Facebook pierde valor de marca

facem2Face­book es sin duda algu­na la red social más impor­tan­te y popu­lar del momen­to. Su núme­ro de usua­rios acti­vos alcan­za el impre­sio­nan­te núme­ro de 1,5 billo­nes de per­so­nas alre­de­dor del mun­do y su ingre­so anual bru­to es de 27.638 millo­nes de dóla­res. Una épo­ca dora­da para la pla­ta­for­ma crea­da por Mark Zuc­ker­berg, en don­de las rela­cio­nes socia­les a tra­vés de medios digi­ta­les toman cada vez más rele­van­cia. Sin embar­go, la popu­la­ri­dad de la cual goza Face­book, cuya pene­tra­ción en Nor­te­amé­ri­ca alcan­za el 62% de su pobla­ción total, se con­tra­po­ne a sus débi­les polí­ti­cas de pri­va­ci­dad, que en los últi­mos meses han envuel­to a la com­pa­ñía de Zuc­ker­berg en varios escán­da­los mediá­ti­cos que han afec­ta­do la repu­tación y el valor de mar­ca de la pla­ta­for­ma.

Entre los ejem­plos más gra­ves se pue­den citar  el caso de los Mari­nes acu­sa­dos de subir fotos de sus cole­gas des­nu­das a un gru­po secre­to de Face­book y el fallo del algo­rit­mo de mode­ra­ción de con­te­ni­do de la red social, que es más agre­si­vo con publi­ca­cio­nes rela­cio­na­das a liber­tad de expre­sión que con imá­ge­nes explí­ci­tas de explo­ta­ción infan­til.

Más allá de los suce­sos en sí, lo que está afec­tan­do la per­cep­ción del con­su­mi­dor hacia Face­book es el cinis­mo con el que la com­pa­ñía ha mane­ja­do estos casos tan gra­ves, al igno­rar­los por com­ple­to y rehu­sar­se a tomar una posi­ción al res­pec­to. Cinis­mo que tam­bién se ve refle­ja­do en sus estra­te­gias de mar­ke­ting actua­les, per­so­ni­fi­ca­das en sus dos empre­sas peri­fé­ri­cas: Ins­ta­gram y WhatsApp.

facem3Por un lado, la red social enfo­ca­da a la foto­gra­fía ha deci­di­do copiar sin repa­ro alguno el mode­lo de fun­cio­na­mien­to de Snap­chat, el prin­ci­pal rival del con­glo­me­ra­do de Zuc­ker­berg. Mien­tras que la apli­ca­ción de men­sa­je­ría ins­tan­tá­nea, que en enero del 2017 alcan­zó los 1.200 millo­nes de usua­rios acti­vos, impu­so una polí­ti­ca de pri­va­ci­dad feroz que per­mi­tía moni­to­rear las con­ver­sa­cio­nes de sus con­su­mi­do­res con el fin de obte­ner infor­ma­ción vital para gene­rar publi­ci­dad afín al usua­rio.

Ante las acu­sa­cio­nes de ser la red social que menos se preo­cu­pa por la pri­va­ci­dad de sus usua­rios, Face­book lan­zó un comu­ni­ca­do que anun­cia cam­bios en sus polí­ti­cas de pri­va­ci­dad, prohi­bien­do a los desa­rro­lla­do­res acce­der a infor­ma­ción de los usua­rios alo­ja­da en la pla­ta­for­ma, ante las ame­na­zas de que esos datos tan valio­sos sean usa­dos con fines de vigi­lan­cia y espio­na­je.