El conocido diario económico Financial Times ha sido víctima de un fraude publicitario conocido con el nombre de “spoofing” en virtud del cual varias redes publicitarias comercializaron publicidad en formato vídeo que debería haber aterrizado en sus páginas web. ¿El problema? Que esa publicidad jamás se abrió paso en el Financial Times sino en otros sitios web.
Ante semejante suceso la cabecera no se ha quedado cruzada de brazos y se ha puesto en contacto con varias redes de publicidad para exigirles que corten el paso a los “players” fraudulentos, los mismos que se la han jugado a Financial Times.
A finales de septiembre el rotativo inició una investigación para poner nombres y apellidos a las plataformas se ofrecían emplazamientos publicitarios en nombre de FT.com. Concluyó que gran parte de la publicidad comercializada en nombre de FT.com no llegó jamás a sus dominios y terminó engullida por webs de terceros (dominadas en parte por bots).
Anthony Hitchings, responsable de marketing digital en FT.com, compara esta deplorable práctica publicitaria con el crimen organizado. Y no es para menos, puesto que aproximadamente 1,1 millones de euros que debería haberse embolsado el Financial Times fueron a parar a las arcas de los autores del fraude.
Según recoge The Wall Street Journal, el Financial Times habría contactado ya con al menos seis players de publicidad programática que habrían estado involucrados en el fraude para solicitarles la retirada de su inventario. Entre tales players estaría Oath, la empresa resultante de la fusión de Yahoo! y AOL, SpotX, FreeWheel y BidSwitch.
La dimensión del fraude en el universo de la publicidad programática es por ahora un misterio sin resolver. Aun así, la Federación Mundial de Anunciantes (WFA) asegura que el fraude se traduce anualmente en pérdidas de miles y miles de millones de euros. Y esta cifra podría incrementarse en un 40% hasta los 125.000 millones de euros en 2025.