España es el país que más exporta e importa estudiantes de Erasmus

El blo­que euro­peo está a pun­to de que­dar­se sin fon­dos para finan­ciar las becas Eras­mus de inter­cam­bio de estu­dian­tes uni­ver­si­ta­rios, así como de otros muchos pro­gra­mas de ayu­das comu­ni­ta­rias debi­do a los recor­tes del pre­su­pues­to de 2012, impues­tos por los Esta­dos miem­bros y la Euro­cá­ma­ra.

Según el por­ta­voz de Pre­su­pues­tos de la Comi­sión, Patri­zio Fio­ri­lli, “Eras­mus es uno de los pro­gra­mas que se que­da cor­to de dine­ro. La mayor par­te de las ayu­das a los estu­dian­tes para el perio­do entre enero y sep­tiem­bre ya se han paga­do, pero para lo que que­da del año sólo se ha cubier­to el 70%”.  Para evi­tar lle­gar a una situa­ción de “sus­pen­sión de pagos”, el Eje­cu­ti­vo comu­ni­ta­rio pre­sen­ta­rá el pró­xi­mo 23 de octu­bre un pre­su­pues­to rec­ti­fi­ca­ti­vo “sus­tan­cial”. Bru­se­las pide a las capi­ta­les que lo aprue­ben y que cum­plan así su com­pro­mi­so de inver­tir en cre­ci­mien­to.

Para valo­rar esta deci­sión Pablo Lom­bar­do, direc­tor de Tuto­rias de EUDE, Escue­la Euro­pea de Direc­ción y Empre­sa, indi­ca que “es muy gra­ve lo que se ha comu­ni­ca­do. Eras­mus lle­va 25 años y ha for­ma­do a más de 3 millo­nes de alum­nos. Hay que resal­tar lo que este pro­gra­ma ha supues­to en la edu­ca­ción euro­pea uni­ver­si­ta­ria. Ha incre­men­ta­do la movi­li­dad entre estu­dian­tes de dife­ren­tes paí­ses; ha derri­ba­do fron­te­ras. Nos cono­ce­mos mejor los rusos con los espa­ño­les, y los espa­ño­les con los por­tu­gue­ses, y así suce­si­va­men­te”.

“El pro­gra­ma Eras­mus es la for­ma mas bara­ta de hacer Euro­pea y sería una tor­pe­za per­der­lo por la cri­sis, ya que nun­ca se ha hecho tan­to con tan poco”, es una de las fra­ses que corren por las redes. “Exac­ta­men­te, des­de que se apro­bó el plan de Bolo­nia, la idea es faci­li­tar la movi­li­dad, todos los paí­ses están dise­ña­dos para per­mi­tir esa movi­li­dad. Ade­más, se tra­ta de una expe­rien­cia para el alumno que no va a tener en el aula, y adquie­re una expe­rien­cia cul­tu­ral, viven­cial, al con­fron­tar unas cos­tum­bres con otras for­mas de hacer. En defi­ni­ti­va, enri­que­ce al estu­dian­te, es decir a los futu­ros pro­fe­sio­na­les”, aña­de Lom­bar­do.

Las becas Eras­mus no son sola­men­te un inter­cam­bio de estu­dian­tes por un año, sino inter­cam­bio de pro­fe­so­res, gru­pos pro­fe­so­res en prac­ti­cas y alum­nos, y pro­gra­mas de for­ma­ción idio­má­ti­ca, es decir es mucho mas com­ple­jo que hacer un año de carre­ra en un país. Pero esta deci­sión no afec­ta­ría a los alum­nos que están con una beca Eras­mus, sino a aque­llos que van hacer una soli­ci­tud ya que no hay fon­dos. El pro­ble­ma es que se inte­rrum­pe un flu­jo de movi­li­dad que ha sido cons­ta­te y per­ma­nen­te.

Espa­ña es el país que mas estu­dian­tes apor­ta a las becas Eras­mus, y el país que mas estu­dian­tes reci­be de la UE, y entre las nume­ro­sas razo­nes, la prin­ci­pal es por nues­tro idio­ma: el espa­ñol, un idio­ma que habla prác­ti­ca­men­te todo un con­ti­nen­te; eso sig­ni­fi­ca que para estu­dian­tes extran­je­ros su radio de acción refe­ri­do a lo que pue­da tra­ba­jar se amplia muchí­si­mo a otros paí­ses lati­no­ame­ri­ca­nos, por lo que el idio­ma ya no es una barre­ra. Otro aspec­to social es que es un pro­gra­ma euro­peo que es reco­no­ci­do por los ciu­da­da­nos, y tie­ne muchos pun­tos posi­ti­vos. En la juven­tud impac­ta, ya que estar en un aula con alum­nos que hay de otros paí­ses, del con­ti­nen­te al que per­te­ne­ces, ha ser­vi­do para crear la Unión Euro­pea. Es un pro­gra­ma con mayor cala­do social e iría en con­tra de la inte­gra­ción social que nece­si­ta Euro­pa en este momen­to.

“Ade­más, la eli­mi­na­ción del pro­gra­ma Eras­mus incum­ple con el espí­ri­tu de Bolo­nia cuyo plan­tea­mien­to se basa en que las fron­te­ras de edu­ca­ción no exis­ten. Por otro lado, el plan Bolo­nia no se verá afec­ta­do, pero si crea­ría un pro­ble­ma en el año de Más­ter, ya que lo haría­mos con carac­te­rís­ti­cas dis­tin­tas, menor núme­ro de alum­nos, … Si la movi­li­dad se vie­ra res­trin­gi­da, pode­mos tener pro­ble­mas en su dise­ño y en el esfuer­zo. Sería un gra­ve retro­ce­so, habría que revi­sar Bolo­nia con res­pec­to a la movi­li­dad estu­dian­til”, fina­li­za Pablo Lom­bar­do.

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