucial en el que va “demasiado lejos”, según el pavo, haciendo referencia al gran impacto medioambiental que supone alimentar a los pavos.
Chiara Vitali, defensora forestal de Greenpeace UK, ha dicho acerca de la campaña: “En nuestro anuncio, el pavo es verdaderamente críticado. Pero seamos claros, esto no es todo culpa suya. No es ni siquiera tan viejo, seis meses como máximo, así que no sabe mucho. Pero las granjas industriales que engordan a los pavos por Navidad, sabrán que el alimento que usan está relacionado con la destrucción del bosque. Los supermercados también”, ha sentenciado.