En este anuncio, Sixt manda de vacaciones al excanciller austriaco Sebastian Kurz

En este anuncio, Sixt manda de vacaciones al excanciller austriaco Sebastian Kurz

Sixt, la céle­bre fir­ma ale­ma­na de alqui­ler de vehícu­los está siem­pre al paso de la actua­li­dad polí­ti­ca, ha lan­za­do un anun­cio en el que se mofa del recien­te­men­te des­ti­tui­do can­ci­ller aus­tria­co Sebas­tian Kurz.

A dife­ren­cia de otras mar­cas, mucho más mesu­ra­das en temas polí­ti­cos, Sixt no tie­ne temor alguno de hacer leña de los polí­ti­cos, más aún cuan­do se encuen­tran en apu­ros.

Su más recien­te víc­ti­ma publi­ci­ta­ria es el can­ci­ller aus­tria­co Sebas­tian Kurz, des­ti­tui­do el pasa­do lunes por el par­la­men­to de su país en una moción de con­fian­za a cuen­ta del deno­mi­na­do “Ibi­za­ga­te”.

El ori­gen del escán­da­lo que ha ter­mi­na­do hacien­do rodar la cabe­za de Kurz es un vídeo gra­ba­do con cáma­ra ocul­ta hace dos años en Ibi­za en el que el ultra­de­re­chis­ta Heinz-Chris­tian Stra­che (alia­do del can­ci­ller aus­tria­co en su eje­cu­ti­vo) ofre­cía con­tra­tos a la supues­ta sobri­na de un oli­gar­ca ruso a cam­bio de dine­ro para su cam­pa­ña.

Tan cacarea­do escán­da­lo ya se sal­dó hace una sema­na con la dimi­sión de Stra­che, del Par­ti­do de la Liber­tad de Aus­tria (FPÖ), como vice­can­ci­ller, y aho­ra se cobra tam­bién la cabe­za de Kurz, líder del Par­ti­do Popu­lar Aus­tría­co (ÖVP).

El ÖVP de Kurz y el FPÖ de Stra­che gober­na­ban en coa­li­ción en Aus­tria des­de diciem­bre de 2017. Y aho­ra des­pués de que su líder ha caí­do, ambos par­ti­dos se ven abo­ca­dos a las elec­cio­nes anti­ci­pa­das.

En el anun­cio que Sixt ha teni­do a bien dedi­car al recien­te­men­te des­ca­be­za­do can­ci­ller aus­tria­co apa­re­ce una ima­gen de Kurz con el sem­blan­te serio jun­to a un fla­man­te BMW des­ca­po­ta­ble. En la ima­gen pue­de leer­se la fra­se “Per­fec­to para las vaca­cio­nes de Kurz”. Es muy evi­den­te que ya sin el car­go de can­ci­ller, al bueno de Kurz no le que­da­rá otra que tomar­se unas vaca­cio­nes for­zo­sas.