En los tiempos que vivimos, la tecnología se ha convertido casi en una segunda piel para millones de personas, y es tan poderosa que está arruinando el que se precia de ser uno los mayores placeres del ser humano: el sexo. Así lo advierte al menos la marca de preservativos Skyn en un nuevo spot que lleva alojado en sus entrañas un mensaje tan repetido como sistemáticamente ignorado: que hay que apagar de una vez por todas ese pequeño tirano llamado smartphone.
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El anuncio está ambientado en un futuro no demasiado lejano donde se abren paso escenas delirantes pero perfectamente posibles a causa de nuestra adicción a las nuevas tecnologías. En el spot vemos, por ejemplo, a una pareja fundida en un abrazo cuyos miembros tienen, sin embargo, la mirada extraviada en su teléfono móvil. En otra escena una sexy bailarina, que es en realidad un holograma, canta frente a un público integrado única y exclusivamente por personas solitarias y encadenadas a la pantalla del smartphone.
En otra reveladora escena, varias parejas acomodadas en sofás parecen absolutamente entregadas a los que contemplan a través de sus cascos de realidad virtual.
El spot finaliza con la contundente frase “There’s still time to save intimacy” (Aún hay tiempo para salvar la intimidad) seguida de una imagen en la que son visibles los profilácticos ultrafinos de Skyn.
Detrás del spot están la agencia Sid Lee París y el director Terence Neale, que ya se vuelve un experto en el género distópico tras firmar una multipremiada campaña para Adidas Originals. el anuncio, producido por Insurrection, se asienta en la suposición de que la gente practica ahora menos sexo que hace una generación.
“Hoy en día es más fácil contemplar las vidas de personas totalmente desconocidas en Instagram que conocer a alguien en persona. Cuando Netflix entró en escena, las relaciones sexuales experimentaron, por ejemplo, una caída del 10%”, constatan Céline y Clément Mornet-Landa, directores creativos de Sid Lee París.