La banca se enfrenta al reto de saber vender. De acuerdo a la nueva normativa europea, los empleados de banca que asesoran a los clientes deben informar además acerca del producto por el cual se están interesando. Esta nueva medida afectará a los casi 200.000 empleados de banca que teníamos en nuestro país a finales de 2015.
Según el Banco de España, “las directrices del supervisor europeo exigen formación específica no sólo para poder asesorar, sino también para que los trabajadores den informaciones que no estén por escrito”. De entrada, las directrices marcan dos niveles. Las personas que ofrecen información de productos y las que además proporcionan asesoramiento. Aunque para ambos casos los requerimientos de conocimientos son muy similares. A las primeras se les exigen 10 puntos, entre ellos, que conozcan las características y los riesgos de los productos, que sean conscientes de los costes para los clientes de los artículos financieros y que tengan conocimientos básicos para su valoración. Los trabajadores que den consejos concretos de inversión deberán “conocer cómo el producto puede no ser adecuado”, que sepan los requisitos de idoneidad y que conozcan principios de gestión de carteras.
La evaluación de los conocimientos adquiridos se llevará a cabo a través de un examen, que afectará al 80% de las plantillas del sector financiero.